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Luis Terroba, uno de los comerciantes de la plaza, trabajando en su carnicería. JUSTO RODRÍGUEZ
Mercados de Logroño

La plaza que aspiraba a ser locomotora

El de San Blas aprovecha el tirón turístico, mientras que sigue de obras y con su primera planta por concretar

Domingo, 12 de mayo 2024, 22:19

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El mercado de abastos logroñés por excelencia, el de San Blas, aspira a coger carrerilla. Lo intenta desde hace mucho y no se desiste. «Está llamado a ser un reclamo turístico de primer orden», según decía esta misma semana el concejal responsable, Miguel Sáinz.

A lo largo de los años se han barajado distintas fórmulas para lograrlo, varias basadas en las experiencias de otras ciudades. El momento que se iba a aprovechar para darle una vuelta que sirviera para convertirlo en locomotora del centro histórico de la ciudad fue en la fecha en la que caducaban las concesiones de la mayor parte de los comerciantes de la plaza, diciembre de 2021.

Dado que se escogió mantener la gestión municipal, tal y como se estaba haciendo, pocos meses antes de aquel 31 de diciembre se sacaron los puestos a licitación y se presentaron quienes ya los venían explotando para lograr quince años más en sus negocios. Hasta ahí la primera fase del proceso. La segunda pasaba por las obras de remodelación de San Blas para modernizar las instalaciones, su accesibilidad y equipamientos, cuestión para las que se lograron fondos europeos. Y en ella seguimos porque se va retrasando lo suyo.

4 millones

se están invirtiendo en la plaza logroñesa en unas obras a las que después seguirán otras

16 puestos

en el exterior, más 3 en el interior saldrán a licitación por quince años

Hace unos días, la Junta de Gobierno local daba su visto bueno a la modificación del proyecto de rehabilitación. Tras varias prórrogas, la obra tiene ahora que estar lista para el 31 de mayo de 2024. El contrato inicial, el firmado en junio de 2022, lo fue por un importe de 3.125.249 euros, pero, modificado mediante, el desembolso va a ser ya de 4.046.573 euros.

¿Y qué viene después? Tras estas obras, habrá otras porque quedarán cosas pendientes, confirma el concejal. Además, se le tiene que sacar partido al hueco central que ha resultado del traslado de los ascensores y se está perfilando la fórmula para poder hacerlo.

Puestos vacíos y nueva planta

También se está preparando la licitación de los puestos vacíos. Tres persianas se ven bajadas en el interior del edificio y dieciséis huecos quedan libres en el exterior del mismo. Los técnicos municipales están realizando el cálculo de la tasa. La concesión será también por quince años.

¿Y la primera planta? Si bien la reforma se planteó, en el anterior mandato, para abrir en la misma un 'coworking', con salas de reuniones y despachos, a estas alturas el actual gobierno local aspira a dedicar el espacio a cuestiones gastronómicas basadas en el producto de la propia plaza y la cocina riojana.

Según Sáinz, hay conversaciones avanzadas con cocineros relevantes, con la academia de gastronomía, con el colegio de nutricionistas, con las calles Laurel y San Juan... Y, cuando por fin se ordenen todas las posibilidades, habrá que volver a delimitar espacios y realizar adaptaciones, buscar una sistema de explotación adecuado..., con lo que aún queda un trecho para que esa planta y la segunda, que tendrá usos ligados a la otra, tengan contenido.

La 'cuarta pata'

Mientras, los comerciantes siguen a lo suyo, trabajando. Acaban de estrenar, por cierto, taquillas para poder dejar allí, refrigerados, los encargos que vayan a recogerse más tarde. En la expansión del turismo ha encontrado la plaza 'una cuarta pata' para sujetar su banco, cuenta el presidente de la asociación que los agrupa, Alfredo Iturriaga. Si antes se sustentaban en la hostelería, su público habitual y su clientela de los pueblos, quienes visitan la ciudad y, con ella el mercado, se han sumado a los asiduos a sus mostradores.

Cada mañana pasan por la plaza al menos dos nutridos grupos guiados, además de otros turistas por su cuenta. Su guía les da las explicaciones correspondientes y, una vez que se disgrega el grupo, quienes lo conforman regresan a sus anchas para hacerse con aquello que más les ha llamado la atención. Hay turismo y turismo. A ellos no les llegan despedidas de solteros que acaban en pandillas vociferantes de las que luego se queja el vecindario.

¿Cómo les va a los comerciantes de la plaza? Bien, a base de muchas horas, mucho trabajo, género de calidad... relata Iturriaga. En cualquier caso, claro, están pendientes de que pasen cosas como que se convoque el concurso que llene los puestos vacíos y de que se dote de actividad las otras plantas, si bien la ciudad lo necesita más aún que ellos. «Es un contenedor precioso, pero vacío», reconoce el concejal Sáinz, respecto a las plantas superiores.

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La plaza que aspiraba a ser locomotora