Inmersión tranquila en el XVI

El mercado se estrenó ayer tranquilo. Por la mañana se pudo recorrer sin agobio y era fácil acercarse a unos puestos que ofrecen cada vez productos más cuidados. En uno de los rincones que surgen en el recorrido, en plena calle Barriocepo, aparece el campamento de las milicias logroñesas, en el que los más pequeños no quieren dejar de echar un vistazo. Para eso está. La zona infantil instalada junto a Santiago y la calle Norte, ofrece un buen panorama de juegos tradicionales para los más pequeños, pero también se pueden apreciar elementos relacionados con oficios tradicionales y con métodos desaparecidos.

Para que no caigan en el olvido del todo, se podían ver trillos en una caseta montada para la ocasión y también, en un taller, se pudo trabajar la lana. Además de las representaciones más multitudinarias, por las placitas del Casco Antiguo surgen también escenarios más pequeños, como los de la plazuela de Alonso Salazar y al lado de las escaleras de Santiago para funciones más pequeñas que sorprenden a los viandantes. Y, además, en cualquier fiesta de la ciudad está Portales. Recorrerlo ya tiene su propio aliciente. Ayer rebosaba de gente, como siempre, y de globos.