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Guillermo Hermoso de Mendoza maniobra ante la embestida del toro ayer en La Ribera. :: justo rodríguez
SEIS OREJAS NO SON PECATA MINUTA

SEIS OREJAS NO SON PECATA MINUTA

JUAN CRUZ GASTÓN

Domingo, 30 de septiembre 2018, 00:34

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No son petaca minuta seis orejas en una corrida, sea a pie o a caballo. No es muy normal. Quizás dada la marcha que ha llevado el toreo a pie, con más sombras que luces, lo de ayer fue una especie de compensación. Conste que se quedaron dos por cortar, al tercero de la tarde, un novillo con cuajo de toro, que fue francamente bueno y por el fallo con el estoque de descabellar se fue al desolladero con ellas puestas. Son cosas que pasan en este complejo mundo del toro y del toreo, porque las corridas de rejones han alcanzado un nivel muy importante por culpa y gracia de Pablo Hermoso de Mendoza, que es un torerazo a caballo como la copa de seis pinos.

Seis orejas, seis, y la afición salió contenta y yo también. Tres se llevó don Pablo y tres la francesa Lea Vicens. Pablo las dos en su primero y Vicens en su segundo. Pienso que la segunda de la dama gala fue medio regalada por el palco si comparamos las faenas del estellés, al que han copiado todos, absolutamente todos los actuales toreros a caballo. Lo dicho, pero las cosas son como son y no siempre son como deberían ser, naturalmente que lo escribo según mi criterio, que puede ser equivocado, faltaría más. La mala suerte se cebó con Guillermo Hermoso de Mendoza, que lo toreó como si fuera su propio padre, sin nada que envidiarle. Después de el rejón de muerte echó pie a tierra y cogió el estoque de descabellar, a la séptima acertó. Creo sinceramente que las dos orejas las había merecido por la faena, pero amigos, a los toros sean a pie o a caballo hay que matarlos y perdió los trofeos que había ganado toreando a caballo.

Pablo lo bordó. No era fácil cortar al primero las orejas, pero las mereció. Una más cortaría en su segundo, cuarto de la tarde, ante un toro con las fuerzas escasas. Respecto a su toreo, de entrada en sus dos morlacos los recibió toreando en círculo muy reducido llevándolos prendidos de la cola de los caballos y luego todo lo de demás, la doble pista cambiando los terrenos, los quiebros clavando al estribo, los adornos y las piruetas. Una sintonía de buen toreo y triunfo importante del caballero estellés.

La suerte con la espada sigue contando a la hora de sumar triunfos y Guillermo falló con el descabello

Una oreja se llevó Lea Vicens en su primer toro, una faena muy vistosa poniendo su saber, que ha mejorado mucho desde la primera vez que le vi en los ruedos. Clavando un tanto despegadas las reuniones, rejón y pinchazo previo. En su segundo empezó toreando y clavando a cierta distancia para ir mejorando paulatinamente, centrándose cada vez mejor el toreo de doble pista. Una banderilla en la llamada suerte del violín levanto clamores. Mató de rejón certero, el palco concedió las dos orejas. Mi nieto, que monta a caballo, me dijo que el premio le parecía excesivo. Mi respuesta fue: a mí también.

Guillermo estuvo en torero grande en su primer enemigo con un toro bravo, pero su desgracia fue fallar tantas veces con el descabello: cuando levaba tres, el público le seguía ovacionando. Caló mucho su buena faena, aunque en el sexto me pareció que estaba un tanto nervioso. El toro muy parado y el torero bien. Lástima.

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