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La alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, en pleno baile con un peñista de La Unión, ayer, en la visita a los chamizos. :: miguel herreros
Entre vinos, pasodobles y alegrías...

Entre vinos, pasodobles y alegrías...

Concejales del Ayuntamiento confraternizan durante las visitas a los chamizos de las peñas

JAVIER CAMPOS

Miércoles, 20 de septiembre 2017, 00:28

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LOgroño. «Podemos pasar un día de fiestas sin toros, sin pelota... pero no sin peñas». Las palabras del presidente de La Rioja, José Ignacio Ceniceros, durante la entrega del galardón 'Gran Ciudadano Logroñés' de la Peña Áster sirven de entrada a lo que son y a lo que significan. Y es que sin ellas, nada sería igual. Las peñas son una de las bases de cada sanmateo y sus chamizos, escenario festivo de lo posible y hasta lo imposible.

Las tradicionales visitas que la corporación municipal rinde durante las mañanas mateas son el mejor ejemplo de ello. Concejales del Ayuntamiento de Logroño, de PP, PSOE, Cambia Logroño, Ciudadanos y PR+ confraternizan al calor del porrón, al ritmo de la charanga y con la diversión del juego que toque. «He conseguido que una concejala socialista lleve el pañuelo del PR+», presumía Rubén Antoñanzas señalando el cuello de Ana Vaquero.

Y es que si, tal y como cantaba Manolo Escobar, 'entre flores, fandanguillos y alegrías, nació mi España, la tierra del amor'; 'entre vinos -o zurracapote-, pasodobles y alegrías', en Logroño, al menos en San Mateo, nació algo parecido. Similar, similar... Y ayer pudo verse en las sedes de las peñas La Unión, Los Brincos y Áster con los medios de comunicación como testigos y las cámaras dando fe de todo.

La charanga Sense Trellat, de Valencia, recibía a equipo de Gobierno y oposición municipal a su entrada al chamizo de La Unión, justo enfrente de Los Brincos, en la todavía denominada calle Primo de Rivera. El pasodoble 'Jávea' sirvió como banda sonora a los primeros bailes entre munícipes, siendo la propia alcaldesa, Cuca Gamarra, el concejal de Medio Ambiente, Jesús Ruiz Tutor, la socialista Ana Vaquero y el 'naranja' Julián San Martín, amén del regionalista Antoñanzas, los primeros en ocupar la improvisada pista de baile.

Fuera, pequeños y grandes tiraban a la rana -también lo hicieron algunos ediles-. Y vuelta a entrar en el chamizo del otro lado de la calle, el de Los Brincos. Allí, más de lo mismo, pero con la charanga El Ninot, también venida de tierras valencianas. «Yo bailé ayer...», confesaba el portavoz de Cambia Logroño, Gonzalo Peña. Allí el juego estuvo dentro y tras lanzar una boina a una botella -el vendimiador Cristian Sarramián hizo gala de buena puntería-, unos y otros se agarraron al futbolín (pasa cada año )... y hasta cantaron gol.

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