Borrar
Alberto García agarra al cantante Jesús Cifuentes en una imagen promocional de Celtas Cortos. ::
Alberto García | Violinista: «Vivo con la esperanza de ver cómo se hunde algún pilar que sostiene el mundo»

Alberto García | Violinista: «Vivo con la esperanza de ver cómo se hunde algún pilar que sostiene el mundo»

Celtas Cortos vuelven otra vez a La Rioja, ahora en plenas fiestas mateas, con el concierto previsto esta noche (22 horas) en la Plaza del Mercado

Teri Sáenz

Logroño

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Viernes, 22 de septiembre 2017, 13:51

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Aquel puñado de jovenzuelos entusiastas que se reunieron un día en Valladolid para desfogarse con la música y conocer otros mundos siguen en la brecha. Celtas Cortos vuelve a Logroño sin perder un ápice de energía pero tampoco de militancia en unas canciones que como, dice su violinista, «parece que se compusieron mañana».

- ¿Qué diferencia hay entre la banda que surgió hace 31 años y la que actúa hoy en Logroño?

- Supongo que con el tiempo pierdes un poco de ingenuidad y frescura y ganas en conocimientos. Intentas evolucionar, no repetirte demasiado, aunque uno siempre es esclavo de sus limitaciones.

«Aquí no manda el PSOE o el PP ni dios que lo fundó sino el Banco Santander, Telefónica, Repsol y todos sus secuaces»

- ¿Y en lo humano?

- Al principio había un componente más de amistad, de pura risa, que ha ido dando paso a algo más de profesionalidad sin perder esa conexión personal. Una evolución que nos ha marcado el paso del tiempo y con la que más o menos sabemos convivir.

-¿ Imaginaba esa continuidad cuando aquel grupo de chavales se juntó a finales de los 80 para mezclar rock, folk y música celta?

- Nunca sabes a dónde van a llegar las cosas. Además, en un grupo humano tan numeroso como éste las variables son infinitas. Ha habido idas y venidas, momentos muy agrios, otros más dulces. Todo ese vaivén ha dado muchos frutos e infinidad de impactos emocionales que también acaban revertiendo en lo creativo. Podemos sentirnos afortunados del traqueteo que hemos experimentado porque nos ha sido muy amable y tantos años después podemos seguir mirándonos a los ojos gracias a la vida que, como dice la canción, nos ha dado tanto.

- Lo que ha variado poco es la abrumadora respuesta del público.

- Aún me sigue pareciendo una barbaridad. Miras a tu alrededor y ves grupos que son monstruos de lo escénico y musical y tú estás ahí al lado, sintiendo tu suerte. Da vértigo que tras 31 años haya un público tan fiel y eso es para reconocer que somos tremendamente afortunados al comprobar que pocos pisan la cuerda en la que tú estás pisando.

- Además de la suerte, también han contribuido un puñado de temas que ya tienen la etiqueta de clásicos y siguen igual vigentes.

- Es una desgracia ver que tras décadas algunos siguen siendo un reflejo casi idéntico al que era entonces.

- Perdón, ¿ha dicho desgracia?

- Nunca piensas que una canción vaya a cambiar el mundo, pero sí guardas la íntima esperanza de que quizás, con el paso del tiempo, pierdan vigencia. Mira por dónde no sólo no ha ocurrido así, sino que algunas como Skaparate nacional, Tranquilo majete o Haz turismo parece no ya que se han creado ayer, sino que se compusieron mañana.

- Lo que ha mutado en estas tres décadas y además a enorme velocidad es el entorno de Celtas Cortos. Burbujas inmobiliarias, corrupción, 15M, fracturas sociales...

- En cierta medida somos merecedores de lo que tenemos. El inmovilismo que a veces nos invade a todos, y yo me pongo el primero de la fila, nos ha llevado a lo que hay. Porque uno ejerce de activista, pero se puede ejercer mucho más. Sin embargo, no hay que engañarse: estamos gobernados por quien no lo parece. Aquí no manda el PP ni el PSOE ni dios que lo fundó, sino Telefónica, Repsol, el Banco Santander y todos sus secuaces.

- ¿Y de quién es culpa?

- No tengo respuesta a eso. Sólo vivo con la esperanza de asistir al hundimiento de algún pilar que sujeta este mundo antes de que me muera.

- No es habitual oír entre los músicos un discurso tan contundente. ¿Miedo a vender menos discos?

- Cantar al amor o el desamor no implica que quien lo haga no esté tan preocupado o más que nosotros por los problemas que te rodean. Es verdad que en las radiofórmulas todo es muy blanco, muy 'no te metas en ajos'. ¿Hace falta ahora cantar temas vacíos o reguetón con sobredosis de hormonas? Pues que cada uno pedalee como pueda. Por suerte, el público tiene hoy a su alcance un montón de música fuera de los cauces habituales y puede elegir lo que quiera.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios