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Logroño comienza esta semana la adaptación de sus calles para convertirse en 'ciudad 30'

El límite genérico de velocidad en las vías de un solo carril por sentido, que son la mayoría, se reducirá desde el 11 de mayo

J. C. / L. R.

Lunes, 8 de marzo 2021, 11:01

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Logroño comenzará esta semana la adaptación de sus calles para convertirse en 'ciudad 30'. La capital de La Rioja, como el resto de España y tal y como adelantase Diario LA RIOJA, ya tiene fecha para reducir el límite genérico de velocidad en sus vías: el 11 de mayo, cuando entrará en vigor el real decreto que baja a 30 km/h las calles de un solo carril o de un único carril por sentido de circulación, que son la mayoría.

El actual máximo de 40 km/h se quedará para las vías de dos o más carriles por sentido, «como excepción», aunque con el modelo que actualmente puede verse en la Gran Vía, es decir, señalizando el carril derecho como 'carril 30' o 'ciclocarril'. También se mantendrá con la correspondiente señalización en viales periurbanos, como avenida de Burgos.

La velocidad será además de 20 km/h en las vías que dispongan de plataforma única de calzada y acera (es decir, en las que no existe diferencia de altura entre la acera y la calzada, como el nuevo puente de Piedra)... susceptible de ser incluso disminuida a 10 km/h, caso de la calle Tejada, dentro de la actuación de área pacificada del entorno del CEIP Vicente Ochoa.

El Ayuntamiento de Logroño comenzará a adaptar la señalización a fin de tenerlo todo a punto en el plazo de dos meses. «El objetivo es no solo mejorar la seguridad vial y reducir el número inaceptable de atropellos, sino también reducir los niveles de contaminación y de ruido», han explicado este lunes el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, Jaime Caballero, y la jefa provincial de Tráfico, Beatriz Zúñiga.

Logroño se pondrá manos a la obra esta misma semana y lo hará señalizando a 20 km/h la calle Beratúa. «Se trata de uno de nuestros objetivos como equipo de Gobierno, así lo hemos manifestado siempre, hemos ido avanzando en algunas calles principales como Vara de Rey o algunas zonas pacificadas como Madre de Dios, y esta modificación del reglamento de la DGT impulsa y refuerza nuestras políticas de movilidad», ha dicho Caballero.

El cambio de velocidad a 30 km/h afectará a las vías de un carril por sentido y será de 20 km/h en las vías de plataforma única, caso de las del Casco Antiguo. En aquellas calles con más de un carril por sentido la limitación seguirá siendo de 40 km/h con algunas excepciones, tal y como ha informado el concejal.

Y es que la modificación del reglamento permite a los ayuntamientos realizar las excepciones que consideren necesarias. Así, en Logroño, pasarán principalmente por mantener la velocidad 40 en las calles periurbanas de un carril por sentido como avenida de Burgos y, en lo que a calles de dos carriles por sentido se refiere, convertir el carril derecho en 'ciclocarril 30' de igual forma que actualmente está en Gran Vía, caso de Portillejo, Duques de Nájera o Clavijo.

Excepcional serán también los 50 que se permitirán en el Cuarto puente o puente de Mateo Práxedes Sagasta.

«Aplicar el modelo Gran Vía a otras calles similares supondrá que de forma casi inmediata Logroño pasará a tener 40 kilómetros de ciclocarriles», ha estimado Caballero. Algunas calles céntricas como las que rodean el paseo de El Espolón también serán de 30 km/h a pesar de tener más de un carril por sentido.

«Es importante destacar que la modificación del reglamento simplifica la necesidad de señalización, ya que de forma general aplica en zonas urbanas las tres velocidades comentadas, de forma que sólo es necesario señalizar las excepciones, aunque también recomienzan reforzar la señalización en las transiciones», ha aclarado el edil.

El plano de la ciudad es un punto de partida en el que se comienza a trabajar para que en el mes de mayo la ciudad esté adaptada, pero podrá ser ajustado en función de la evolución de los resultados, «que principalmente, recordemos que es el de reducir los accidentes graves, aunque también se pretende favorecer la convivencia de los diferentes modos de transporte y reducir el ruido del tráfico en la ciudad. Reducir la velocidad máxima no significa que tardemos más en llegar al destino, al contrario, las evidencias demuestran que el tráfico puede ser más fluido si se unifica la velocidad de todos los usuarios de la vía», ha resaltado el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible.

El nuevo reglamento también anima a los ayuntamientos a realizar las modificaciones en la vía pública para provocar físicamente la reducción de velocidad.

Jaime Caballero ha agradecido la implicación de la DGT y su estrecha colaboración con el Ayuntamiento de Logroño en todas las acciones de pacificación que se están llevando a cabo y en esta adaptación al nuevo reglamento.

El concejal de Desarrollo Urbano Sostenible también ha hecho referencia a las adaptaciones que recomienda la DGT, entre las que ha destacado «la necesidad de estrechar carriles, elevar pasos peatonales, crear itinerarios sinuosos, mejorar la visibilidad del peatón (eliminando aparcamientos delante de los pasos peatonales), mejorar los itinerarios peatonales para evitar cruces indebidos, todas ellas son herramientas que han sido empleadas en la estrategia de Logroño Calles Abiertas», ha dicho.

Según datos de Atestados de la Policía Local de Logroño a los que ha hecho referencia, en el año 2020 Logroño registró 59 atropellos, un número menor al del año anterior, en el que se produjeron 109, debido fundamentalmente al confinamiento de la ciudadanía. En España los peatones representaron en 2019 casi el 22% de fallecidos en accidentes de tráfico en España; de ellos, el 65% perdieron la vida en vías urbanas.

Beatriz Zúñiga, por su parte, ha agradecido el trabajo que lleva a cabo el Ayuntamiento de Logroño para conseguir una nueva movilidad «segura, saludable y sostenible, accesible para todos, en línea con los objetivos de la DGT y la Agenda 2030», y se ha referido al cambio de la pirámide de movilidad en la que está trabajando Logroño. También ha indicado el interés de su departamento porque el trabajo «que está llevando a cabo el Ayuntamiento se extienda a otros municipios para conseguir ciudades amigables, más cercanas porque todos somos peatones».

«Según la Organización Mundial de la Salud, el riesgo de fallecer como consecuencia de un atropello se reduce como mínimo cinco veces si la velocidad del vehículo que impacta es de 30 km/h en lugar de 50», ha explicado la jefa provincial de Tráfico, quien también ha indicado que otros expertos indican que un aumento del 1% en la velocidad eleva un 2% la frecuencia de accidentes con víctimas, un 3% los percances graves y un 4% los mortales. Una reducción generalizada de la velocidad supondría también una reducción de la sonoridad y una mejora en la salud, ha concluido Zúñiga.

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