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Viticultores de Lapuebla, en el club de catas
José Luis Heras da una segunda oportunidad a los viejos viñedos familiares con una nueva colección de parcelarios y varietales
Una segunda oportunidad. Es la que José Luis Heras Pozo está dando a viejos viñedos familiares con su nuevo proyecto 'Viticultores de Lapuebla', que el miércoles por la noche presentó para el club de catas de lomejordelvinoderioja.com: «Pertenezco a una sexta generación de viticultores y, aunque somos parte de Bodegas Heras Cordón, estamos trabajando con esta colección de vinos que, por un lado, implica una vuelta a las orígenes familiares, de pequeñas elaboraciones de Lapuebla y el entorno y, por otra, poner en el centro viejos viñedos que hasta ahora iban a formar parte de los vinos de ensamblaje de Heras Cordón».
El joven bodeguero confesó que «en mi caso lo tengo mucho más fácil que muchos otros viticultores que están haciendo cosas muy bonitas en Rioja, puesto que tengo los viñedos, tengo la bodega y también respaldo comercial, pero de verdad pienso que este debe ser el camino, de Rioja y del mundo del vino». «Hay que diferenciar y seleccionar viñedos».
Viticultores de Lapuebla nació en 2017, con una primera elaboración de prueba y su primer vino salió al mercado en 2022 (de la añada 2019), entonces con apenas 3.000 botellas que ahora ya son 15.000 en su conjunto: «Algo más creceremos, pero éste va a ser siempre un proyecto y una familia de vinos de reducidas dimensiones», avanzó el bodeguero.
La cata
José Luis Heras comenzó con Adventicia 2024, un espectacular blanco de un viejísimo viñedo de Alesón: «Es una finca de 1,5 hectáreas, y media de ellas, la de la parte más alta, son cepas de garnacha blanca que apenas nos dan para elaborar un millar de botellas». «Antes, las uvas se mezclaban en Heras Cordón y, viendo las posibilidades que tenían, decidimos elaborarlas por separado». Un acierto sin duda: Adventicia es un blanco muy sólido, con estructura (14º) pero también una acidez natural –la parcela está a 700 metros de altitud– que le da la frescura necesaria para integran el conjunto: mineral y muy bien trabajado con sus lías.
LOS VINOS Y SUS PRECIOS
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Adventicia 2024 30 euros.
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Propósito 2024 20 euros.
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Galáctico 2023 30 euros.
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Carraelvillar 2023 30 euros.
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Camino de la Torre 54 €.
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Melancólica 2023 30 euros.
Propósito 2024 es el vino de más rotación (10.000 botellas) de la colección, elaborado con uvas de seis parcelas de Lapuebla, de la zona baja, con suelos aluviales de piedra, y arcillo-calcáreos de la zona media con edades de entre 50 y 80 años: «Me gusta mucho el equilibrio que obtenemos; sería un concepto de vino de pueblo, aunque no lo hemos trazado oficialmente, y en el que lo que más nos importa es que sea fácil de beber», detalló el viticultor. Propósito destaca por su fruta roja y por una sedosidad que lo hace muy agradable en su paso por boca. Un vino para disfrutar.
Galáctico 2024 es la garnacha tinta de la misma finca que Adventicia. Otro vino fantástico, con una nariz espectacular, de gran frescura y uno de los que más gustaron y sorprendieron en la cata: «La primera añada que hicimos fue 2022 y creo que ya en 2023 hemos dado con la tecla para mostrar el vino en su total plenitud».
Carraelvillar 2023 es un parcelario de un viñedo de 103 años, situado entre Laguardia y Elvillar, un vinazo concentrado, con fruta negra y con un fondo calizo muy característico de los viñedos más viejos y suelos más pobres de la zona: «Era un viñedo que estuvo a punto de ser arrancado, incluso con los papeles ya solicitados, pero al que le dimos una segunda oportunidad». Por suerte.
Algo similar ocurrió con Camino de la Torre (2022), el inicio del proyecto con una viña de 85 años que plantó «el abuelo de mi abuelo». «Llevaba dos años abandonado y comenzamos a recuperarlo». «Hoy lo trabajamos y certificamos como ecológico y, a mi juicio, es nuestro gran vino de finca». Apenas cinco kilómetros separan esta parcela de la anterior y la comparativa, entre estos dos tempranillos, es muy bonita: más recio el primero y más perfumado el segundo y, como sobre gustos no hay nada escrito, el cronista prefiere el primero mientras que el bodeguero, el segundo.
Y, para concluir, una maturana tinta, Melancólica 2023, que los Heras Cordón plantaron en 2007 a 700 metros de altitud: «Hacemos 1.000 botellas y es el vino que más nos permite crecer porque la finca nos dejaría llegar hasta las 10.000». «De momento –continúa– está gustando mucho, pero vamos a ir poco a poco». Melancólica es una maturana poderosa, un varietal como el resto de la colección, pero, quizás, el que más 'desentona' del conjunto.