La Rioja

Las viviendas turísticas ofrecen ya más plazas que hoteles y casas rurales juntos

A disposición de los viajeros ya hay más camas en pisos que en hoteles, hostales, pensiones y casas rurales juntos. Y eso sin contar los que se alquilan ilegalmente, que en ocasiones se publicitan con total impunidad en las redes sociales. «Es un agravio para quienes cumplimos la normativa», denuncia Susana Díaz, presidenta de Arvurtur (Asociación Riojana de Viviendas y Apartamentos Turísticos). El reglamento impide, por ejemplo, que los pisos turísticos, sea cual sea su tamaño, alberguen a más de ocho personas y, sin embargo, cualquiera puede encontrar en internet viviendas que superan esta capacidad. «Pediríamos a la Administración que extreme la vigilancia, sobre todo en casos tan flagrantes», indica Díaz.

Pese al aluvión de pisos turísticos, la planta hotelera riojana se ha mantenido estable e incluso ha incrementado ligeramente su oferta. Los 74 establecimientos abiertos en 2018 se han convertido en 78, con un paralelo aumento de camas hasta las 4.936. «Yo creo que los tipos de turista son diferentes –apunta Díaz–. Las viviendas turísticas suelen ser frecuentadas por familias, con gente con mascota o personas que al menos quieren tener la posibilidad de desayunar en casa. Últimamente, en La Rioja, hemos notado un incremento del turismo internacional, que viene para quedarse más días, y de los nómadas digitales. Son nuevos tipos que están llegando».

Desde la Asociación Riojana de Hoteles, su presidente, Demetrio Domínguez, apunta a que el turista es con frecuencia el mismo, aunque cambian sus usos: «Un día le cuadra más ir a un hotel y otro quizá va con varias familias y le interesa más una vivienda turística». Domínguez puntualiza que no se oponen a los pisos turísticos, un fenómeno que se está dando en toda Europa, pero piden mayor control y «jugar todos con las mismas reglas». «Hay pisos que se compraron para vivienda, se han transformado en negocios comerciales y aquí no ha pasado nada. Debería acotarse este modelo, no porque los hoteleros queramos ser protagonistas exclusivos del pastel turístico, sino porque tendríamos que tener las mismas normativas: de convivencia, de salud, laborales... ¿Quién limpia esos pisos? ¿Qué convenios siguen?», plantea.