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Vista panorámica de Logroño, en una imagen de archivo.

Balance | 'Patio de vecinos'

Los barrios de Logroño, entre los hechos y el olvido

Las asociaciones vecinales repasan los 'debe' de sus zonas un año después del primer 'Patio de vecinos'

Nuria Alonso

Logroño

Domingo, 2 de noviembre 2025, 14:30

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Un año y cinco días. Es el tiempo que ha transcurrido desde que este periódico se lanzó a la ardua tarea de visitar, una a una, la veintena larga de asociaciones de vecinos de Logroño (y la cercana Entre Ríos de Lardero) para conocer y detallar sus necesidades más urgentes. Esos 370 días transcurridos desde el primer 'Patio de vecinos' en El Campillo resuenan como una condena para algunos de los representantes vecinales de la capital riojana que asisten, resignados, a muchas promesas pero pocos resultados. Otros, los menos, han visto colmadas en estos meses algunas de sus propuestas.

Frente a las dificultades para abarcar proyectos de gran envergadura, tanto por plazo como por factura, como supondría plantear un nuevo centro de salud o un polideportivo en la zona oeste de la ciudad (dos peticiones que compartían varias entidades vecinales) o afrontar las fases inconclusas del soterramiento, otras reivindicaciones de menor enjundia se han visto alumbradas, algunas por completo (las menos), unas pocas parcialmente y otras han entrado en el apartado de 'en preparación'.

Uno de los avances en este tiempo es el primer supermercado de El Campillo, reivindicado durante años y que dará servicio a los vecindarios cercanos. También en la margen norte de la ciudad se felicitan de lo que parece el repensamiento del recinto para macroconciertos. Otras demandas cumplidas son la mejora de las conexiones de la Glorieta del doctor Zubía con las Cien Tiendas (por Duquesa de la Victoria y Juan XXIII) y con el Casco Histórico (por Portales); la conclusión del parque Las Tejeras, junto a Toyo Ito, en La Cava-Fardachón; la rehabilitación de la fuente de Los Tilos o la apertura de Lope de Toledo hacia Juan Boscán para conectar Lobete con Cascajos, o la renovación de la pasarela de Gonzalo de Berceo, que atañe a varios barrios.

En grado de cumplimiento

Varias son las reclamaciones que se han atendido y que se encuentran en diversos grados de cumplimiento: el primer parque cubierto de Logroño será pronto una realidad, dado que ya se han adjudicado las obras del Rosalía de Castro, en Cascajos; también ha comenzado la renovación de saneamientos y tuberías en las calles Vitoria y Lardero, que se sumará a su remodelación en pocos meses; de igual forma, ya hay adjudicataria para reformar Beti Jai; se han iniciado los trabajos en el antiguo convento de Madre de Dios para su reintroducción en la vida cívica del barrio; prosiguen las obras del futuro centro intergeneracional en la antigua estación de autobuses... También parece, tras décadas de parálisis, que es definitivo el desatasco de varios PERI, como el de Lobete, el de Barriocepo o el sector de Ramblasque, con la ansiada urbanización de avenida de la Sierra, aunque los vecinos no se fían «hasta que no aparezcan las máquinas», señalan suspicaces.

La apertura del centro médico de Los Lirios y el control del ocio nocturno en el Casco Antiguo encarnan dos situaciones a las que se ha tratado de poner coto con soluciones ineficaces, a juicio de los afectados: en el primer caso, el consultorio luce sus puertas abiertas, pero sin operatividad real porque no hay personal sanitario destinado, un «sinsentido» para los residentes. En la segunda cuestión, una mayor presencia policial (y las consiguientes sanciones) no ha aliviado las quejas sobre el ocio nocturno, los eventos musicales o el incumplimiento de la normativa por parte de la hostelería y de sus clientes, asuntos que repercuten directamente en el descontento de los vecinos del centro histórico, que se llena de pisos turísticos mientras dormitan servicios básicos como el transporte público o el comercio local.

Proyectados y sin fondos

La madeja de las grandes obras que no se acotan a plazos breves se va desentrañando con proyectos presentados como el del barranco de Oyón, el del Horcajo y el corredor sur, que apuestan por mitigar los efectos de las inundaciones y paliar los fenómenos climáticos extremos. Sin embargo, aunque presupuestados, no disponen de fondos para su desarrollo efectivo. Igual sucede con propuestas como el centro joven de Cascajos o el de La Cava-Fardachón, en mente pero nunca en trámite; las mejoras en las líneas de autobuses urbanos (tanto en frecuencias, nuevas paradas o el servicio 'lanzadera' con Entre Ríos de Lardero), que aguardan al nuevo contrato que se redactará en 2027; o la tantas veces contemplada reforma del parque San Adrián (fuente incluida) y las de los frontones de El Cortijo y Varea, así como las accesos de este último barrio a las instalaciones deportivas cercanas.

Proyectos mil veces anunciados pero nunca seriamente planteados anclan el ánimo de los vecinos de muchos barrios de Logroño: la renovación de Beatos Mena y Navarrete o la actualización del parque de Santa Juliana, en San José; la limpieza integral y renovación del alcantarillado del parque de San Antonio, el polideportivo o una acera más ancha en Siete Infantes; la integración de La Alhóndiga con el parque del Carmen; una nueva rotonda al final de Carmen Medrano o una entrada trasera en Las Norias, para El Cubo, ampliar y urbanizar avenida de Burgos hasta Yagüe o desalojar las naves industriales en la zona del parque de los Enamorados...

Hay escucha sin acción

Lo más preocupante, citan varios representantes vecinales, es una amarga sensación que prevalece: se les escucha, se toma nota sobre sus necesidades pero, a continuación, se les ignora. «Hablan de participación pero no se integra a la ciudadanía en el diagnóstico y diseño de medidas», opina una de las presidentas. «Hay proyectos con los que el Ayuntamiento se compromete pero luego van al cajón durante años», lamenta otro. «Nos sentimos engañados», remata un presidente. «Poco o nada han cambiado las cosas», describe otra, una declaración que hace las veces de balance en varias asociaciones consultadas.

En cualquier caso, esa desatención no es motivo para, como matiza un representante de una de las entidades vecinales, que cejen en sus empeños: «Que no duden de que seguiremos llamando y haciendo presión, cuando y lo que haga falta».

Arreglos de aceras y baches, más luz y esfuerzo en la limpiez

Tres asuntos recurrentes aparecen en las conversaciones con prácticamente todos los presidentes de asociaciones vecinales de Logroño: que el mantenimiento del asfalto de muchas calzadas y la sujeción de las baldosas de las aceras es francamente mejorable; que es imprescindible proporcionar más y mejores luminarias en buena parte de la ciudad; y que debe aumentarse de forma clara el esfuerzo por limpiar la suciedad de las calles de Logroño, especialmente en las zonas más transitadas y céntricas.

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