Sorprendida una madre que intentaba introducir droga para su hijo en la cárcel

logroño. Para acceder al interior del centro penitenciario de Logroño, además de estar autorizado, es preciso superar diferentes controles de seguridad. El objetivo, entre otros, es evitar que se introduzcan sustancias estupefacientes y en ello trabajan activamente los funcionarios de Instituciones Penitenciarias y de la Guardia Civil a los que, en ocasiones, se suman agentes del Servicio Cinológico con perros especializados en la detección de drogas.

La semana pasada, en la agenda de visitas del centro penitenciario de Logroño figuraba la de una mujer de 68 años, natural de Madrid y vecina de Logroño. Tenía concedido un 'vis a vis' -comunicación íntima sin control por parte de funcionarios- que pretendía aprovechar para abastecer a su hijo de estupefacientes. Pero la madre no contaba con la presencia de la agente 'Dora', una de las canes de la Guardia Civil. Así, poco después de acceder al interior de la prisión logroñesa, la perra se aproximó a ella y marcó la posible existencia de sustancias estupefacientes ocultas en la zona íntima de la mujer.

Los agentes le trasladaron hasta otras dependencias para proceder a un cacheo más intenso, pero no fue necesario. Una vez en la sala, explica la Guardia Civil en una nota de prensa, «entregó de forma voluntaria a los agentes dos envoltorios que ocultaba entre su ropa interior». En el primero de ellos había tres trozos de hachís con un peso total de 74,31 gramos; el segundo, más pequeño, contenía otros 2,1 gramos de heroína. Tras interceptar la droga, los responsables del centro penitenciario de Logroño procedieron a levantar la correspondiente acta de la incautación además de poner los hechos en conocimiento de la autoridad judicial.