El tedio aniquila la siesta
El Logroñés no saca nada positivo de su visita a Vallecas, donde acumula una nueva derrota, lesionados y deja a la afición sin su descando pos vermú
La siesta es de lo mejor que ha inventado España en toda su historia. Una hermosa tradición no solo exportada a América latina. Según Wikipedia, ... parece ser que la siesta también ha calado en todo el sur de Europa, China, Taiwán, Filipinas, India, Oriente Medio y África del Norte. Ese breve descanso, entre quince minutos y un par de horas (aunque haya quienes se acuesten con pijama, un padre nuestro y orinal) es una religión y prácticamente de obligado cumplimiento para muchos de los mortales. Por eso, ¿a quién demonios se le ocurrió poner fútbol a esa hora? No puede ser saludable para nadie.
Para empezar, con los actores que deben comer a las 11.00 de la mañana. ¿A qué hora se desayuna entonces? Luego, para el espectador. Un riojano común, a las 14.00 está en pleno vermú, antes de acostarse en el sofá. Y mucho más después de haber sufrido casi un mes con la hostelería cerrada. Un horario, además, que no tiene que ser rentable para las televisiones, ya que a esa hora se está a otra cosa. Definitivamente no al fútbol.
Y con ese ánimo aletargado -el de todos- salió a jugar un Logroñés afectado por las rotaciones. Porque a estas alturas de temporada, el aficionado no entiende a un equipo sin Andy ni Iñaki. Y la ausencia del primero la notó el equipo. Y mucho. La posición del calagurritano, más adelantado y sin libertad en el carril izquierdo, también afectó al conjunto blanquirrojo, que se encontró, por fuerza del VAR, con un penalti a favor. No estaba Andy por lo que Bogusz fue el encargado de poner el 0-1.
Pero la alegría le duró poco a los de Sergio Rodríguez. Demasiada escasa la sensación de felicidad para derrotar a las ganas de siesta. La defensa soñaba con estar recostado sobre el sofá y en sendos errores permitió la remontada casi inmediata de un Rayo Vallecano dueño del balón pero de escasas ocasiones.
Así las cosas, sin Andy ni el lesionado Roni ni tampoco Leo Ruiz -luego ingresaría para demostrar, con su tonta expulsión, que lo suyo ayer hubiese sido el descanso-, sin profundidad ni contención, sin tan siquiera un portero profesional (nueva lesión de Rubén Miño que va a afectar al equipo riojano en sus próximos compromisos), y, sobre todo, ausente de una propuesta clara de ir a por el empate, el segundo tiempo fue tedioso. Los ojos de los aficionados se cerraban ganándole la siesta el partido al fútbol.
Después de asistir a otros 45 minutos sin prácticamente provocar miedo al Rayo, no puntuó la UD Logroñés en su visita a Vallecas. Ni siquiera estuvo cerca. El encuentro en el sureste madrileño no dejó absolutamente nada positivo. Los blanquirrojos encajaron su tercera derrota consecutiva, los lesionados congestionaron la enfermería y el resto de los mortales se quedaron sin siesta. Imperdonable.
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