Una rutina de exámenes y entrenamientos

Todos aman el deporte y lo practican de un modo profesional, pero en sus mochilas no sólo hay botas de fútbol, camisetas, balones o pantalonetas. También hay apuntes, libros, estuches y bolígrafos, ya que compaginan la rutina exigente de sus respectivas prácticas deportivas con sus estudios. Todos cursan un grado de la Universidad de La Rioja y buscan rendir al mismo nivel en las aulas que en los terrenos de juego, canchas o frontones. No es fácil, reconocen, pero se puede lograr con esfuerzo y capacidad de organización. Sólo así alcanzarán el sobresaliente en sus deportes y en sus carreras.

os sesiones de entrenamiento diarias y clases. Al día le faltan horas para Deborah Ayela. «Muy pocas veces tengo tiempo libre», se lamenta al mismo tiempo que reconoce que, con organización, es posible sacar los estudios adelante. «Al principio, cuesta, pero después te das cuenta de que si llevas las cosas al día no es tan complicado», afirma la jugadora del Campus Promete. «Pero hay que aprovechar el tiempo lo mejor posible», apostilla la estudiante de 4º de Magisterio de Educación Primaria, quien afirma que su lugar preferido para estudiar es la biblioteca: «Allí aprovecho mucho el tiempo».

Carla Zabala asegura que es posible unir deporte y estudios. «Es cuestión de organización», afirma la jugadora de baloncesto, que cursa 2º de Magisterio de Educación Primaria. Aun así, reconoce que en ocasiones es inevitable faltar a clase y, en esos casos, los maestros y compañeros juegan un papel fundamental. «O me pasan los apuntes o los profesores te ponen facilidades», asegura. «Normalmente, no hay problemas», apostilla Zabala, quien tiene asumido no poder disfrutar de la otra vida universitaria, la de las cenas y fiestas: «Hay que renunciar a cosas».

Lucía Ladrera, además de entrenar e ir a la universidad, da clases de refuerzo a alumnos de Primaria. «Termino allí a las 17.15 horas y hasta las 20.00 horas que empiezo a entrenar, aprovecho el tiempo», cuenta la jugadora del Sporting La Rioja. «En los viajes también intento hacer algo», agrega. La estudiante de segundo de Magisterio de Educación Infantil reconoce igualmente que la época de exámenes es «la más complicada», pero que aun así cuando está jugando al balonmano se olvida de todo. «El deporte me viene bien para desconectar», remata.

«Intento llevar los estudios al día porque si no se acumula todo en la época de exámenes». Con esa filosofía afronta el Grado en Enología la portera del Sporting La Rioja, Rebeca García. Ese espíritu viene acompañado, además, de pocas horas de sueño. «Me suelo poner a estudiar a las doce de la noche y al día siguiente tengo clase a las nueve de la mañana», afirma la joven, quien explica que también intenta aprovechar los viajes del equipo para hacer algo y que desde el club le dan facilidades. «Salgo de clase, voy directa al entrenamiento y, aunque llegue tarde, no me ponen impedimentos», se congratula.

Patricia Llabrés alterna los estudios de 4º de Derecho con el Minis de Arluy y con las concentraciones de la selección española de voleibol. «Es un poco estresante este ritmo de vida», reconoce. A pesar de eso, la catalana llega a todo. «El poco tiempo libre que tengo me lo paso estudiando», afirma. También agradece a su club el apoyo que le demuestra. «Si tengo que ir a algo obligatorio, me lo permiten», expone. Aun así, admite que no siempre le resulta posible acudir a todas las clases. «Tengo que compensar los puntos que pierdo por asistencia o por prácticas con los exámenes», cuenta la joven, quien asegura que no salido aún ningún jueves universitario. «El deporte te quita algunas cosas, pero también te da otras muchas», finaliza.

Para el EDF Logroño, ésta es una temporada importante, pues supone su estreno en la Liga Iberdrola, la máxima categoría del fútbol femenino nacional. Eso conlleva, eso sí, más obligaciones para sus jugadoras. «A veces me pregunto cómo llegamos a todo», asegura una de ellas, Judith Luzuriaga. La extremo compagina el fútbol con sus estudios y asegura que llevar bien todo «requiere mucho esfuerzo». «Intentas llevar todo al día y, en cuanto sales de entrenar, te pones a estudiar», cuenta. «También aprovechamos los viajes e incluso muchas nos hemos comprado un foco para mirar los apuntes en el autobús sin molestar a las compañeras», apostilla.

Irene Yanguas admite que este año le está resultando más complicado que en los anteriores compaginar la rutina del EDF con la de la universidad. «Se nota diferencia porque en los años previos podíamos ir a todas las clases», expone la delantera. Esta campaña es más difícil. «Hay clases a las que nos es imposible acudir», cuenta. «Y hay profesores que nos echan una mano y lo entienden, y otros no tanto», apostilla antes de relatar de dónde saca el tiempo para estudiar. «En exámenes aprovechamos cualquier segundo, incluso en los autobuses o en los hoteles», recalca.

Entrenar por la mañana, después ir a clase y por la tarde estudiar. Ése suele ser el día a día de Andrea de la Nava. «Y los fines de semana que jugamos en casa también tenemos los sábados libres», apostilla la estudiante de 4º de Magisterio de Infantil. «Si quieres, puedes llegar a todo», remata. De la Nava admite igualmente que hay veces que le cuesta borrar de la mente el deporte. «Durante esta época de exámenes, los resultados no nos acompañaban y me costó más concentrarme», explica tras lamentarse de que a algunos profesores «les cueste entender» que su trabajo esté relacionado con el fútbol.

María González cursa 1º de Magisterio de Primaria y asegura que desde la Universidad de La Rioja le han dado todo tipo de facilidades para poder compatibilizar su carrera con el fútbol. «Los profesores y los compañeros me ayudan mucho y, si he tenido que faltar a alguna clase, me han facilitado la labor para no perderme», explica. La delantera afirma que saca el máximo de tiempo posible para estudiar y reconoce que hay veces en las que le cuesta desconectar ambos mundos. «Es más fácil que si estoy estudiando me venga el fútbol a la cabeza que al revés», comenta.

Partidos, entrenamientos, viajes, visitas al fisio... La vida del pelotari no deja mucho tiempo libre, pero Álvaro Untoria lo ha sabido aprovechar para cursar el grado de Magisterio de Educación Primaria. «Estoy en el último curso», cuenta el najerino, quien se congratula de haber sido capaz de compatibilizar deporte y estudios. «No ha sido fácil e incluso hubo una época en la que tuve que dejar la carrera porque no daba abasto», recuerda. Después la retomó y ahora está cerca de terminarla. «Al final sacas tiempo para todo», recalca.