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El Ebro- a su paso por Logroño
¿Y si Logroño fuese bonito?

¿Y si Logroño fuese bonito?

Una mirada distinta hacia la capital de La Rioja

Pío García

Jueves, 22 de mayo 2014, 12:09

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Supongo que tiene que resultar fácil ser, por ejemplo, de Cáceres y presumir de ciudad. Basta con sacar la lista de monumentos y el elenco de casonas, aderezarlo con cuatro batallitas, y quedarse tan ancho. Hay ciudades bendecidas por la historia, que se han quedado congeladas en un pasado esplendoroso y cuyo descubrimiento apenas exige calzarse unas zapatillas, coger un plano y recorrer los callejones de la ciudad antigua.

Diario La Rioja

  • Este fin de semana continúa en el periódico la serie La Rioja de cabo a rabo, patrocinada por Bankia. El sábado 24 nos adentramos en Varea y El Cortijo y el domingo 25 paseamos por Fuenmayor y Navarrete

¿Y Logroño? Confieso que cuando, en algún viaje, alguien me pregunta de repente, casi brutalmente, si mi ciudad es bonita o fea, no sé qué responder. Como todos mis compatriotas, suelo salirme por la tangente y decir un puñado de verdades (es muy cómoda, es agradable, todavía se puede recorrer a pie) que solo sirven para escurrir el bulto. Quizá porque uno siempre pensó que Logroño, en el fondo, era una ciudad tirando a fea y daba un poco de vergüenza confesarlo. ¡Aquí no tenemos una luminosa catedral gótica y tampoco quedan recias murallas (las que aparecieron se las cargaron) ni apenas Casco Antiguo!

Sin embargo, tal vez debamos empezar a ver la ciudad con otros ojos. A mí también me indigna la demolición controlada de la parte vieja, su degradación y la incuria con la que nuestros gobernantes (animados por el silencio de los ciudadanos) han gestionado el patrimonio. Pero me gusta cómo quedó el parque del Ebro, cómo recuperaron el antiguo matadero y la vista que la ciudad ofrece desde La Grajera. Me gusta el instituto Sagasta y la Escuela de Artes y el nuevo Ayuntamiento y la calle Portales y la plaza del Mercado. Me encantan los soportalillos que sobreviven en la calle Rodríguez Zaporta y ruego por que no se caigan (ni los tiren) y encuentren pronto algo que soportar.

Veo las maravillosas fotografías de Justo Rodríguez, llenas de magia, encanto y misterio, y me pregunto: ¿Y si en realidad Logroño fuese bonito?

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