Entre los vecinos de Gran Vía o avenida de Madrid y los del barrio de San José y Madre de Dios de Logroño media un ... abismo socioeconómico que la estadística de distribución de renta de los hogares del INE ha vuelto a cifrar en euros. Los hogares de las zonas más adineradas de la capital riojana cuentan, de media, con una renta que triplica la de los más pobres, distanciándose en más de cincuenta mil euros de ingresos netos. La renta per cápita también marca distancias parejas, de los 26.921 euros del entorno de la céntrica plaza de la Paz a los poco más de 10.000 euros de calles como Caballero de la Rosa o Alcalde Emilio Francés.
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10.066 euros
de renta en los edificios más humildes del barrio de San José.
26.921 euros
de ingresos netos per cápita en la manzana más rica de Gran Vía.
Los datos más recientes, del año 2023, vuelven a incidir en esa brecha por secciones censales, calle a calle, una organización de la renta urbana en la que la riqueza llama a la riqueza mientras que las zonas más humildes, con edificios más antiguos y deteriorados, se convierten en muchas ocasiones en el único destino posible para quienes no pueden aspirar a nada más. El acceso a la vivienda como discriminador urbano. Además, otros denominadores que refuerzan esa fisura son el origen de los vecinos, ya que los entornos con mayor población extranjera son los más empobrecidos y en los más ricos apenas hay foráneos, o el nivel formativo, limitado o impulsado precisamente por factores económicos.
Los ricos, en el centro y el sur
De Gran Vía y avenida de Madrid a La Guindalera y Cascajos oeste
En cuanto a renta per cápita destacan dos zonas de la ciudad: avenida de Madrid en ambas vertientes y el límite norte de Gran Vía junto a la manzana este de San Antón. Después de los bloques que rodean la plaza de la Paz –delimitados por Gran Vía, avenida de La Rioja, Miguel Villanueva y Vara de Rey–, que lideran el ránking patrimonial, se sitúa la mitad oriental de avenida de Madrid –con unifamiliares y residenciales como Los Manzanos, El Pilar, La Romana, La Rosaleda, El Nocedal...–, con 25.864 euros netos per cápita y 78.369 por hogar; el bloque entre San Antón y Vara de Rey (25.136 euros) y otras manzanas del norte de Gran Vía, escoltadas también por avenida de Portugal y Murrieta. Son los clásicos habituales, los privilegiados del reparto de la riqueza logroñés.
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Villapatro, La Guindalera, el parque San Adrián y la zona oeste de Cascajos (entre Vara de Rey y Gustavo Adolfo Bécquer) aparecen también en el 'top 10' de las zonas con mayores rentas por persona. Después, algo más de variedad, desde los portales sur de Gran Vía al parque del Carmen.
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Los barrios pobres, al norte
San José, Madre de Dios, Beratúa, Ruavieja...
En el extremo contrario, los barrios más humildes, zonas tradicionales obreras que ahora cuentan con una población multicultural y, generalmente, de pocos recursos. Entornos donde el acceso a la vivienda es una barrera menos limitante que en otros puntos de la ciudad. La sección censal con menores ingresos por habitante se ubica en la mitad norte de la calle Caballero de la Rosa, San Matías, San Prudencio y aledañas (10.066 euros netos), y es que los barrios de San José y Madre de Dios concentran las manzanas más humildes, como las que rodean a la biblioteca Rafael Azcona (10.441 euros). También en rentas similares (11.150) se sitúan zonas al norte de avenida Gonzalo de Berceo –Beratúa, Luis Barrón, Samalar...–. Se trata de entornos en los que más de un tercio de sus vecinos se encuentran en riesgo de pobreza.
Fuera de esos barrios, encontramos otra de áreas humildes en edificios entre la calle Vitoria y Pérez Galdós (12.641 euros netos per cápita), el norte del Casco Antiguo (12.336), Varea (12.600), el entorno de la calle de la Vía (12.962) o las manzanas que comparten la calle Oviedo (12.933).
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El logroñés prototípico
La Ribera, Agustinas, Solidaridad sur, Estambrera este... en la media
La renta media en Logroño aumentó en 2023 un 7% con respecto al año previo para llegar a 16.125 euros anuales netos para los vecinos de la ciudad. El análisis del INE por secciones censales también nos permite acercarnos a comprobar cuáles son las áreas de la ciudad que más se acercan a la media, que más se ajustan al Logroño económicamente prototípico. Y en este aspecto, la ciudad en miniatura se ubica en la manzana que rodea al colegio Agustinas –entre la calle Galicia y Pío XII–, con una renta por habitante de 16.164 euros. Es también muy similar en los edificios entre avenida de Lobete y Solidaridad (entre 15.470 y 16.428) o en la parte este de la calle Estambrera, desde Juan Boscán a Piqueras (15.963 y 16.387), lo que provoca un contraste en el barrio de Cascajos, que tiene en su zona oeste una de las más ricas de la ciudad. También el entorno del parque de La Ribera o El Arco, sectores jóvenes, replican la riqueza media de la ciudad.
Áreas en expansión
Gil de Gárate, parque San Miguel y La Estrella prosperan
En comparación a la situación de cinco años atrás, algunas áreas de la ciudad han visto incrementada su renta por persona cerca de un 30%. El caso más llamativo es el de las manzanas que dan a la mitad norte de María Teresa Gil de Gárate –entre Pérez Galdós y Gran Vía–, debido a varias rehabilitaciones de edificios recientes destinados a personas de alto poder adquisitivo. También la estadística refleja cómo ha crecido la riqueza media en el entorno del parque San Miguel por las nuevas promociones inmobiliarias o en La Estrella, tradicional barrio humilde, gracias a las urbanizaciones junto a la rotonda de acceso desde la circunvalación.
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El origen de la riqueza
Entre salarios, pensiones e inversiones
Conocer la renta de cada una de las secciones de la ciudad no es lo único llamativo, también lo es descubrir cuál es el origen de ese dinero. De media, los ingresos de los logroñeses proceden en un 60% de salarios, en un 22,7% de pensiones, un 4,7% de prestaciones y el 12,6% restante de otros apartados. Las zonas jóvenes de la ciudad son las más dependientes de los salarios, como es el caso de La Cava, El Arco o Valdegastea. Las nóminas significan, en estos casos, más del 80% del dinero que entra en sus hogares.
Las pensiones, son, por otra parte, una importante fuente de ingresos, en muchos casos la principal, de los vecinos de las áreas más envejecidas, como el parque del Carmen (40%), algunas manzanas de Pérez Galdós (43%) y otras áreas de la zona oeste o el entorno de avenida de Lobete (38%). Las prestaciones públicas (desempleo y otras) representan un porcentaje mínimo en la renta de los logroñeses y en ninguna sección de la capital alcanza el 10% de la renta.
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Finalmente, los barrios más ricos de la ciudad destacan en el apartado 'otros ingresos', donde se incluyen rentas de alquileres, las herencias o los beneficios de inversiones y productos financieros. Quienes viven en estas áreas más privilegiadas perciben un tercio de su riqueza por estos ingresos a los que la mayoría de logroñeses ni siquiera tiene acceso.
«La desigualdad se plasma en el acceso a la vivienda»
La vivienda es para el sociólogo y profesor de la Universidad de La Rioja (UR), Sergio Andrés Cabello, un elemento clave para entender la dinámica socioeconómica que refleja el mapa de renta logroñés: «La desigualdad se plasma en el espacio urbano y en el acceso a la vivienda, que depende de un nivel de renta; compras o alquilas tu casa donde puedes. Éxiste en este ámbito una vulnerabilidad social». Señala Andrés Cabello que «los barrios al norte de la ciudad son más antiguos y densos, con unos estándares diferentes a las nuevas casas construidas en otras zonas a las que tienen acceso una población con más poder adquisitivo» y que «con el peso que tiene en las economías familiares la vivienda, esta distribución espacial de la población no va a cambiar». Alude el sociólogo a «los procesos que surgen en los 90 y 2000, cuando gente joven de barrios populares se va a vivir a zonas como El Cubo, Portillejo o el Cascajos de entonces, al otro lado de la vía. Mientras, llega a estos barrios tradicionales población inmigrante, que va allí donde pueden permitirse una vivienda. La ciudad se ha ido transformando pero las desigualdades persisten».
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