Gorgorito nunca falla

Señores... esto se acabó. De verdad. Ya no hay más días. O menos si uno ha trabajado o ido al colegio este jueves y viernes... Ahora sí que sí. Se cuelga el cartel del fin.

Algunos pensaran que ya era hora. Demasiadas colas, demasiadas aglomeraciones, demasiados bailes y demasiadas terrazas... Ayer se notaba que San Mateo tocaba a su fin. Despedidas en los bares, fotografías imposibles para mandar a los amigos de la calle Portales que demuestren eso de «Yo estuve en las fiestas mateas»....

Ni los autobuses felicitaban en sus letreros eso de «¡Feliz San Mateo!». Menos gente por la calle, menos peñistas y más caras de cansancio excepto en un lugar donde cada tarde se agota el suelo. Generación tras generación Gorgorito sigue llenando y da igual que en el resto de la fiesta la sensación fuera de retirada y ganas de volver a la rutina. Los niños son de otra pasta y más si han tenido que ir al cole dos días. Gorgorito es imperdonable. Y hay que ir sea como sea.

Y como toda buena fiesta, siempre hay un último baile. Bien sea de vermut por la mañana en la calle Ateneo o en un tributo más de esos que tan bien se han organizado en el espacio peñas. Ayer por Barricada, Extremoduro y La Polla Records... casi nada. Una buena traca final de despedida matea para los más osados.