«El reparto del pez es la solidaridad en estado puro»

- En sus últimos banderazos, ¿a quién le queda por dedicarlos?

-Hay muchísima gente. Los banderazos siempre tienen emoción, sentimiento de pertenencia a la ciudad y ese orgullo de ser logroñesa y de tener el honor de darlos. Siempre hay colectivos, organizaciones... a quien brindarlos de manera muy especial.

- ¿Cuál ha sido la progresión de estas fiestas y hacia dónde deberían tender?

- La progresión está enfocada a profundizar en las raíces y en la historia de nuestra ciudad, tanto desde el punto de vista histórico buscando la fidelidad a lo que aconteció en 1521, como en la participación de la sociedad logroñesa en la celebración, que está muy vinculada a los acontecimientos de 1521 en los que se fraguó, sin duda, lo que hoy se llama participación ciudadana en ese 'concejo abierto' que aquel mes de mayo de 1521 se celebraba en Santiago y que fue el germen de esa democratización y sentimiento de pertenencia a Logroño.

- ¿Ha tocado techo la participación o queda hueco?

- Siempre hay hueco para que se sume mucha más gente y eso se va viendo, por ejemplo, en cómo los colegios, en los días previos a las fiestas, se convierten en una escuela de tradiciones, de historia, de raíces y del orgullo de ser de esta ciudad. Colegios, ludotecas ... Y no ha tocado techo porque cada vez participamos más logroñeses en las actividades y, los que lo hacemos, lo hacemos con más profundidad y más involucrados.

- ¿Es historia? ¿Es folclore?

- Hay un nexo, lo histórico como raíces, como el camino colectivo que hemos andado juntos los logroñeses de distintas generaciones y como base de la cohesión social, no solo en el pasado y en el presente sino como garantía de futuro, no solo desde la celebración de las fiestas sino desde orgullo de pertenencia y que permite que se afronten retos colectivos para una sociedad. Y eso es Logroño y esos son los valores que se refuerzan en 1521 con la resistencia al asedio del ejército francés pero que se han ido incremento y que espero que el Quinto Centenario (en 2021) conformen ese punto de inflexión para seguir cultivando esa necesidad de unidad que es fundamental para una ciudad.

- Estas fiestas, las de este año, ¿Qué tienen de especiales?

-Que seguimos avanzando en la recuperación de algunos hitos del voto de San Bernabé y en nuestras tradiciones. Hay elementos sobre los que gira San Bernabé y que, no por formar parte indiscutible del mismo desde hace décadas, como el reparto del pan, pez y el vino, pierden protagonismo, pero hay otros que reforzamos año a año. Y esta vez hemos querido dar especial relevancia al 'concejo abierto' que se celebra este viernes (hoy) para que comience a tener el protagonismo que debe poseer, como sucedió en aquel momento de la historia.

- ¿Cuál es la vigencia del reparto del pez? ¿Pierde protagonismo con tanta degustación o es otra cosa?

- Es otra cosa totalmente distinta. El reparto del pan, pez y vino es algo que está muy por encima, con todo el respeto a las degustaciones. Es la conmemoración de la resistencia, es la solidaridad en estado puro, es el sentimiento de pertenencia a la ciudad de Logroño, pero, sobre todo, todo lo que está en torno a la cofradía significa las costumbres, la historia, la cultura y el legado de generaciones que tenemos la responsabilidad de promover, conservar y agradecer a todos los que lo hacen posible. Hay que tener en cuenta, además, que es un acto que desarrolla la Cofradía del Pez de forma voluntaria y sufragando el reparto, lo cual dice mucho no solo de los cofrades sino también de lo que es San Bernabé, arrimar el hombro todos más allá de un programa de fiestas.

- ¿Qué está hecho y qué queda para que los de 2021 sean especiales de verdad?

-Primero, tenemos elaborada la contextualización histórica de aquel momento y, desde esa contextualización, tenemos la 'declaración de acontemiciento de especial interés público' y eso significa la voluntad de todas las administraciones de considerar el Quinto Centenario, no como una celebración local, sino de trascendencia nacional e internacional. Desde ahí tenemos las mejores perspectivas y una ciudad entusiasmada y volcada con la celebración. Lo que queda en estos momentos es llevar a cabo la programación para que se pueda empezar a organizar y celebrar. Una celebración en la que debemos estar presentes todos. Es un asunto de ciudad y debe estar por encima de la política y de las corporaciones, es la excusa perfecta para celebrar la unidad de una ciudad que siempre ha sabido estar a la altura de las circunstancias, y que ha tenido un valor fundamental, la cohesión social y afrontar el futuro desde los proyectos colectivos. Queda aprobar esa programación por parte de las administraciones desde la elaboración que tendrá que realizar el Ayuntamiento siendo fieles a esa contextualización que ya está hecha.