Urgencias atiende cada año un centenar de casos por intoxicación etílica aguda
Los expertos insisten en los riesgos del exceso del consumo de alcohol, un problema al alza y con «pacientes cada vez más jóvenes»
Normalizado y sin apenas barreras, el consumo de alcohol entre los más jóvenes encendió hace ya tiempo las alertas de los expertos sanitarios y, ... lejos de apagarse, sus destellos relucen cada vez más intensos.
No hay datos precisos más allá de algunos registros de atenciones y la elaboración periódica de estudios y encuestas oficiales. En cuanto a los primeros, en lo que llevamos del presente 2024, el servicio de Urgencias del Hospital San Pedro ha asistido 53 casos de intoxicación etílica aguda, un dato que mantiene la tendencia de la estadística habitual, entre 80 y 100 pacientes anuales de este tipo.
«Cada vez la edad media de los atendidos es menor porque el inicio en el consumo y el abuso o uso excesivo del alcohol es más temprano e incluso vemos menores de 14, 15 y 16 años. Sí, el perfil es el de cada vez más jóvenes y está muy relacionado con esa practica denominada 'binge drinking'», aclara la doctora Pilar Grajal, médico del servicio de Urgencias, quien admite que «el problema va al alza».
«Cada vez la edad media de los atendidos es menor porque el inicio en el consumo y el abuso es más temprano»
Pilar Grajal
Médico de Urgencias
«Encontramos muchos casos de consumo perjudicial, no continuo, pero sí puntual, en altas cantidades y rápidos»
Ana Díaz de Cerio
Psiquiatra
La radiografía ya quedó también nítida en el estudio más reciente, 'Monografía sobre alcohol 2024', elaborado por Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, del que se desprendía que seis de cada diez riojanos de entre 14 y 18 años habían consumido alcohol en el último mes, el 59,8% frente al 56,6 nacional. El 23,8% de ellos confesaba haberse emborrachado en los últimos 30 días (20,8% en España); el 32,3% había practicado 'bringe drinking' (atracón tras consumo de cinco o más bebidas alcohólicas en un periodo corto, de dos o tres horas); y el 16,8% participó en algún botellón.
«La mayor parte de las atenciones son consecuencia de caídas, fracturas, etc. Y también hay un porcentaje, que no es el mayoritario, afortunadamente, pero que no es desdeñable, de pacientes en coma etílico», explica la doctora Grajal, quien también admite que «nos llegan muchos casos leves, con síntomas que antes se pasaban en casa».

Cómo actuar ante una persona bajo los efectos de las drogas o el alcohol
1
Evita que
se caiga
sujetándolo.
2
No induzcas el vómito de ninguna manera.
3
No les des nada de beber ni comer. Háblale con tranquilidad para evitar que se altere.
4
Si no responde a los estímulos colócalo de lado y avisa al 112. Comprueba que la respiración sea normal.

Cómo actuar ante una persona bajo los efectos de las drogas o el alcohol
1
Evita que
se caiga sujetándolo.
2
No induzcas el vómito de ninguna manera.
3
No les des nada de beber ni comer. Háblale con tranquilidad para evitar que se altere.
4
Si no responde a los estímulos colócalo de lado y avisa al 112. Comprueba que la respiración sea normal.

Cómo actuar ante una persona bajo los efectos de las drogas o el alcohol
1
2
No induzcas el vómito de ninguna manera.
Evita que
se caiga
sujetándolo.
3
No les des nada de beber ni comer. Háblale con tranquilidad para evitar que se altere.
4
Si no responde a los estímulos colócalo de lado y avisa al 112. Comprueba que la respiración sea normal.
«El exceso de alcohol afecta a todos, pero más en las edades más jóvenes», alerta la médico, quien detalla que «en el caso de las intoxicaciones agudas los síntomas más habituales son la disartria o dificultad a la hora de hablar, agresividad, agitación psicomotriz, somnolencia... Cada vez es más habitual la combinación de alcohol con bebidas energéticas o con otras sustancias tóxicas con lo que, en vez de presentar somnolencia, causa una mayor estimulación y de repente llega la intoxicación etílica sin darse cuenta».
Tras recordar que las intoxicaciones leves deben tratarse con hidratación abundante (beber mucha agua) y analgésicos para el dolor de cabeza, la doctora Grajal explica que en los episodios más graves, aquellos en los que sí debe haber una asistencia hospitalaria, «hay pacientes que pueden precisar incluso la intubación y la administración de antieméticos para evitar los vómitos y la broncoaspiración, además de sueros y el control de las constantes vitales».
Lo que se debe hacer
Tras recordar las medidas clave de atención a una persona con intoxicación aguda grave, entre las que la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) cita evitar que el afectado se caiga si está de pie o caminando; acostarlo de lado, en posición lateral de seguridad, para evitar ahogamientos en caso de vómitos; abrigarle para evitar la hipotermia (bajada de temperatura corporal); e impedir que se duerma pellizcándole las mejillas o dándole palmaditas en la cara, la doctora aclara que en caso de que el intoxicado no responda a los estímulos se debe avisar al teléfono de emergencias: «Habría que comprobar su pulso y que respira espontáneamente y, en caso de duda, avisar al 112 desde donde darán indicaciones de cómo actuar o enviarán ayuda, porque eso garantiza el uso racional de los recursos sanitarios».
El mismo diagnóstico se traza desde la Unidad Infantojuvenil de Salud Mental del Hospital San Pedro. «Es un problema que va al alza y es cada vez más preocupante, efectivamente», coincide la doctora Ana Díaz de Cerio, psiquiatra y responsable del servicio.
«Nos encontramos con más casos de consumo perjudicial que tiene que ver no con consumos continuos, pero sí puntuales, en altas cantidades y rápidos», alerta la especialista, que incide en que cada vez hay casos de pacientes más jóvenes, «incluso de 12 y 13 años». Con problemas en la dinámica familiar, en las relaciones sociales, dificultad en los hábitos de la vida diaria o en los estudios como características más habituales, la doctora Díaz de Cerio incide en la importancia de trabajar con estos pacientes «en un momento crucial para su desarrollo».
«En la adolescencia el cerebro está en pleno desarrollo, por eso la importancia de no consumir alcohol u otros tóxicos, pero es justo cuando esas sustancias se utilizan como un reto, como una forma iniciática, como un modo de socializar, de regular el malestar...», explica la experta sobre los peligros de un consumo «tan normalizado socialmente».
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