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Cipriano Lodosa Urdapilleta posa junto a una bandeja de espárragos con un busto de Cervantes. J. MARÍN
El telón de Lodosa que cada día se abre en Logroño
Tengo una tienda | Conservas Lodosilla

El telón de Lodosa que cada día se abre en Logroño

Cipri, actor al frente de 'Conservas Lodosilla', interpreta como nadie el papel de último tendero de Sagasta

Javier Campos

Logroño

Sábado, 6 de abril 2024, 14:15

Podría decirse que cada jornada en el número 6 de la calle Sagasta, en una de las esquinas con Carnicerías, más que subir la persiana, se abre el telón. No en vano, 'Conservas Lodosilla' inició su función hace más de dos largas décadas entre finales de los 90 y principios del 2000, y desde hace 12 años es Cipri quien interpreta como nadie el papel de tendero, el último desde hace algunas fechas desde Portales hacia el Ebro.

No en vano, este navarro afincado en La Rioja no duda en despachar pimientos, espárragos o alcachofas mientras recita el Quijote, pues además de regentar tan singular tienda de comestibles, haciendo patria de la mejor huerta de la Ribera, Cipriano Lodosa Urdapilleta es actor profesional, con la obra de Miguel de Cervantes como libro de cabecera. De hecho, en su bajo en pleno Casco Antiguo conviven verduras y teatro.

A TENER EN CUENTA

  • Sagasta 6 Cipriano Lodosa regenta desde hace doce años 'Conservas Lodosilla', tienda de comestibles abierta en el Casco Antiguo de Logroño hace más de dos largas décadas por su padre.

  • Referente El de Cipri es uno de los establecimientos en vías de extinción del centro histórico de la capital de La Rioja, referente en mil y un reportajes de viajes por toda España.

¿Y qué tiene que ver la agricultura con la literatura? «En el Quijote está todo», responde sin titubear Cipri con una sonoridad propia de las tablas que atesora tanto en uno como en otro oficio. «Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago. Sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado ni guarda secreto ni cumple palabra», recita uno de los apropiados textos del ingenioso hidalgo mientras la clientela entra y sale sin parar de cargar las mejores viandas.

De marzo a abril, alcachofa; hasta junio, espárrago; y de septiembre a diciembre, pimiento. El olor de estos últimos, asados, es tan característico que el otoño en el centro histórico de la capital de La Rioja no sería lo mismo sin el buen hacer de Cipri. Son estos tres productos, no en vano, su principal reclamo, aunque no los únicos. Y es que el colmado de Sagasta 6, donde en su día se ubicase una farmacia, por no necesitar ya no necesita ni cartel. Se lo robaron dada la zona en la que se ubica, tan castigada por los excesos del ocio nocturno.

La otrora rotulada 'Conservas Lodosilla', así pues, vendría a ser un trozo de tierra de Lodosa en el corazón más urbano de Logroño, un viaje de la huerta a la mesa «sin intermediarios», de ahí que pueda ofrecer «lo mejor al mejor precio». «Tenemos fábrica en Lodosa, y las conservas las elaboramos nosotros», explica. Sin trampa ni cartón. Nada de gourmet, delicatessen o demás etiquetas, «esto, simplemente, es bueno... y nada caro», presume.

Y lo hace ante una especie de altillo dedicado a Alonso Quijano y a las lecturas dramatizadas a las que pone rostro y voz, rodeado de algunas de las botas de vino a las que daban forma las manos de Félix Barbero, el botero vecino ya jubilado, y que ahora hacen las de su hijo, aunque con el taller ya cerrado al público.

La de Cipri, antes de su padre, no es una tienda al uso. ¿Atípica? «Muy peculiar, sí, y así lo reconocen vecinos y visitantes», dice. Y no sólo por la tienda, sino por el tendero. «Eso me dicen, lo atípico es que alguien como tú esté detrás del mostrador», confiesa, sin un ápice de presuntuosidad, quien es artista por partida doble.

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