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LA RIOJA
Logroño
Miércoles, 19 de septiembre 2018, 19:02
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Las hay mansas y las hay bravas. Las hay indiferentes y testarudas. Las hay pequeñas y también grandes. Y claro, cuando se junta en una misma vaca las tres cualidades de bravura, grandeza y testarudez pues la plaza como que se vacía. Así de selectiva es la valentía de los corredores. Primero se selecciona el material y después se baja al albero, si procede.
Y luego están las saltarinas, como anuncia el propio ganadero y lo avisa con razón. No hay escudo, parapeto o engaño que no conozcan algunas reses, que vienen con el manual debajo del brazo.
Sea como sea, jóvenes y mayores acuden a diario a la plaza para ver el espectáculo de las vaquillas en uno de los actos más multitudinarios de las fiestas de San Mateo.
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