Técnicos e innovadores

Hay conceptos teóricos, ideas fundamentales y expresiones recurrentes que, de tanto utilizarse, puede parecer lógico pensar que han perdido validez, que no son sino frases hechas. Habrá ámbitos en los que esa proposición se cumpla. No en el campo de la innovación. Que es el motor del cambio se ha dicho hasta la saciedad. Lo era, sí, pero no solo eso: las soluciones innovadoras siguen siendo ahora y continuarán actuando en el futuro como elemento transformador de la sociedad.

La necesidad de individuos innovadores es evidente en el ecosistema laboral –la Comisión Europea estima que este año habrá medio millón de empleos sin cubrir en el ámbito de las nuevas tecnologías– y educativo. El primer efecto colateral de esa realidad es que los campus universitarios han tenido que repensar sus modelos educativos para poder ofrecer profesionales creativos y flexibles.

Desde la UNIR apuntan que su Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología (ESIT) ya ha completado esa transformación apostando, desde hace ya una década, por la innovación y «aplicando metodologías docentes y herramientas de última generación, con un claustro, formado por un 80% de doctores». Eso, completan, se traduce en la capacitación «de sus estudiantes en el desarrollo de soluciones tecnológicas innovadoras».

Al frente de la ESIT está su director, Pablo Moreno, que sostiene que no son un centro formativo al uso. «Como Escuela de Ingeniería no nos limitamos a las titulaciones tradicionales, sino que cubrimos un espectro muy amplio», explica. Pero, más allá de las titulaciones, Moreno argumenta que si es importante la metodología STEM (aprendizaje a través de experiencias en las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) lo es aún más la STEAM, que da cabida a las artes para aportar una mirada creativa con la que se complementa el aprendizaje y se refuerza el pensamiento de los alumnos.

«El reto es ofrecer profesionales adaptables, con capacidad de reinventarse. No es tan importante tener muy dominada la técnica, que también, como aplicar la creatividad y que así tengan capacidad de adaptarse al cambio y, así, formar profesionales que se adaptan mejor a las necesidades del actual mercado laboral», reflexiona.

Un mes después de que el Consejo de Universidades otorgara a la ESIT la acreditación institucional, un sello de la calidad de los estudios impartidos, Moreno sostiene que para el equipo de docentes es fundamental la metodología innovadora. «Son clases 'on line' síncronas a las que el profesor aporta mucho valor. No queremos que los alumnos se limiten a estudiar unos materiales, sino que lo vivan, que lo experimenten, que la clase les aporte valor», incide poniendo el ejemplo de los trabajos prácticos y la retroalimentación, en ocasiones en vídeo, por parte de los docentes.

Para alcanzar todas esas metas siendo una universidad en línea («que no a distancia», apostilla), Moreno destaca la capacidad tecnológica puesta a disposición del alumno: «Tienen acceso a todos los programas necesarios a través de la nube. Está todo lo que necesitan en escritorios virtuales y a eso se suma un laboratorio en que pueden interactuar con diferentes simulaciones en 2D y 3D. Cuando tienen que utilizar la máquina real, hay laboratorios remotos en los que están esos dispositivos que ellos pueden configurar, cambiar ajustes y aprender. Usamos la tecnología para romper la barrera del 'on line' e ir más allá de lo que la teoría permitiría».

La fórmula se completa con el profesorado. «Es clave», añade Moreno, que reconoce que se invierte mucho tiempo en su selección para asegurar tanto su capacidad docente como «el equilibrio entre sus diferentes perfiles: desde docentes más jóvenes y entusiastas de la tecnología hasta profesionales con una larga carrera profesional y experiencia que se encargan de trasladársela al alumno».

Los resultados, admite, son más que satisfactorios. Las encuestas a los egresados dicen que a los tres años de haber completado los estudios el 90% ha encontrado trabajo si es que no lo tenía o ha mejorado su situación laboral previa.

Francisco Javier Flor es uno de los docentes de la ESIT que se encarga de trasladar la visión más práctica al alumno. «Soy ingeniero industrial y llevo trabajando muchos años en casi todos los sectores», apunta destacando que su papel en la UNIR es «ofrecer conocimientos adicionales, ejemplos prácticos» para que la capacitación del alumno no sea solo teórica: «Cuando estudié Ingeniería el proceso de aprendizaje lo hice en mi primera experiencia laboral», recuerda. El reto es que lo logren en su paso por la UNIR.

Para ello, «en dibujo técnico, por ejemplo, no limitamos la explicación a utilizar el programa, sino que aprenden a relacionarlo con el resto de la formación para así consolidar esa base formativa amplia».

«En La Rioja y en todo el país, los perfiles que más se están demandando son aquellos con grandes conocimientos de programación, ciberseguridad, sistemas de gestión, riesgos laborales», añade antes de destacar la capacidad de la UNIR para detectar las necesidades empresariales y activar la formación que alumbre esos profesionales versátiles.

El riojano Miguel Sáenz-López, ingeniero electrónico industrial y mecánico por la Universidad Carlos III, decidió que tras dos años trabajando había llegado el momento de comenzar a completar su formación. «En mi campo, si te estancas, te pasan por los dos lados sin darte cuenta», dice gráficamente. Optó por la inteligencia artificial y eligió el master 'on line' de la UNIR para «compatibilizarlo con el trabajo».

«No era algo que necesitara por motivos laborales, pero creo que de aquí a 5 o 10 años, el tener una base de conocimientos en inteligencia artificial, igual no tanto a nivel técnico, pero sí en cuanto a la aplicación de esta tecnología, va a constituir un valor diferencial» frente a otros perfiles profesionales, considera.

Aún cursando el master, se muestra «gratamente sorprendido por la formación» y destaca «el trabajo en equipo con ingenieros de otras disciplinas, que te hace pensar diferente y que es un plus muy valioso para la formación».

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