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ÁFRICA AZCONA
Domingo, 17 de junio 2018, 23:27
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logroño. Cuatro grandes como Ovidia de Francisco, Sheyla Gutiérrez, Francis Paniego y Pablo Sáinz Villegas recibieron ayer la Insignia de San Bernabé «por sus extraordinarias trayectorias» en una sesión plenaria presidida por la alcaldesa, quien quiso reconocer «la humildad, rebeldía e inconformismo en sus vidas», al tiempo que consideró un orgullo la proyección de Logroño que han realizado «allá por donde les guían los pasos». Arropados por autoridades regionales y locales, sus familias y, en algún caso, por sus representantes profesionales, los homenajeados agradecieron el reconocimiento oficial celebrado en el salón de plenos, donde, como no podía ser de otra manera, sonaron los acordes de Sainz Villegas. Para la ocasión, eligió 'Recuerdos de la Alhambra', un clásico en su repertorio y con el que quiso rendir un «homenaje a la multiculturalidad», esta vez desde Logroño, la ciudad que le vio nacer. El 'alma' de la guitarra española, como fue mencionado, afirmó que la inspiración le llega «de las personas con las que se cruza, porque «La Rioja y Logroño son un cruce de caminos», e incidió en que él busca «cambiar el mundo creando».
El de ayer fue un día de homenaje para Ovidia de Francisco, que, a sus 89 años, estuvo en la sala pero no intervino. Lo hizo su nieta María y en presencia de su madre Ovi, ambas también periodistas de TVE. Emocionada, quiso recordar que su abuela fue la segunda mujer cámara de España, «cuando las cámaras en aquella época pesaban mucho», pero también la definió como una mujer luchadora para la que la vida no le fue fácil. «Tuvo que salvar muchos obstáculos profesionales, como que no le dejaran pasar al burladero de la plaza de toros, y personales, perdió un hijo en un rally aéreo para TVE», recordó satisfecha de que haya terminado siendo un referente para las mujeres trabajadoras.
Francis Paniego fue presentado por el periodista Pablo García-Mancha, quien destacó de él su disciplina y fascinante trayectoria en un discurso en verso. El propio cocinero, ante la presencia de sus hijos Teresa, Quique, que el año que viene estudiará Económicas, y Berta, que cursa Educación Infantil, recordó que, aunque normalmente se dice que es natural de Ezcaray, él, como muchos en los 60, nació en la clínica Velázquez de Logroño y durante décadas acompañó a su padres, para quienes tuvo palabras de reconocimiento, a viajes a la capital riojana. «Yo conocí Logroño aparcado en segunda fila, mientras esperaba a mi padre que volviera de hacer sus recados, que si unas copas que había encargado en la ferretería enfrente de la Veneciana, que si el médico...». Y, como destacó, acabó casado con una logroñesa y montando un restaurante aquí». También Sheyla Gutiérrez se mostró agradecida y «abrumada» por el reconocimiento que siente en Logroño «de toda la gente que me apoya y que cuando las cosas no van bien me dan fuerza para pedalear». Además no pudo reprimir las lágrimas cuando recordó el apoyo que siempre le ha dado su madre. Luis Ruiz, amigo de la familia, realizó una emotiva semblanza de la competitiva Sheyla, que empezó en Varea para terminar en las pistas internacionales. «No me gusta perder ni con los chicos», se confesó la campeona.
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