Cuando estas casas fueron baratas
La Retina de la Memoria ·
En 1923 un grupo de trabajadores de Logroño constituyó la cooperativa origen de la barriada de las Casas BaratasCorría el mes de octubre de 1923 cuando un grupo de logroñeses, gran parte de ellos empleados en la Fábrica de Tabacos, que ... entonces se mantenía en Portales, se citaron en los salones del Círculo La Amistad, situado también en la misma calle, como ahora, para constituir una cooperativa que se bautizaría como Cooperativa Popular de Casas Baratas de Logroño y que tuvo unánime aceptación. Se fijó en cinco pesetas la cuota de entrada y la semanal en 1,50 o 2 pesetas, según el tipo de vivienda. El día 10 de junio de 1924 se procedió al pago de las 38.000 pesetas por las que valoraron los terrenos donde se elevaría la barriada.
Para construirla, según el proyecto del arquitecto Fernando Salvador, se adquirieron varias fincas. La ambiciosa actuación contemplaba la urbanización de las distintas calles, una amplia plaza con una fuente circular central y un edificio que serviría de escuela y de capilla, con unas puertas correderas que aislaban una u otra actividad.
La plaza se bautizó Emilio Castelar, pero en 1937 se cambió por la denominación actual de Joaquín Elizalde, que fue alcalde de Logroño de 1926 a 1930 y durante cuyo mandato se realizaron grandes obras en el municipio. La actual calle cerrada Miguel Escalona se denominó Blasco Ibáñez, aunque era conocida en el barrio como la 'del estanco' porque existía tal establecimiento.
Pese al tiempo transcurrido desde que se inauguró la barriada, conocida como Las Casas Baratas, cuyas ocho primeras se empezaron a ocupar hace 87 años, alguna de ellas se ha mantenido bajo la tutela de la familia del primer propietario, como la del recordado Esteban Tamayo, que ahora acaba de pasar a un nuevo propietario. Todavía quedan muchas en similares circunstancias que con el tiempo han tenido numerosas ofertas de compra, si bien su revalorización las hace poco menos que prohibitivas. Se ha hecho muy repetida la frase del pretendido comprador cuando al conocer lo que se pide por una de estas casitas exclama: «Por ese dinero me compro un piso en la Gran Vía». Y lleva razón, pero en un piso de la flamante avenida logroñesa no pueden plantar unas cebollas, unos tomates, un ciruelo o un rosal.
La actual calle Nuestra Señora del Pilar, donde existió una tienda de alimentación atendida por Lucía, fue la primera en habilitarse, y se bautizó como Joaquín Costa. En ella vivía Ramonita, una señora especializada en eliminar las hernias a los bebés. En el barrio era muy popular el señor Resti, un colchonero que trabajaba en plena calle e iba siempre acompañado por un perro al que le llamaba Laveringuen Chanfebre, y para disfrute de los mocetes, mientras vareaba la lana, le hacía tumbarse y solo se levantaba cuando le gritaba: «Que viene Pastrana».
La barriada, también conocida como Ciudad Jardín, solía ser víctima en el mes de mayo de los alumnos de las escuelas logroñesas que iban a por flores para atender la demanda de los maestros a fin de contribuir a la celebración religiosa de esas fechas marianas. Existía un espacio al este de la barriada que se utilizaba los días festivos como escenario de partidos de fútbol. El espacio quedó ocupado, cuando en junio de 1948 se colocó la primera piedra para construir la Residencia Sanitaria, que inauguró Franco el 16 de octubre de 1954. El hecho de que en la barriada hubiera un elevado número de empleados de la Fábrica de Tabacos motivó que se estableciera una línea de autobús especial para atender esa demanda.
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