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Los riojanos han ganado 10 años más de esperanza de vida, hasta los 83,7, en sólo cuatro décadas

Los riojanos han ganado 10 años más de esperanza de vida, hasta los 83,7, en sólo cuatro décadas

Aunque los tumores se afianzan como principal causa de muerte en la región, crecen las demencias y ya uno de cada tres fallecidos supera los 90 años

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Jueves, 1 de noviembre 2018, 14:00

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Convivimos con ella a diario, pero la muerte como concepto se convierte solo en noticia en esta fecha, 1 de noviembre, día de Todos los Santos. La cita con ella sigue siendo inevitable, de momento, pero cada vez llega más tarde, como media, para los riojanos, como ocurre con el resto de los habitantes de los países que gozan de mayor nivel de desarrollo.

La alimentación, la prevención, los cuidados y nuevas formas de vida y, sobre todo, los avances científicos y médicos del último medio siglo han impulsado la esperanza de vida de modo vertiginoso en la región. Tanto que en solo cuatro décadas hemos ganado una media de diez años más de vida, desde los 73,11 de 1975 a los actuales 83,79 -dato del 2016, último disponible en el INE (Instituto Nacional de Estadística)-, la tercera mejor tasa del país, tras Madrid (84,54) y Navarra (83,83), y con una importante diferencia respecto a la media nacional, fijada en 83,10 años.

Aunque los hombres de la comunidad son los segundos españoles con la mayor esperanza de vida al nacer, 81,18 años (70,59 hace 40 años), la distancia respecto a las mujeres de la región sigue siendo enorme, 86,40 en el caso de ellas, 11 años más que cuatro décadas atrás. Como no podría ser de otro modo, el otro indicador, el de la tasa de mortalidad riojana, se ha alterado a la misma velocidad en dicho periodo: del 17,15 por cada mil habitantes en 1975 y 20,06, la más alta de la historia, reciente, un año después, al 9,60 de 1991, el primer año en el que se bajó de los 10 dígitos y en el inicio de un desplome continuo hasta llegar al actual 1,10 por cada mil habitantes, la más baja del país, y muy por debajo de la media nacional, fijada en el 2016 en 2,64.

Más muertos y más mayores

Las estadísticas, siempre engañosas y con varias posibles lecturas, pueden llevar a pensar que la cifra de muertes ha menguado en la región. Error, porque ocurre precisamente lo contrario, principalmente porque las cifras de población también se han multiplicado. Cada año mueren más riojanos, pero cada vez lo hacen más tarde. El pasado año fallecieron en La Rioja 3.053 personas -1.532 hombres y 1.521 mujeres-, lo que supone un incremento del 32,33% respecto a los 2.307 decesos de 1975, cuando la todavía provincia contabilizaba en sus censos a solo 241.862 habitantes, el 29,34% de los actuales 312.830. Con leves oscilaciones, la comunidad registra desde hace una docena de años unos 3.000 fallecimientos por ejercicio. Pura estadística, que además de ocultar entre sus dígitos miles de dramas y toneladas de dolor y lágrimas, permiten con su desglose entender cómo hemos cambiado y cómo la nueva radiografía social se convierte, a la vez, en una bendición -la posibilidad de disfrutar más tiempo de nuestros seres queridos- y en lo contrario, una maldición para La Rioja, en forma de envejecimiento poblacional, y para los riojanos, muchos de ellos condenados a convivir durante largos periodos con crueles enfermedades degenerativas que avanzan, lentamente pero sin piedad, a edades avanzadas.

En la actualidad, el 28,21%, casi uno de cada tres, de los fallecidos riojanos había superado ya los 90 años de edad -837 de los 2.967 decesos totales en el 2016- y 43 de ellos habían cumplido o rebasado el siglo de vida, un porcentaje que ha ido en constante aceleración -19,71% en el 2006, 12,31 en 1996, 7,31% en 1986 y 4,29% a mediados de los setenta, cuando los fallecidos de más de 100 años apenas eran uno por año.

El nuevo panorama, además de dificultar las soluciones necesarias para dar respuesta al reto demográfico, ha obligado a la sanidad a ampliar su cartera de servicios para atender los males médicos del siglo XXI.

Aunque las enfermedades del sistema circulatorio se mantienen como la primera causa de muerte entre los riojanos, 873 de los 2.967 decesos totales en el 2016, el 29,42%, han perdido incidencia, ya que 30 años atrás suponían el 42,66%. Además, 356 de los fallecidos actualmente por tumores habían superado ya los 80 años de edad, el 41,78%. La tendencia contraria se registra en el capítulo de los tumores, afianzada ya como segunda causa, y que ha pasado del 23,43% en 1986 al 28,71% del 2016, con 852 víctimas mortales, de las que 683, el 41,78%, tenían más de 80 años.

Trastornos y demencias

Con las enfermedades del sistema respiratorio como tercera causa de mortalidad, el 9,60% (285 casos, 229 de ellos mayores de 80 años, el 80,35%) y sin apenas variaciones en los últimos años, el mayor incremento en la incidencia se aprecia en los males más vinculados al envejecimiento de la población. Así se aprecia en el capítulo de las enfermedades del sistema nervioso y de órganos de los sentidos, que han escalado de forma constante hasta convertirse en la cuarta causa de mortalidad. Su incremento en los últimos 30 años es del 6,59, tras pasar de los 27 casos contabilizados en 1986 (el 1,19% del total de decesos) a los actuales 231 (7,78%) de los que la mayoría se encuadran en el epígrafe del alzheimer, con 136 fallecimientos en el 2016 frente a los tres de tres décadas atrás. Otro tanto ocurre con los trastornos mentales del comportamiento, con un incremento del 5%, de los 18 casos en 1986 (el 0,79% del total) y 178 (5,99%), de los que la mayoría, 168, se hallan encuadrados en el epígrafe de trastornos orgánicos senil y presenil.

Finalmente, en el capítulo de causas externas de mortalidad, cada vez más bajo por la reducción de la siniestralidad viaria, la tendencia se aprecia en los fallecimientos por caídas accidentales: 2 en 1986 y 28 en el 2016, 22 de ellos mayores de 80 años.

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