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«Estamos en un año con un campo muy sano, totalmente diferente al anterior, en el que hubo riesgo de enfermedades. Se han dado las condiciones climáticas perfectas para que no aflorara el mildiu ni tampoco el oidio», comenta Abel Torres (director General de Viñedos de Aldeanueva), que añade que «ha sido un año seco y los agricultores estaban muy preparados y pendientes de la evolución de la planta visto el peligro del 2018».
En estos momentos, en la zona riojabajeña que abarca la cooperativa se está en fase de envero, alrededor del 75% en tempranillo y en torno al 20% en garnacha y en otras variedades empieza ahora.
En cuanto a la cosecha, se estima que será bastante inferior a la anterior, con menos racimos por cepa y más pequeños, con los frutos sueltos. Esto no supondrá que la cooperativa reciba mucha menos uva sino que la regulación exigida de cantidades será natural.
Respecto al inicio de campaña, estos días se hará una analítica de las cepas testigo que proporcionarán contenidos de azúcar y acidez que determinen las fechas, en función también de la climatología.
Torres indica que, según las catas de uvas ya realizadas, el comienzo del tempranillo blanco podría establecerse entre el 20 y 23 de agosto de forma testimonial.
«Nosotros la vendimia la hacemos a la carta. Es una ventaja poder elegir la fecha y regular la vendimia de nuestros agricultores en blanco, con 200.000-300.000 kilos al día (las primeras jornadas con 50.000-60.000 kilos diarios)», explica Torres. «En tinto -continúa- se dan otros condicionantes. En principio el ciclo viene adelantado cuatro o cinco días, pero al tener menos uva, estar muy sana la cepa y la hoja en su perfecto estado, la planta probablemente acelerará. Quizá el 10-12 de septiembre se inicie la cosecha, después de las fiestas de la Virgen de los Remedios».
En estos momentos la bodega cooperativa Viñedos de Aldeanueva cuenta con más de 3.000 hectáreas de y unos 800 socios. Los principales términos municipales en los que cultivan sus agricultores son Aldeanueva de Ebro y Alfaro. También, en menor medida, Calahorra, Rincón de Soto, Autol y Quel. Más o menos se mantienen las cifras de superficie y asociados respecto a otros años.
En el 2018 se recogieron unos 22 millones de kilos de uva y en el 2019 puede ser un 2-3% menos, en función de la lluvia. Aunque hay mucha menos cantidad esto contrarresta con los excesos de otras temporadas (uva que sobrepasa el límite exigido por el Consejo Regulador), por ese motivo Torres, afirma, «tenemos una cosecha como nunca, con el campo sano, equilibrada y esperamos que sea una las mejores de los últimos años, no solo en Aldeanueva sino a nivel general de Rioja».
En estos momentos, las eventuales tormentas de granizo suponen el principal riesgo para la producción del 2019.
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