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La expresión 'como agua de mayo' se utiliza para significar los beneficios de algo, para reflejar que algo que está sucediendo resulta favorable. Pero no ... siempre los refranes son apropiados. Es el caso. Una vez preguntados diferentes viticultores sobre la conveniencia o no de la lluvia, más que previsible, en los próximos días, su respuesta casi al unísono ha sido «basta de agua de mayo». Ahora las condiciones meteorológicas necesarias son otras bien distintas: por supuesto que no hiele por las noches, que las temperaturas sean «las acordes de este mes» -el cambio climático ha alterado por completo esa necesaria 'regularidad' en el tiempo-, que sople el cierzo…
Porque los viñedos «ya acumulan suficiente humedad» cuentan desde la comarca de Haro, que el pasado sábado por la tarde sufrió una granizada «no muy intensa que nos sorprendió a todos» y que hizo ponerse en lo peor a los viticultores. La cosa no fue a más pero desde la compañía Agroseguro ya han reconocido siniestros por culpa del granizo.
Y con las frías noches de los últimos días, «también existe peligro de heladas», otro motivo de preocupación para los agricultores, «porque aunque no estamos en un momento crítico, no falta tanto tiempo para la floración». Entonces sí que las adversidades meteorológicas pueden ser fatales para el viñedo, que se encuentra en un estado vegetativo óptimo.
Otra razón por la cual en las viñas dicen que ahora la lluvia no se interpretaría 'como agua de mayo' es por el aumento del riesgo de enfermedades fúngicas. Por supuesto que aún es pronto para que se manifiesten, pero si la humedad se sigue acumulando y llueve sobre mojado, se crearía un caldo de cultivo peligroso.
Tras la cosecha corta de 2024 -más reducida si cabe, además, por la vendimia en verde-, se prevé para 2025 una cosecha mayor en cuanto a volumen, con racimos de mayor tamaño. Sobre la calidad todavía es pronto para hablar, pero sin duda que dependerá de la evolución meteorológica de las próximas semanas. Así que esperemos que el viento sople a favor y que la lluvia, que va a llegar, no sea abundante. Los viticultores siguen mirando al cielo.
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