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IÑAKI GARCÍA
Sábado, 9 de junio 2018, 14:19
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Durante las fiestas de San Bernabé Logroño se traslada a 1521. Lo hace a través de múltiples representaciones, de actividades varias y de un repaso a la historia de la ciudad en aquella época. Pero además, muchos vecinos de la capital riojana buscan dar un paso más en ese nivel de implicación. Intentan viajar de una forma más exhaustiva al siglo XVI y para conseguirlo se visten con las indumentarias que los ciudadanos portaban por aquel entonces.
¿Y cómo eran aquellos ropajes? María Gloria Moreno, propietaria de Mary Costura, lo explica: «Son completamente diferentes a los trajes regionales y se elaboran con telas muy nobles como el lino y el algodón», cuenta. «Aparte, los colores son también muy básicos: tostados, verdes o azules», añade Moreno, quien indica que desde la sastrería renacentista se realiza una labor de investigación muy detallada para esas indumentarias respondan de la manera más fidedigna a la realidad de aquella época. «Primero se realizó un estudio de cómo eran aquellos trajes para poder ofrecer a los voluntarios un amplio abanico de opciones», relata Luis Javier Jiménez desde la citada sastrería. «Cada uno elige el que quiere, se le adapta a su talla y se escogen las telas», apostilla.
Una de las precursoras de esta iniciativa que buscaba implicar más a los ciudadanos en las fiestas fue Inmaculada Sáenz. «Fue un trabajo en equipo capitaneado por Ángel Varea», recuerda la exconcejala de Participación Ciudadana. «Queríamos que la gente fuera mucho más partícipe de lo que sucedió en Logroño en aquel 1521», recalca.
Sáenz reconoce que toda esa puesta en marcha no hubiera sido posible «sin la complicidad y el trabajo» de los voluntarios. «Y nuestro objetivo siempre estaba puesto en que en el 2021 Logroño pudiera hacer algo grande para celebrar el quinto centenario del sitio de la ciudad», afirma la exconcejala, que añade que toda esa labor se realizó sin dejar a un lado tradiciones como la de los trajes regionales.
A este respecto, María Gloria Moreno explica que las vestimentas renacentistas y las regionales tienen muy poco que ver. «Estos últimos son más difíciles de trabajar porque están elaborados con materiales como el terciopelo», expone. «Los de época, en los chicos, están formados por pantalones más ajustados y camisas más holgadas; en las mujeres, mientras, resulta más fidedigno el vestido completo que la falda», explica. «Los regionales de chica, por su parte, están compuestos por falda, camisa, delantal, enagua, pololos y complementos; y el de chico tiene pantalón de pana negro, camisa blanca, chaleco de color, chaquetilla de pana negra y también faja, pañuelo y medias de garbanzo», enumera. «Son muy diferentes ambos trajes», remata.
Sobre los renacentistas, además, Moreno especifica que la ropa servía como reflejo del estatus de la persona que lo vestía. «La gente más pobre, que era la mayoría, portaban colores y tejidos más pobres», cuenta. «Los tintes de color, por su parte, estaban reservados sólo para la gente con dinero», concluye.
Así sigue consolidándose aquella propuesta de mayor implicación de los ciudadanos en estas fiestas de San Bernabé. «En el 2008 se produjo el cambio», recuerda Inmaculada Sáenz, quien cuenta que le gusta tomar prestado de Santiago Tabernero el término 'logroñear' para explicar lo que se quería conseguir con estas iniciativas. «Nos dimos cuenta de que era el momento de que la gente 'logroñeara' su propia historia», dice. «Y siempre con la perspectiva de preparar a la ciudad y a los ciudadanos para el 2021 y ese 500 aniversario», finaliza.
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