

Secciones
Servicios
Destacamos
La tienda de Marta Sáenz no es de rosas ni de azules, sino de incontables colores y originales formas para la ropita y los distintos elementos que precisan los bebés. Su comercio no es de cosas tradicionales y el perfil de su clientela tampoco. Lo suyo es la crianza sostenible y el consumo consciente, apunta Sáenz, para señalar que esto implica productos más duraderos, casi todos de fabricación nacional y, sí, quizá algo más caros. No le interesan aquellos que, en poco tiempo, se van a quedar sin cremalleras o en los que se van a romper las tapas, aunque puedan verse en muchos otros comercios y se vendan de lujo.
Para ella, lo importante es el comercio justo, con productos que se confeccionen con derechos laborales y un monitoreo que señale que todo se hace como se debe. Y ofrece, por ejemplo, pañales y toallitas lavables, sacos multitallas, mochilas recicladas... artículos todos ellos que van a poder usarse mucho tiempo. La 'estrella' de esta temporada lo constituye el calzado 'respetuoso', un tipo específico de botitas para pequeñines que cuentan con unos estándares concretos, muy flexibles y que dejan espacio más que suficiente para los deditos.
Los elementos de porteo, para llevar de un sitio a otro a las criaturas, son otro de los fuertes del establecimiento. Cuenta Marta Sáenz que llegan clientes con información un poco distorsionada por los influencers que pueblan las redes sociales y de los que, en general, nadie espera consejos interesados, con lo que lo primero que hace ella es explicar los principios del porteo ergonómico y, entonces, ya los interesados ven las cosas un poco más claras.
Quitando los porteos, casi todo es regalo, señala Marta Sáenz. La mayor parte de las ventas que formaliza son para hacer obsequios. Sí, también los pañales, en estos casos, en general, por demanda de los padres. El papel de regalo que gasta puede alcanzar los cien metros cada dos meses. Apenas seis productos a la semana salen de la tienda sin envoltorio de colores.
El comercio de Marta Sáenz nació hace siete años. El primer año y medio estuvo en Doctores Castroviejo y, desde entonces, en Portales. Se planteó abrirlo a partir de la maternidad, recuerda, cuando comprobó que había un buen puñado de marcas que no encontraba en Logroño y con una clientela que solo podía comprar por internet.
Y si ella vende a través de su web, también entiende que para mejorar esa línea hace falta una inversión importante y son muchos frentes abiertos.
La Bicha debe su nombre a una broma entre Marta Sáenz y sus hermanos, de cuando 'tenía vida', dice, e iban mucho a León. Pensaba, allí por 2020, que iba a ganar un poco de tiempo libre porque las cosas marchaban lo suficientemente bien como para poder permitirse ayuda, pero la pandemia lo puso todo patas arriba.
«Solo falta Godzila. O el meteorito», ironiza a cuenta de la cantidad de fatalidades que se van dando y que han afectado al comercio de proximidad. «Cuando veo gente que lleva más de 25 años en su tienda, me pregunto cómo han podido hacerlo», relata.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Martin Ruiz Egaña y Javier Bienzobas (gráficos)
Juanan Salazar | Logroño
David S. Olabarri y Lidia Carvajal
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.