La calle del Horno de Logroño lanza un SOS al rojo vivo
Vecinos de la Villanueva denuncian graves problemas de seguridad y convivencia en la plaza de la Cofradía del Vino de Rioja
Un individuo rompe una litrona de un golpe y con los restos de vidrio se abalanza sobre otro a intentar «rajarle» voz en grito; otro, ... portando varios cuchillos, corre fuera de sí entre amenazas para «matar» al hasta hace un segundo compañero; un grupo discute dando muestras evidentes de embriaguez, como poco, acabando en un conato de pelea múltiple y con una mujer, entre medias, siendo objeto de insultos… Imposible salir de casa, obligatorio llamar a la policía.
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Algunos de los vecinos de la envejecida calle del Horno, de un total de 38 según el padrón municipal a 1 de enero de 2025, han dicho basta ya y, a día de hoy, aseguran vivir en un sitio, si no peligroso, cuando menos poco recomendable a determinadas horas. Hay quien habla abiertamente de 'gueto', un espacio marginado dentro de un Casco Antiguo al que parecen multiplicársele los problemas cuando con su reforma, al menos sobre el papel, se perseguía justo todo lo contrario.
«Esta semana está siendo horrible… hace media hora se han tenido que presentar hasta cuatro patrullas… esto, definitivamente, se está volviendo insostenible», era el SOS al rojo vivo remitido a Diario LA RIOJA por un vecino el pasado 14 de octubre, si bien en los últimos días está habiendo movimientos desde el Ayuntamiento de Logroño, conscientes de un problema, complicadísimo, que va a más. Un problema que no es nuevo pues antes ya se ha vivido, o se sigue viviendo, en lugares tan dispares como conocidos: la Glorieta, la calle Portales o la plaza de la Alhóndiga.
El vecindario sostiene que la retirada de los bancos de la Glorieta, de hecho, ha agravado la situación de un espacio, reurbanizado, en el que se ha asentado la marginalidad y la exclusión social. Una realidad incómoda, a la vista de todos en los lugares citados, aunque al desplazarse a la Villanueva ha quedado algo más oculta.
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Reiterada presencia policial
Tanto Local como Nacional, los agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad no paran de ir y venir a la zona en cuestión. La RiojaEmergencias frecuentes
También los servicios sanitarios visitan frecuentemente el reformado espacio ante los episodios que requieren su atención. La RiojaLimpiezas extraordinarias
Los vecinos demandan más limpieza, aunque reconocen que últimamente las extraordinarias llegan tras los avisos. La RiojaSuciedad y basura
Los restos del 'botellón', más orines y excrementos, aparecen aquí y allá a diario para desesperación residencial. La Rioja1 /
De ahí que los vecinos no quieran que la degradación vaya a más… los mismos que en diciembre de 2023 denunciaban, también a través de este periódico, estar hartos de la «conducta insalubre» de muchos clientes de la discoteca de la vecina avenida de Navarra.
«Llevo ocho años viviendo en la esquina de la calle del Ochavo, nunca ha habido problemas pese a que siempre ha sido un sitio de tránsito estando como está en las proximidades de las dependencias del proyecto Alasca (Alternativa a las calles), pero la situación ha ido a más, han llegado determinados perfiles muy chungos, por decirlo de alguna manera, y a mi madre, directamente, ya le da miedo venir a casa», explica quien precisa que los incidentes, con policía y ambulancia cada dos por tres ante los altercados y los episodios de intoxicaciones etílicas y por drogadicción, están a la orden del día.
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Largo parte de incidencias
El parte de incidentes no para y se alarga según pasa el tiempo ante una mayor presión policial en la plaza. La RiojaDurmiendo en los bancos
No pocas veces todos los bancos de la reurbanización entre las calles están ocupados por gente durmiendo. La RiojaControles e identificaciones
Los controles y las identificaciones están incrementándose ante las protestas de un vecindario ya de por sí muy castigado. La RiojaNoches movidas.
Los altercados nocturnos se suceden con episodios donde varias patrullas coinciden en actuar de día y de noche. La Rioja1 /
No en vano, hay quien lleva algún tiempo fotografiando una situación ante la que la Administración se muestra impotente. Un grupo de personas, sin hogar fijo por lo general, en la indigencia y viviendo con lo puesto, con problemas de alcohol y drogas, amén de otros males, 'colonizan' los bancos de la plaza, además del parque infantil.
Gente durmiendo aquí y allá, fiesta que acaba en bronca, riñas y peleas porque sí y suciedad, basura, orines y excrementos. Pueden llegar a juntarse entre 20 y 30, en plan 'campamento' en torno a los dos solares que hay y haciendo sus necesidades en cada rincón de los mismos.
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La retirada de los bancos de la Glorieta ha agravado la situación de un espacio, reformado, en el que se ha asentado la marginalidad y la exclusión social
Desde el Consistorio capitalino, advertidos del creciente y preocupante problema (social, pero también de salud pública), andan tratando de encontrar una solución. En cualquier caso, los Servicios Sociales, como en otros similares, llegan hasta donde pueden llegar, «pues ninguna persona puede ser sacada de la calle contra su voluntad».
Así, pues, unos son conocidos y usan los recursos municipales cuando los necesitan, otros están de paso, y varios parecen instalados allí dejando sus pertenencias durante el día y la noche... pese a las invitaciones a que abandonen el lugar. Presión policial, ahora sí, parece haber; y algunas limpiezas extraordinarias, tras las numerosas denuncias, ya ha habido.
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El Ayuntamiento trabaja en un servicio integral para personas sin hogar
Se trata de un problema complejo y, como tal, no existe solución simple posible. El Ayuntamiento de Logroño es sabedor de ello y, aunque sin referirse solo y exclusivamente a la situación que se vive a día de hoy en la calle del Horno, ya trabaja en un servicio integral de acogida y atención a personas sin hogar. Así lo adelantó el propio alcalde Escobar durante el último 'Debate sobre el estado de la ciudad'. Un servicio que pasaría, además, por implicar tanto al Gobierno de La Rioja como a la Delegación del Gobierno en la región, es decir, al conjunto de las administraciones públicas. El problema de la marginalidad y la exclusión social, con un colectivo de personas vulnerables muchas veces invisible, siempre ha estado ahí. De hecho, para hacer frente al mismo, el Consistorio capitalino ya puso en marcha en su día el denominado proyecto Alasca (Alternativa a las calles) para realizar un seguimiento de los 'sin techo' y ofrecerles unos servicios mínimos que pasan por el acompañamiento, el aseo, la cama y la comida. No siempre lo aceptan y lo cierto es que los perfiles, además, se complican. Policía Local y Servicios Sociales están atentos a casos como el de la plaza de la Cofradía del Vino, «hacen lo que pueden» precisan fuentes conocedoras de lo que viene pasando, pero la solución tampoco está en su mano. «Somos empáticos con esas personas, pero algo habrá que hacer... parece que están en ello y ojalá se tomen medidas buenas para todos, pero el deterioro del barrio es tal que no se puede dejarlo pasar», concluye el vecindario.
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