Escala de bomberos durante una actuación en la capital para entrar a un domicilio. B. L.

Una soledad que puede costar vidas

El envejecimiento y la reducción de vínculos familiares y sociales alerta a los servicios de emergencia, que cada vez auxilian a más personas aisladas

Víctor Soto

Logroño

Domingo, 3 de diciembre 2023, 08:30

Camiones de bomberos, coches de policía, ambulancias y sirenas de bomberos en la puerta de un edificio cualquiera. Después, un coche fúnebre. «¿Qué ha pasado?», ... preguntará un vecino sin saber que la que ha pasado es la muerte para llevarse a una persona, en muchas ocasiones anciana, que vivía junto a ellos sin resultar apenas visible.

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Es el caso extremo de una realidad que se ha convertido en demasiado común para los servicios de emergencia riojanos: atender a personas que viven solas y que han sufrido un problema en sus domicilios. Caídas, achaques graves, intentos autolíticos...

Desde las fuerzas de seguridad y desde Bomberos de Logroño se explica que estas situaciones se han multiplicado durante los últimos años, casi al ritmo del envejecimiento progresivo de la población y de una quiebra o distensión de los lazos familiares y sociales.

En Logroño y su zona metropolitana, los números los adelanta Alfredo Bazo, jefe de Bomberos de Logroño. Hasta ahora, las estadísticas no reflejaban estas situaciones, pero desde este 2023 han comenzado a contabilizarse porque se ha constatado un crecimiento tan alarmante que, según explica Bazo, «los datos son necesarios para permitir un análisis de lo que ocurre y trabajar en la prevención, que siempre debe ser el objetivo final».

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Así, hasta el 30 de octubre en la capital y su entorno, los bomberos han protagonizado trece actuaciones en las que, tras la puerta, esperaba un cadáver. En doce de los casos la persona fallecida era un varón. «Esa es la punta del iceberg», recalca, «porque en esas ocasiones se ha llamado a los bomberos, pero en muchas otras son familiares, vecinos, efectivos del SOS Rioja... los que encuentran a las personas fallecidas», explica Bazo. Fallecimientos que se han podido producir horas antes... pero también semanas.

Consejos de la Policía

  • 1. Teléfono Tener siempre al alcance de la mano el móvil o un fijo por si hay una emergencia, también contar con marcación rápida para avisar a vecinos o a familiares. La app Alertcops permite un contacto rápido con las fuerzas de seguridad y la geolocalización.

  • 2. Vecindad Contar con un vecino de confianza que tenga llaves del domicilio y que conozca las costumbres y las rutinas.

  • 3. Llaves Es recomendable cerrar la puerta del domicilio con llave, pero no dejarlas en la cerradura porque dificulta la intervención de los cuerpos de seguridad o de los bomberos.

  • 4. Prevención No abrir a desconocidos ni dar datos personales a través del teléfono.

  • 5. Cuidado con las estafas La Policía también advierte de que los ancianos son personas vulnerables y hay que tener cuidado: gente que trata de entrar al domicilio con intención de ayudar en algo, estafas telefónicas haciéndose pasar por la Seguridad Social o por agentes que piden dinero para lograr la libertad de un hijo que ha causado un supuesto accidente... Mucho cuidado.

Casi siempre varones

Los datos del Instituto de Medicina Legal de La Rioja corroboran las palabras del jefe de Bomberos de Logroño. Hasta el 29 de noviembre, los forenses del IML han certificado 42 fallecimientos en domicilios. No siempre son mayores (doce, un poco más de la cuarta parte, superaba los 70 años) ni personas que vivan solas. Las causas pueden ser problemas de salud previos, infartos, derrames, caídas... Lo que sí se observa claramente en el análisis de los datos es que son hombres los que copan estas cifras. De los 42 fallecidos en sus hogares en estos once primeros meses del año, 37 eran varones.

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Otra muestra de que la soledad existe en nuestra sociedad es el número de aperturas de puerta que llevan a cabo los Bomberos de Logroño. «En los diez primeros meses ya hemos llegado a 155, cuando el pasado año fueron 148. Y el año 2001 lo cerramos con 50. Es más del triple. El aumento lleva años llamándonos la atención», recalca Bazo. Y abrir una puerta no es un acto caprichoso, sino que tiene que existir una llamada de aviso previa y que resulte imposible acceder con premura al domicilio de otra manera.

Los mayores son los que, en demasiadas ocasiones, se convierten en los indeseados protagonistas de estas intervenciones. Edad, patologías previas y problemas de movilidad, en el aspecto físico, y pérdida de vínculos sociales y familiares, en el personal, se mezclan convirtiéndose en un cóctel amargo. Porque la sociedad riojana envejece a pasos agigantados.

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Que la soledad mata parece una frase hecha. Sin embargo, es tan real que los más completos estudios científicos realizados hasta el momento y publicados hace tres semanas en la revista BMC Medicine, con datos de casi medio millón de británicos, constataron que el contacto directo con familiares y amigos (incluso aunque solo sea una sola vez al mes) es un factor determinante para poder vivir más años. Hay estados como Japón o Reino Unido que se lo han tomado tan en serio que hasta cuentan con un Ministerio de la Soledad.

Consejos de los Bomberos

  • 1. Adaptación. Contar con casas adaptadas (sin alfombras ni muebles que molesten, con duchas, agarraderas...).

  • 2. Conscientes de las limitaciones. Hay rutinas que, a cierta edad, pueden convertirse en peligrosas: limpiar lámparas o ventanas, subirse en taburetes para coger algo que se encuentra en las baldas superiores de una estantería o armario... puede acabar en una caída dolorosa o incluso peor.

5.200 nonagenarios

Volviendo a La Rioja, el pasado mes de julio, 22.089 residentes en la comunidad superaban los 80 años. De ellos, 5.200 eran nonagenarios o centenarios, lo que se conoce como sobreenvejecimiento.

Muchos de ellos comparten domicilio con algún familiar, otros se encuentran ingresados en residencias (La Rioja cuenta con unas 3.700 plazas asistenciales y el número de centros ha aumentado en los últimos años), pero una buena parte de los mayores continúa viviendo solos. En soledad y, con el paso del tiempo, afrontando un mayor número de complicaciones y dificultades de la que ellos suelen ser conscientes pero que en demasiadas ocasiones silencian o no comparten con su entorno familiar o su red social (en el caso de la que posean).

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El último dato del INE de personas de más de 65 años que viven solas se remonta a 2020. Entonces eran 15.867 riojanos. Han transcurrido tres años, ha pasado una pandemia que hizo mucha mella en el colectivo y esas cifras ya son pasado.

42 fallecimientos

de personas en su domicilio han certificado los forenses del Instituto de Medicina Legal de La Rioja durante los once primeros meses de este año. Por sexo, destaca que 37 eran varones. Y, por edad, doce superaban los 70 años.

Lo que sí dejaban claro esas cifras es que el colectivo de mayores que vive sin compañía en La Rioja es mayoritariamente femenino: dos de cada tres. Y, a pesar de eso, son los hombres, como se comprueba fácilmente con los datos de Bomberos de Logroño o del Instituto de Medicina Legal, los que protagonizan los casos más graves de soledad y olvido.

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Esfuerzo económico

Las acciones para paliar estas situaciones de desamparo exigen un ambicioso y coordinado plan. El objetivo es procurar una vida autónoma durante el mayor tiempo posible a las personas mayores. Para ello existen programas que buscan implicar a centros de participación, centros de salud, farmacias, comercios, asociaciones de vecinos. voluntarios... La intervención comunitaria resulta fundamental para detectar estas situaciones. Y, a partir de ahí, tomar medidas.

Y desarrollarlas. Para eso se necesita una importante inversión económica por parte de las administraciones y de las distintas entidades. Uno de los entes que más empeño está mostrando en este camino es el Ayuntamiento de la capital, que lleva años desarrollando el programa 'Logroño Acompaña' y que se ha declarado 'Ciudad amigable con las personas mayores', lo que implica numerosas iniciativas, pero sobre todo, «escuchar a estas personas», explica la concejal Patricia Sáinz.

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«Creemos que estamos a tiempo de abordar esta situación y para eso hemos aumentado un 20% el presupuesto destinado a Servicios Sociales», analiza. «Una ciudad preparada para la gente mayor es una ciudad mejor para todos», concluye.

Mientras, desde la Administración autonómica se continúan presentando iniciativas con este mismo objetivo. La última, dotada con un millón de euros proveniente de los fondos europeos, será llevar a más de 4.700 mayores riojanos a las 'aulas' para aprender el uso de nuevas tecnologías y ayudar a romper la brecha digital.

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Porque para nuestros mayores se han abierto en los últimos años tantas brechas (tecnológicas, familiares, psicológicas, sociales, económicas, de salud por el covid y las patologías crónicas...) que cada vez les resulta más complicado transitar por tierra firme. Una situación tremendamente dolorosa e injusta. Pero, sobre todo, global y que exige un compromiso de todos. Porque, con un poco de suerte, todos llegaremos, tarde o temprano, a ser ancianos.

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