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J. C.
Lunes, 18 de junio 2018
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Logroño. «En esta plazuela tuvo su taller el impresor Arnaldo Guillén de Brocar, ciudadano de Logroño». La placa, visible incluso a través del andamiaje que desde hace días rodea el número 8 de la plaza Martínez Zaporta, da testimonio de lo histórico del lugar desde que la colocase el Instituto de Estudios Riojanos (IER) un 10 de junio de 1956 (según el otrora cronista oficial Jerónimo Jiménez en 'Las calles de Logroño y su historia').
Y es que en la citada zona de la ciudad, a principios del siglo XVI, había abierto su imprenta el francés Guillén de Brocar, uno de los mejores impresores en la España del Renacimiento. De ahí que la calle fuera bautizada originalmente como Imprenta (no fue hasta 1935 cuando luciese su nuevo nombre, Francisco Martínez Zaporta).
El edificio en cuestión, de propiedad privada, afronta estos días un proyecto de rehabilitación que dará como resultado tres viviendas -sin precisar si se tratará de viviendas turísticas o no- y un local comercial en una de las esquinas situadas justo enfrente de los Moderno -en la otra se ubicará el edificio Novelty Plaza Residencial proyectado por Aransa, nueva propietaria, en el PERI Carnicerías-.
No en vano, los bajos sí que han estado ocupados por distintos negocios hosteleros en los últimos años. «Rehabilitación, no reconstrucción... manteniendo fachadas al completo, no sólo la piedra de sillería, y forjados», explicaba el arquitecto encargado del proyecto, quien destacaba «normalidad absoluta» en todo lo relativo al 'incidente' del pasado viernes.
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