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Integrantes de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos, con los únicos cuatro gigantes que pudieron desfilar ayer y los cabezudos. :: j. marín
La Duquesa se queda sin compañero      de baile

La Duquesa se queda sin compañero de baile

Seis de los diez gigantes de la comparsa no desfilaron ayer en el pasacalles por falta de porteadoresEl primer desfile de los sanmateos salió incompleto, solo con las figuras de Marqués de la Ensenada, Sagasta y los dos Riojanos

ÁFRICA AZCONA

Martes, 18 de septiembre 2018, 00:12

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Logroño. Ni la Duquesa de la Victoria ni Espartero ni el Alcalde ni la Alcaldesa ni los dos Peñistas... Los seis ilustres personajes de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos se vieron obligados a quedarse ayer por la mañana en los almacenes que la asociación tiene en Madre de Dios sin poder acudir a su cita de todos los años por las calles de Logroño. La falta de porteadores dejó a la comparsa reducida a menos de la mitad: Sólo las figuras de Sagasta, Marqués de la Ensenada y los dos Riojanos acudieron finalmente al encuentro de las 11, en la Plaza de Toros, donde les esperaba una legión de seguidores ajenos al momento de confusión y los nervios previos vividos en el Paseo de la Constitución ante la falta de voluntarios y la duda de si se saldría o no.

«Es lunes, y la gente trabaja..., hemos esperado y al final nos hemos juntado cuatro», reaccionaba resignado el presidente de la Comparsa, José María Pérez, mientras ultimaba los últimos ensayos con los otros tres voluntarios que como él iban a bailar finalmente las figuras, de entre los 40 y 50 kilos. Entre ellos una mujer: Daimaris, en la comparsa desde hace cuatro años («me enganchó una amiga y aquí sigo»); Pedro, un incondicional de los gigantes, y Álvaro, un joven de 20 años, de Oyón, con experiencia en pasear y bailar los gigantes y dispuesto «siempre» a echar una mano. «Hoy no haremos gran cosa, unas jotas y unos bailes cortos», avisaba poco antes de iniciarse el recorrido que les iba a llevar por el paseo del Prior y Senado para volver por Doce Ligero a avenida de la Constitución. El tesón de los pocos que aun aguanta hizo que, pese a incompleto, el desfile se celebrara y los niños quedaran hipnotizados al paso de Popeye, el Demonio y Verrugón..., los dulzaineros también pusieron de su parte y los cabezudos se dedicaron como siempre a dar la mano a quien se lo pedía y a tirar de cachiporra para pegar a quienes se acercaban. A vista de los pequeños todo era igual, no así de los padres. «Me da rabia, sin esto no sería lo mismo», señalaba Raúl, padre de los pequeños Daniel y Javier, resumiendo el sentir de los padres.

El desfile sigue siendo uno de los acontecimientos más esperados de las fiestas y prueba de ello, como señaló ayer José Manuel Urarte, en la comparsa desde hace 49 años, está el llenazo del lunes en el colegio San Francisco donde quedaron expuestas al público todas las figuras. Este veterano vive con pena cómo languidece una tradición de toda la vida, pero él lo tiene claro. La razón de fondo es que «antes se recibía un dinero, pero como ahora no se cobra, nadie quiere colaborar, así de claro». «A mí me encantaría volver a bailarlo, como lo he hecho toda mi vida, pero con 62 años y ocho hernias por mucho que me lo proponga...». Tanto él como el presidente ahora depositan su confianza en un grupo de chavales entusiastas que llevan saliendo desde pequeños y que, con 15 y 16 años, son los encargados de momento de salir con las figuras más pequeñas. «Son chavales con ganas, pero todavía tiene que pasar un tiempo...».

Los gigantes son un clásico y hasta ahora nunca han faltado a su cita. Y tampoco esperan hacerlo en los próximos días. Hoy no salen, no está programado, pero la comparsa volverá mañana, de 11 a 13 horas. La salida será desde la plaza de toros, para seguir por Doce Ligero, avenida de la Paz, Muro de Cervantes, Espolón, Sagasta, Plaza del Mercado, Portales, Muro de Cervantes, Plaza del Ayuntamiento y regreso a los locales de Paseo de la Constitución. «¡Aunque seamos tres, saldremos!». Era ayer el grito desesperado de Urarte, que no está dispuesto a que se pierda una tradición sin la que los sanmateos no se entenderían. Los últimos han sido años duros para los responsables de la asociación, que en más de una ocasión han hecho un llamamiento para encontrar porteadores. Sin respuesta hasta la fecha, sin decirlo, ahora miran al Ayuntamiento.

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