Secciones
Servicios
Destacamos
mARÍA BARBERO
Lunes, 4 de agosto 2014, 14:12
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Es una vergüenza, una auténtica chapuza, espeta muy contrariado un jubilado del número 8 de la calle Vitoria. Son las 12 del mediodía y aún se está achicando agua de su garaje tras el último reventón en la madrugada del domingo. En esta misma acera ya han sufrido cuatro en apenas una semana, con los consiguientes cortes de agua. Hace media hora han estado los concejales Saez Rojo y Ruiz Tutor supervisando las obras y dando explicaciones. El jueves se prevé terminar la sustitución.
Que cambien todo. Así no podemos estar, con la incertidumbre...Estamos hartos, explica calmada Teresa, vecina del mismo portal. Justo entonces entra un matrimonio residente viene cargado con cubos llenos de agua. El ayuntamiento ha puesto una boca de agua provisional y hacen acopio, esta vez para la cisterna del váter. Ellos también están molestos, pero entienden que es una avería y la asumen con resignación. Los bomberos actuaron muy rápido y también los operarios, alaban.
A estas alturas del día ya hubiera servido 70 cafés y mira cómo estoy, explica mano sobre mano Julián, propietario del bar Aquí me quedo. El establecimiento del número 10 está a esas horas del día totalmente vacío. Si lo hubieran arreglado bien la semana pasada, desde el principio... Es de vergüenza. Luego si me paso media hora de cierre seguro que me multan, se lamenta irónico Julián.
Pero su bar no es el único comercio afectado, la peluquería Raquel Velasco ha tenido que cerrar de nuevo y mandar a las clientas a casa. Desde la seis de la mañana no había agua. En el Restaurante Casa Chuchi más de lo mismo, también tuvo que cerrar los pasados martes y miércoles porque no tenía agua y no podía servir comidas. Este mes ha optado por cerrar por vacaciones y realizar unas obras ya previstas. Sobre reclamar indemnizaciones reconoce que lo está mirando con el abogado, pero del ayuntamiento no me han dicho nada, no se han pasado por aquí. La sidrería Kupela estaba este lunes cerrada, pero por descanso semanal.
Son las 12,20 y de repente se oye un fuerte ruido. De la tubería provisional sale disparado un nuevo chorro con bastante presión de agua turbia. Su diana: el portal número 12 de la calle Vitoria y de pasada Remedios, una vecina del portal que venía cargada con la compra. Suelta las bolsas y sale corriendo.
¡Ha saltado la cometida! grita un operario de la calle Vitoria que sale corriendo para reparar la fuga de inmediato, y que no supone un nuevo corte general. ¡Me podía haber dado en toda la cara!, exclama Remedios, mientras intenta secarse. Que estemos sin agua vale...Pero encima ¿esto? Voy a pedir que me pague la limpieza el ayuntamiento, anuncia indignada la vecina, mientras los operarios se afanan en seguir trabajando.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.