Valdezcaray declara pérdidas de 5,8 millones entre 2018 y 2022 por la falta de nieve y el covid
La estación de esquí, pese a las notables mejoras introducidas y a las aportaciones de capital público, sigue sin poner fin a su desfase económico
Apenas cinco días seguidos ha podido abrir la estación de esquí de Valdezcaray desde que arrancó la temporada el pasado 12 de enero. Y a ... pesar de estar en pleno invierno, no hay demasiado optimismo sobre la posibilidad de que los remontes de Colocobia, Principiantes, Rehoyo o Salegares puedan operar muchos más días hasta abril. La falta de nieve, que también la sufren por ejemplo en la instalación cántabra de Alto Campoo –cerrada a la semana de arrancar–, vuelve a jugar en contra de una infraestructura que, según las últimas auditorías publicadas, a las que ha tenido acceso Diario LA RIOJA, ha declarado pérdidas por valor de 5,8 millones de euros entre los años 2018 y 2022 –el informe económico de 2023 no está cerrado–.
Las condiciones meteorológicas, como sucede en este inicio de 2024, vuelven a lastrar a una estación que, «de forma recurrente, presenta unos resultados negativos significativos, incluso a nivel de explotación, circunstancia que podría suponer un riesgo en cuanto a la capacidad de la sociedad –que gestiona la instalación– a continuar con su actividad», apuntan los documentos de estos años. También alertan los auditores del efecto de la «posible depreciación del valor razonable de las inversiones en relación a su valor contable por su incapacidad para generar el necesario flujo de efectivo para la rentabilidad y amortización de dichos activos».
Con todo, por el hecho de ser una estación de titularidad pública dependiente del Gobierno de La Rioja, también se pone en valor «la riqueza que genera en la comarca» y que la convierte en «uno de los motores económicos de la zona». En este sentido, en una reciente entrevista con este periódico el gerente de Valdezcaray, Carlos Pérez, destacaba que la instalación «aporta mucha riqueza en muchos sectores y produce empleos directos e indirectos» y que como inversión pública «no se tienen en cuenta sólo los ingresos» ni la rentabilidad, «sino que procura generar un atractivo turístico» en la zona.
Pero a tenor de los resultados, ese «motor económico» está gripado y reparar esa avería no es tarea sencilla. Porque ni las cuatro ampliaciones de capital entre 2020 y 2022 han conseguido revertir la situación. En el año de la pandemia hubo una por valor de 799.997 euros –también una reducción de capital «con carácter obligatorio» porque las pérdidas habían disminuido el patrimonio neto por debajo de las dos terceras partes de la cifra del capital, conforme a lo que marca la ley–; en 2021, una ampliación de 999.998 euros, y en 2022, y siempre con el objeto de «mantener el equilibrio económico de la tesorería» como en los casos anteriores, dos ampliaciones de 1.499.998 euros.
Sin embargo, el desfase es evidente e incluso ha ido al alza porque se ha pasado de unas pérdidas de 446.236 euros en 2018 a multiplicar por cuatro esa cifra de 'números rojos' en 2022, hasta 1.889.946. En este tiempo, a la falta de precipitaciones (nieve natural) y de temperaturas idóneas para fabricar nieve artificial se le ha sumado la pandemia del covid y sus posteriores consecuencias. Así, en 2020 los ingresos descendieron un 96% en comparación con el ejercicio precedente.
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Aumento de trabajadores
Además, en 2019 la sociedad suscribió un contrato para el suministro, mediante el alquiler sin opción a compra, de un telesilla cuatriplaza de pinza fija por 3,82 millones. A finales de 2021 se hizo entrega a la estación de un camión quitanieves Iveco comprado mediante concurso público y que suponía un gasto de 282.922 euros –sesenta cuotas de 4.715 euros–. Y en 2022 continuaron las reformas, principalmente en La Cascada y Rehoyo, «cambiando el 80% de los bandajes, poleas y ruedas y los dos volantes –de estos telesillas– y sustituyendo el 100% de las pinzas que enganchan el telesilla al cable de las dos instalaciones».
En ese último año auditado hubo «demasiados telesillas abiertos para pocas pistas» y este hecho, unido al incremento de «las energías y los combustibles, ha hecho que transportar a los esquiadores nos haya costado mucho más dinero que en las campañas anteriores», mientras que el precio para los usuarios no registró aumentos.
Y la cifra de visitantes, por otro lado, aunque mejoró en ese ejercicio en comparación con los dos precedentes se quedó muy lejos de los datos prepandemia, en concreto a la mitad. En cambio, el número de trabajadores se duplicó pero también aumentaron los servicios y, por ejemplo, Valdezcaray asumió ese 2022 por primera vez la gestión de la hostelería de la estación porque el concurso público había quedado desierto.
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