Del grifo y barata

El informe de la asociación de consumidores Facua del 2017 revela grandes diferencias en el precio del agua entre ciudades. La tarifa varía hasta el 231% según la localidad en la que se reside. El análisis de Facua toma como referencia dos modelos: una vivienda con tres habitantes y un consumo mensual de 10 o 20 metros cúbicos.

Según este estudio de la asociación de consumidores, Murcia, Cádiz, Barcelona, Palma de Mallorca y Huelva se destapan como las cinco ciudades donde el agua es más cara. En el otro extremo de la lista, según el mismo estudio sobre los costes de suministro domiciliario de agua, en el 2017 la ciudad más barata, de entre las 35 analizadas, es Oviedo, seguida de Valladolid, Zaragoza, Vitoria y Salamanca. Logroño aparece en el séptimo lugar, con un precio por debajo de la media.

El metro cúbico del agua en Logroño cuesta 1,36 euros, según los datos tomados por la Facua. Tras la capital riojana aparecen Castellón y Pamplona, entre otras. La misma organización señala que desde el 2013, el precio del agua en Logroño se ha incrementado en el 4 por ciento.

En su análisis, Facua incide en que la gran mayoría de las ciudades cuentan con exenciones en las tarifas para determinados perfiles de consumidores, especialmente familias numerosas, jubilados o pensionistas, además de aquellos domicilios en los que todos sus residentes están en situación de desempleo. Tan sólo tres ciudades (Cáceres, San Sebastián y Toledo) no aplican rebaja alguna. El Ayuntamiento logroñés cuenta con una bonificación tarifaria para familias numerosas desde el año 2012.

Cada año el Ayuntamiento de la capital recoge en la memoria municipal los principales datos referidos al abastecimiento de agua. En el documento del 2016, cuyos datos expone el concejal de Medio Ambiente y Eficiencia Energética, Jesús Ruiz Tutor, lo más destacable fue la reducción en el consumo de agua potable en la ciudad del 9,36%, con 14,63 hm3 de agua captada frente a los 16,14 del 2015.

Todo esto fue posible, según el Consistorio, por la existencia de una mayor conciencia sobre el uso del agua y porque se solucionaron las pérdidas en las redes de abastecimiento. Sin embargo, en el Ayuntamiento logroñés ya no confían en descensos mucho mayores. «La tendencia tendrá que ser a la estabilidad con pequeños picos», calculó el concejal Ruiz Tutor.