Seis aperturas más que cierres, clavo ardiendo al que se agarra el comercio local en Logroño
La capital de La Rioja, tras una década restando tiendas, registra 45 altas frente a 39 bajas de enero a julio con el deseo de aguantar el tirón al cierre del año
Seis, solo seis, pero en este caso, y viniendo de donde se viene, se ve como más que un número. O al menos se quiere ... ver. «Y es que llevamos años tan malos...», coinciden unánimes en señalar desde el propio sector. Seis aperturas más que cierres, por tanto, vendría a ser el clavo ardiendo al que se agarra el comercio local en Logroño. Y es que la capital de La Rioja, tras una década restando tiendas, registra 45 altas frente a 39 bajas entre enero y julio del presente ejercicio, y lo hace con el deseo compartido de aguantar el tirón al cierre de 2025.
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«Ojalá, pero no podemos engañarnos con unos datos con tan poca entidad... Hablar de un cambio de tendencia me parece demasiado, y creo que responde más a la esperanza de todos que a la realidad. Habrá que esperar a que termine el año y ya veremos si hemos tocado suelo o seguimos cayendo. Ojalá fuésemos capaces de mantenernos, o al menos que la progresiva pérdida de negocios desacelerase», expresa Fernando Cortezón, como responsable de los comerciantes tanto desde la FER como desde la Cámara, quien, vaya por delante, prefiere mantenerse cauto y no lanzar las campanas al vuelo.
Las estadísticas de Punto Comercio, desde donde se potencia y difunde el comercio minorista urbano en virtud al convenio suscrito entre el Ayuntamiento de Logroño y la Cámara de Comercio e Industria de La Rioja, a 31 de julio de 2025, contabilizaban un total de 1.989 comercios en un censo que, a la espera de ver los datos a 31 de diciembre, presenta una especie de punto de inflexión sobre la evolución desde la pandemia: con 2.267 comercios en 2020, 2.172 en 2021, 2.088 en 2022, 2.022 en 2023 y 1.983 en 2024 tras saldos negativos de 8, 95, 84, 66 y 39.
«Habrá que esperar a que termine el año y veremos si hemos tocado suelo o seguimos cayendo...»
Fernando Cortezón
FER / Cámara
«La pandemia del 2020 fue muy dura e hizo criba, una limpia en general que todavía perdura...»
Cristina Olarte
Cátedra de la UR
«Logroño pierde 60 comercios tradicionales al año», titulaba este mismo verano Diario LA RIOJA al respecto. Y ello dejando a un lado lo sucedido en años anteriores al covid, pues las estadísticas, en ese sentido, se elaboraban con otro método en el que podían incluirse servicios a los tradicionales bienes de consumo. Con tales datos, la evolución del número de comercios en Logroño desde 2013 a 2019 sitúa su último repunte en 2014, cuando se alcanzaron los 2.510 tras los 2.495 de 2013. Desde ahí, eso sí, 2.472 en 2015, 2.378 en 2016, 2.358 en 2017, 2.298 en 2018 y 2.264 en 2019.
«Hay quien ya habla abiertamente del apocalipsis del comercio, pero esperemos haber tocado suelo y, a partir de ahí, mantenernos y volver a crecer», razona Cristina Olarte, directora de la Cátedra de Comercio de la UR. «La pandemia fue muy dura e hizo criba, una limpia en general que aún perdura... En todo caso, la primera gran crisis del comercio local, de proximidad o de ciudad, fue la llegada de las grandes superficies, seguida por el crecimiento del comercio 'on line', con la puntilla de la pandemia, que no hizo sino acelerar el cambio de hábitos ante el cual el comerciante de toda la vida ha tenido que adaptarse», precisa.
Adaptarse los de antes... y venir adaptados los de ahora, de ahí la importancia que se da al emprendimiento ante la falta, por lo general, de relevo generacional. Así, por ejemplo, los premios 'Comercio Excelente' de la ciudad de Logroño 2025 incluyen este año, como novedad, un galardón pensado por y para todos esos emprendedores, el oficialmente premio 'Emprender en Comercio', para «reconocer a aquellos negocios que, en los últimos dos años, han apostado por nuevas propuestas comerciales o han emprendido proyectos innovadores que los hacen singulares en su entorno».
Aarón Rodríguez Pádel Nuestro
«Hacía falta algo especializado; vi hueco, y me lancé a emprender»
Cuenta a quien quiera oírle que es difícil, pero bonito... y, según va pasando el tiempo, hasta satisfactorio. No en vano, Aarón Rodríguez, joven emprendedor que apostó por abrir 'Pádel Nuestro' en Logroño, tuvo que echar no pocas cuentas. En su caso, optó por apoyarse en una franquicia, aunque ello no supone que se libre de los desvelos de cualquier autónomo con comercio propio. «Dar un paso así cuesta, yo era ingeniero industrial, y al pádel llegué como hobby y hoy lo he convertido en negocio».
«Hacía falta algo especializado; vi el hueco, y me lancé a emprender», explica quien lleva abierto en el 49 de la avenida de Club Deportivo desde mayo pasado. Y es que Aarón empezó a jugar al pádel al poco del covid y desde un principio comprobó que había una necesidad de una tienda especializada que sirviese de punto de encuentro para una comunidad tan asentada como creciente.
Una lesión de rodilla, a ese respecto, fue el detonante que llevó a Rodríguez a decidirse y a buscar una manera de seguir ligado al mundo del deporte. «No es fácil, claro que no lo es, pero una vez que te lanzas el reto no es otro que crecer para mantenerse», considera quien entiende que «lo peor, de todos modos, es quedarse con la duda». «Tienes una idea, crees que puede funcionar... pues adelante», invita. Otra cosa ya es la ayuda que a uno le brinden para salir adelante. «Yo tenía un dinero ahorrado», cuenta.
Aarón Rodríguez, pese a todo, siguió su propio consejo y en ello está. «Aunque las compras 'on line' son habituales, lo cierto es que en este deporte es necesario tocar, probarlo... experimentar sensaciones, de ahí que tengamos hasta la réplica de una pista para que el cliente compruebe directamente el material».
David Ortiz Boutique Carmen
«No es una crisis, es un cambio; y el comercio está abocado a morir»
Asegura no ser pesimista, sino realista, y David Ortiz, tras 15 años dando continuidad a la Boutique Carmen, negocio familiar ubicado en el 1 de la calle Ciudad de Vitoria, lo tiene claro por duro que pueda sonar: «Esto no es una crisis, es un cambio; y el comercio está abocado a morir». Unas declaraciones tras pasar «de la frustración a la risa», lo que a su juicio, «es todavía peor».
El cierre de la boutique en cuestión, en mayo de este mismo año, es una de las 39 bajas de las estadísticas, sin embargo, no es una baja cualquiera. «Fue de los primeros locales, mi padre lo compró aún en obras, y lo cierto es que la tienda, pues además éramos fabricantes, funcionó muy bien y mucho tiempo», recuerda.
Una tienda especializada en «moda de señoras» de larga tradición que, finalmente, tras la pandemia, no es ya que no sumase, sino que restaba. «Llegó el momento en que tuve que poner dinero de mi bolsillo, y tras el covid no solo no ganaba, sino que perdía», constata Ortiz.
«Esto, repito, no es una crisis, las crisis son cíclicas y esto ya no es cíclico... tiendas como la mía no son rentables ni lo serán, la gente ya no quiere comprar en este tipo de comercios por mucho que nos pese decirlo», sentencia a quien, en cualquier caso, le costó «lágrimas, literales, cerrar fábrica y comercio».
Se da la circunstancia de que 'Carmen' ha sido recientemente alquilado por tres meses, tiempo en que otro negocio se reubicará, pero para su liquidación. «El sector, en general, está muy quemado. El cambio es absoluto, los hábitos de consumo son otros, primando el ocio por encima de todo, y comercios como los nuestros no volverán a ser lo que eran, cuando Logroño era un referente y venían gentes de todos los pueblos», rememora.
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