Temporeros: cada vez menos pese a ser igual de necesarios
Mano de obra extranjera ·
La mecanización de la vendimia, unas campañas de recogida cada vez más cortas y unos controles «demasiado rigurosos» reducen la llegada de estos trabajadoresDurante el mes que ha estado abierto entre septiembre y octubre, el alojamiento para temporeros de Logroño ubicado en el frontón Titín III, en las ... instalaciones deportivas de Pradoviejo, no ha llenado ni una noche las 150 camas que ofrece. Su tope ha estado en 138 «y solo durante algunos días concretos», apunta el concejal de Servicios Sociales, Iván Reinares, pero el promedio ha sido «bastante inferior». El albergue de Alfaro ha tenido una ocupación media de 37 de las 60 plazas, aunque la última semana de agosto y los diez primeros días de septiembre se superó el 80%. En el de Nájera «no hemos llegado a tener más de diez personas por jornada como máximo» cuando hay capacidad para medio centenar, detalla Ana Arnáez, de Cruz Roja, organización que se encarga de los controles de entrada y salida y de dar el avituallamiento necesario. Y el alojamiento de Fuenmayor ni siquiera ha abierto este año.
Publicidad
Por las calles de nuestros municipios también se han visto menos trabajadores extranjeros llegados para la recogida de fruta o la vendimia. Y la cifra de 3.830 contratos realizados a inmigrantes para la cosecha de la uva en 2021, que ya fue un 24% menor que en 2019 antes de la pandemia, seguramente tampoco se alcanzará cuando se hagan público los datos de la campaña recientemente finalizada.
Noticia Relacionada
«El despliegue policial para una inspección en el campo parece el de una redada»
La llegada de temporeros se encuentra en un claro declive desde la irrupción de la epidemia sanitaria. Pero el COVID y sus consecuencias no aparecen, según los agentes consultados, como la principal causa de este descenso. Entonces, ¿que está sucediendo en el campo riojano? ¿Ha dejado de necesitar la mano de obra extranjera? Con un «no» rotundo responden desde las organizaciones agrarias a esta segunda cuestión. Es más, «si persisten las dificultades para encontrar temporeros, vamos a tener serios problemas», advierte Néstor Alcolea, secretario de organización del sindicato UPA. Y en la vendimia «son necesarios, es evidente, pero también en otras épocas del año como la de espergurar la vid o la del aclareo de árboles frutales» en otros cultivos.
24%
es el dato de caída de contratos realizados a trabajadores extranjeros para la vendimia de 2021 en comparación con la de 2019 en La Rioja, según la Delegación de Gobierno. En 2019 se hicieron 5.091 contrataciones y dos años después la cifra bajó a 3.830.
Cada vez más agricultores optan por hacer una recogida de uva mecanizada precisamente ante estas complicaciones «que existen para encontrar personal», apunta Igor Fonseca. El secretario general de ARAG-Asaja cifra esa vendimia mediante máquinas en un 50% del total, un porcentaje «al alza y que así seguirá en los próximos años». Y esto genera un impacto negativo entre los temporeros «porque ya perciben hace tiempo que en esta tierra empiezan a tener menos trabajo durante un periodo de tiempo prolongado y no les sale rentable ni les resulta atractivo moverse, sobre todo si han de venir con familia», señala Mohamed El Gheryb, presidente de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes (ATIM). Su sede está ubicada junto a la estación de autobuses y hace apenas tres o cuatro años, cuando sí era masiva la afluencia de extranjeros, «aquí tenían el primer punto de ayuda o de asesoramiento. Sigue estando, por supuesto, pero el trabajo de atención ha bajado de manera considerable».
Publicidad
Las procedencias y los perfiles
También la procedencia cambia «y los temporeros marroquíes apenas han venido este año. Los pocos que hemos visto eran subsaharianos, de Mali o de Senegal principalmente», añade El Gheryb. Asimismo, los perfiles son distintos «y hemos pasado de atender a familias enteras a hacerlo a hombres de entre 25 y 45 años», apunta Marcos Montoya, de Cáritas, que recuerda que «en 2018, antes de la pandemia, hacíamos casi 2.000 salidas de apoyo y en este ocasión apenas hemos pasado de las 500».
Este técnico del programa de temporeros de la organización vinculada a la Iglesia apunta también a la mecanización de las labores del campo como una causa «relevante» en el descenso de mano de obra extranjera «y mucha gente ha optado por buscar un empleo en otros sectores a priori más consolidados como la hostelería o la construcción». La vendimia, además, se esta comportando en los últimos años «de manera muy irregular. Se solapa la recogida en muchas zonas, la campaña se concentra más en menor número de días y eso va en contra de los intereses de quien busca varias semanas consecutivas de trabajo», sostiene el concejal Iván Reinares.
Publicidad
Las imágenes de personas durmiendo junto a la estación de autobuses o en el cercano pasaje de Pío XII y Vara de Rey han sido prácticamente inexistentes este año. Con todo, las organizaciones benéficas como Cruz Roja o Cáritas han mantenido sus dispositivos operativos «y hemos estado en todo momento a su disposición. Este año hemos contado, además, con veinte alumnos de segundo curso de Bachillerato de Jesuitas que se han unido al contingente» de voluntarios de Cruz Roja que ha sumado casi medio centenar de efectivos, «menos que otros años», detalla Ana Arnáez, responsable de atención a colectivos vulnerables.
El salario
¿Y están bien pagadas las jornadas de trabajo de estos temporeros? A juicio de Marcos Montoya, el salario «no es excesivo» cuando el esfuerzo físico que se hace es importante «porque hay que reconocer que el trabajo es duro». Diferente es la opinión de los agricultores que contratan esta mano de obra. «Pagamos bien, por encima de otros sectores como la hostelería», apunta Igor Fonseca, «y pese a todo no siempre encontramos compromiso o seriedad por la otra parte».
Publicidad
Este factor también repercute en una menor contratación de mano de obra extranjera, al igual que la «excesiva carga burocrática con las que nos encontramos a menudo. En muchas ocasiones nos resulta inasumible cumplir todas las exigencias de prevención de riesgos, condiciones del alojamiento, trámites administrativos... Acabas tirando la toalla y buscando familiares o amigos para hacer la vendimia», confiesa con pesar Néstor Alcolea.
En este sentido, Fonseca reclama al Gobierno de La Rioja que cuando habilite líneas de ayuda para los agricultores que adecuen viviendas para acoger a trabajadores, «lo haga con mayor antelación que este año –apenas hubo diez días desde que se convocaron hasta que finalizó el plazo para presentar las solicitudes–». Sobre todo si «van a pedir una documentación tan extensa o, por ejemplo, que esos edificios reconvertidos en albergues tengan la cédula de habitabilidad. A veces son casas antiguas que no la tienen. El exceso de rigor en los controles tampoco ayuda» a la contratación de temporeros.
Publicidad
es el dato de caída de contratos realizados a trabajadores extranjeros para la vendimia de 2021 en comparación con la de 2019 en La Rioja, según la Delegación de Gobierno. En 2019 se hicieron 5.091 contrataciones y dos años después la cifra bajó a 3.830.
¿Qué sensaciones deja esta campaña?
A falta de los datos, que se analizan ahora para su puesta en común en la Comisión de Flujos Migratorios, las impresiones de diferentes organizaciones y agentes consultados apuntan a una caída aún más acentuada este año en la llegada de temporeros a La Rioja.
Noticia Patrocinada
Los albergues cada vez más vacíos o cerrados
El de Logroño no se ha llenado ni una noche en un mes abierto. El de Alfaro ha tenida una ocupación media de 37 de las 60 plazas. El de Nájera ha recibido menos de diez personas al día como máximo. Y el de Fuenmayor ni ha abierto.
¡Oferta especial!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión