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Traspaso benedictino pero aún de su titularidad

Alberto Gil

Valvanera

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Domingo, 18 de marzo 2018, 21:47

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La orden benedictina ha sido custodia del monasterio de Valvanera durante un milenio. La falta de vocaciones amenazaba con echar el cierre como en tantos otros monasterios: «Quizás nuestra principal misión ahora mismo, como monjes, sea cuidar estos lugares santos», confiesa Agustín Prado.

La vinculación del Instituto del Verbo Encarnado, de donde proceden los tres monjes, con Valvanera es más bien colateral: el padre Mauro Plazuelo, benedictino, fue enviado por esta orden a Barbastro en los años 30 del siglo pasado para poner en orden la economía del monasterio y ahora el Verbo Encarnado ha enviado a los tres monjes a custodiar la patrona de La Rioja: «No sé que pasará en el futuro; esperamos que venga un monje más por la importancia de Valvanera en la historia, aunque ojalá fueran veinte», señala Prado.

El día a día

La jornada comienza a las 5 de la mañana y las 5.30 los tres monjes cantan y oran. A las 7 ofician misa, entre semana de momento para ellos mismos, aunque estudian cambiar la hora para animar a los vecinos: «Aspiramos a ser un santuario abierto, queremos el bien espiritual de todos los peregrinos».

Más oración. De 9 a 12.30 toca 'trabajo' (mantenimiento). Comida, un poco de recreo, siesta y de nuevo oración hasta la hora de celda en sus habitaciones para leer y cultivarse. Prado y Bersanetti atiende también en sus ratos la web 'El Teólogo responde' y conservan 1.700 seguidores en Facebook: «¿Tiempo...? A mí me faltan muchas horas a lo largo del día», apunta el prior.

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