San Román amplía su museo al aire libre
Las réplicas de Klimt, Escher y Brancusi se unen al proyecto 'Art-Eco' de la dehesa boyal, en la que ya hay impresas obras de Warhol, Dalí, Goya, Van Gogh, Magritte y Miguel Ángel Buonarroti sobre árboles muertos
Klimt, Brancusi y Escher se han unido a Warhol, Dalí, Magritte, Miguel Ángel Buonarroti, Van Gogh y Goya. La dehesa boyal de San Román de Cameros ha ampliado su galería natural de arte con tres nuevos árboles pintados. La asociación Amigos de San Román convocó la tercera edición del certamen 'Art-Eco' que consiste en 'revitalizar' árboles secos al reproducir sobre ellos populares obras del arte. Los nueve árboles que componen ya este singular museo al aire libre se encuentran en los trazados del sendero Gran Recorrido 93, en la etapa entre Muro y San Román, y del sendero 8 de la ruta Dehesas de Camero Viejo.
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Las nuevas incorporaciones son 'El beso' del pintor Gustav Klimt, impresa en un árbol hueco por Héctor Sáenz; 'Columna sin fin' del escultor rumano Brancusi, realizada por Jana Garbayo Vidaurreta, y 'Bond of Union', litografía del artista neerlandés M. C. Escher plasmada por David Azpurgua de Luis. Cabe destacar que 'El beso' de Klimt ha sido la obra que más veces se ha presentado al concurso en sus tres ediciones y, por fín, ha convencido al jurado con la propuesta de Héctor Sáenz. También cabe destacar que Azpurgua ha sido seleccionado en las tres ediciones y ha reproducido antes las obras 'Campbell's Soup Cans' de Warhol y 'Expulsión del paraíso' de Miguel Ángel Buonarroti; y Garbayo en una, con 'El almendro en flor' de Van Gogh.
Para María Sáenz, presidenta de Amigos de San Román, esto manifiesta que «siguen presentándose por la experiencia que supone realizar esta intervención en el bosque». Durante algo más de una semana los ganadores, que obtienen 500 euros de recompensa, proyectan las obras en los árboles elegidos por la organización. Uno de los requisitos marcados por las bases del concurso es proponer «obras reconocibles para el gran público, con el objetivo de acercar el arte, la cultura, y volver a pasear por la dehesa boyal de San Román», expone María Sáenz, con la novedad en esta edición de que se podían representar esculturas.
«La dehesa boyal de San Román es resultado de muchos años de transformación por parte del ser humano. Vida que nace, muere y con suerte vuelve a la vida en forma de refugio de animales o últimamente como lienzo artístico y recurso cultural y turístico», describe María Sáenz. Las dehesas boyales eran terreno de pasto para el ganado y en la de San Román predominan los robles, arces, avellanos y acebos. Todos, vivos o muertos, son cobijo y fuente de alimentación de garduñas, jinetas, gatos monteses, roedores, corzos, ciervos, cárabos, mochuelos, mirlos, malvices, ovejas, jabalíes…
No obstante, María Sáenz aclara que «la intervención en el entorno natural es mínima puesto que solo se precisa del espacio necesario para que el artista pinte alrededor del árbol seco y, como mucho, se ha retirado alguna zarza». Además, en colaboración con Pinturas Matías Jadraque, así como del Gobierno de La Rioja, se usan pinturas biodegradables que, si llueve y se filtran al suelo, «el impacto es muy bajo», aclara María Sáenz.
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La intención de la asociación Amigos de San Román es dotar de un nuevo enfoque al entorno natural que permita redescubrirlo y conocerlo. «No se trata de la colocación de obra aislada sino que se busca una intervención que se prolongue en el tiempo de una forma respetuosa y sostenible, y que se repita varios años en otros árboles secos, no siempre de la dehesa boyal de San Román», explica Sáenz.
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