

Secciones
Servicios
Destacamos
Hace unas semanas, Richi Arambarri me decía que la única diferencia entre los blancos de Rioja y los grandes vinos blancos del mundo es que « ... nos lo creamos nosotros porque la calidad que tenemos es altísima». Y dado que Francisco Hurtado de Amézaga entiende que el mejor blanco es un tinto extendemos el concepto.
«Volvemos a Burdeos». Con esta sugestiva frase dio comienzo la cata. Única e histórica, en consonancia con su promotor, Diario LA RIOJA, porque algunos de estos vinos nacieron en los mismos años que estas páginas que a día de hoy siguen vivas; y otros, más noveles, se han sumado al mercado en la misma época que esta cabecera al mundo digital. Es curioso, volvemos a Burdeos cuando fue Burdeos quien vino a nosotros. Encontró el escenario que buscaba en un complicado momento y nosotros aprendimos de sus técnicas y métodos de elaboración. Lástima no haber asimilado la capacidad de valorizarlos.
Ahora bien, me van a permitir que me rebele. Los cinco vinos catados (Tapias, Real de Asua Carromaza, Alma, Duo e Yjar) son igual de buenos coticen o no en La Place. Diferente es que esa cotización les permitan acceder a mercados más exclusivos, más caros. Rioja es Rioja. Con entidad propia. A veces tengo la sensación de que miramos a Burdeos con complejo de inferioridad.
Y por qué Rioja es Rioja. Porque es capaz de meter en La Place a dos bodegas que nacieron en el siglo XIX (Marqués del Riscal y Cvne); a otra que data, el viñedo, del siglo XV (Granja Nuestra Señora de Remelluri); y a dos más mucho más recientes, de finales del XX (Bodega Contador) y principios del XXI (Bodegas Basilio Izquierdo). Porque es capaz de incluir cinco vinos entre los que se citan a dos de parcela y tres de lo que podríamos denominar de paraje o pueblo. Porque entre esos cinco vinos hay dos monovarietales y tres de mezcla, hasta de cinco variedades. Porque los cinco vinos coinciden en el uso de la tempranillo, que es patrimonio de Rioja. Y porque tenemos un paisaje y una historia propias repletas de pequeños rincones, de viñedos únicos más allá de su edad y contamos con sabios del viñedo. Esa es la gran riqueza de Rioja... y con etiquetas genéricas.
Burdeos no es Rioja, ni quiere, ni Rioja es Burdeos. Hemos aprendido y Rioja será lo que quiera Rioja. E inmerso en esta rebeldía, incito a todos a reunirnos en cinco años para repetir cata. Seguro que nos sorprende para bien la evolución de estos vinos. Cinco años, porque quizá diez son muchos y el médico nos haya prohibido beber vino.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.