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La iglesia mormona toma forma

La iglesia mormona toma forma

La comunidad religiosa quiere abrir sus espacios e instalaciones a toda la comunidad logroñesa

África Azcona

Sábado, 10 de octubre 2015, 20:21

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La torre en forma de aguja del futuro templo que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (popularmente conocidos como mormones) está construyendo en Fardachón ya apunta al cielo. El elemento más distintivo de la edificación religiosa, de cubierta inclinada y amplios ventanales, ya se reconoce en la estructura de hierro que se está levantando junto a la comisaría de Policía, en un espacio próximo a Alcampo, y cuyas líneas recuerdan el estilo de las iglesias escandinavas.

Está previsto que en junio concluya el equipamiento de estas instalaciones que tendrán capacidad para unas 150 personas y que, como explica el director nacional de Asuntos Públicos de la comunidad, Sergio Orlando Flores, se caracterizarán por estar abiertas a la sociedad, «porque el verdadero fin es ser una iglesia útil al entorno que la rodea». La construcción por fuera es innovadora y por dentro también responde a las peculiaridades de una confesión que no sólo otorga importancia a la parte espiritual, «también valoramos la parte lúdica». La capilla tendrá así un salón de eventos sociales con podio, un salón sacramental, aulas para estudio, pila bautismal (por inmersión), un estacionamiento y áreas ajardinadas, «por el que podrán entrar y pasear libremente los vecinos».

La construcción se unirá a otros proyectos en marcha en ciudades del entorno como Vitoria, Zaragoza y Santander dentro de un plan de expansión en el país y para los que se sigue prototipos de cuatro tamaños. El mayor se encuentra en Moratalaz (Madrid) y está considerado un centro para «elevadas ceremonias», donde sólo pueden entrar miembros de elevada conducta y fieles comprometidos. El de Logroño, más funcional, responde al modelo intermedio, de corte tradicional. Aun así el terreno urbanizado alcanza los 2.000 metros cuadrados, de los cuales el edificio ocupa 450.

Aransa, la constructora

La distribución interior del edificio, como detalla José Miguel Estebas, gerente de Aransa, la constructora riojana que está llevando a cabo la obra, no será al uso, según concebimos una iglesia diocesana. En este caso la planta baja albergará los salones sociales y de aprendizaje, donde se estudiará, por ejemplo, la Biblia y el Libro del Mormón, y la capilla se habilitará en la primera planta». Será un espacio cuidado, con sillas, un estrado... y tocado con unos cortinajes en las ventanas, pero sin caer en lo ostentoso.

Los mormones suelen adoptar elementos de la arquitectura tradicional donde se ubican. En este caso, «se ha utilizado materiales europeos, con acabados de ladrillo caravista y cubierta de teja rústica», señala el gerente de Aransa, quien destaca la perfección y la claridad de planteamiento de los responsables de esta iglesia a la hora de concebir el templo. Con ellos se firmó un contrato extenso y con sus peculiaridades, en el que se incide en la particularidad de este espacio «sagrado» desde el mismo momento que se puso la primera piedra.

El reto es realizar una construcción de acuerdo a las necesidades específicas de esta comunidad. «Se trata de levantar un espacio no solo de culto, sino de convivencia y aprendizaje», puntualiza Estebas, inmerso en las obras desde el pasado 13 de marzo. En aquella fecha se celebró la 'primera palada' para la construcción del edificio en presencia de responsables nacionales de la confesión, pero también de entidades como la Cocina Económica, que hace algo más de un año galardonó a esta iglesia por su colaboración.

Las capillas mormonas son el centro de su comunidad y ello conlleva la programación «de actividades culturales, bailes, teatro, música. «Es un edificio de uso diario, no sólo para los domingos», puntualiza el director nacional de Asuntos Públicos en referencia a este nuevo proyecto realizado por la Iglesia de Jesucristo de Los Santos en Logroño («un entorno muy amable que se adapta a nuestro carácter pacífico») y que ha sido financiado al cien por cien por ellos, sin ningún tipo de subvención. La parcela dotacional privada que compró al Ayuntamiento les costó 352.934 euros.

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