Recorrer el mundo gracias a una beca
La joven logroñesa de 19 años Olivia Centeno ha viajado por todo el planeta y sus realidades gracias a una beca de año sabático organizado
Alicia Fdez. De Arcaya
Miércoles, 23 de julio 2025
Olivia Centeno tuvo un objetivo claro desde pequeña: explorar el mundo y sumergirse en culturas ajenas. Un sueño que ha podido cumplir este año gracias ... a la beca 'Baret Scholars'. Un año sabático de viaje organizado por las siete regiones del mundo junto a jóvenes preuniversitarios de 80 nacionalidades. Estados Unidos, Brasil, Francia, Oriente Medio, Kenia, India, China... siete meses de inmersión en las costumbres, política, artes y economía de cada región.
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Desde conocer la sede de la ONU en Nueva York a navegar el Río Negro de la mano de una tribu indígena del Amazonas o trabajar en el parque nacional del Kruger en Sudáfrica con una organización que vela por la preservación del territorio; Centeno ha llevado a cabo un aprendizaje profundo de las diferentes realidades sociales del globo y los desafíos que enfrentan.
Olivia Centeno, de 19 años, ha dado la vuelta al mundo gracias a la beca 'Baret Scholar'. Esta logroñesa ha viajado durante siete meses con jóvenes de 80 países.
Nueva York fue la primera parada. Recuerdo con especial intensidad la visita a la sede de las Naciones Unidas, uno de mis sueños.
Brasil es música, color y diversión. Mi estancia en el Amazonas me hizo ver que quiero que mi futuro esté conectado a la preservación del medioambiente.
En París pude reconectar con la cultura e historia europea.
En Palermo tuvimos la oportunidad de conocer más a fondo los retos a los que se enfrentan asociaciones de la isla para recibir a inmigrantes.
Después de veinte días en Estambul visitamos Antalya y aprendimos la relevancia cultural e histórica de esta zona del mundo.
Kenya fue mi destino favorito, cada conversación y cada experiencia en este país estuvieron cargadas de aprendizaje.
En Sudáfrica no dejé de preguntarme “¿en qué momento nos hemos alejado tanto de todos los seres vivos que también habitan este planeta?”
El caos de la India nos recibió con brazos abiertos y con la celebración del Holi, el Festival de los Colores.
En Sri Lanka hicimos un programa de voluntariado: ayudamos a renovar una escuela local y colaboramos con una organización especializada en la conservación de fauna marina.
En la isla de Jeju exploramos la historia de Korea del Sur y la gastronomía del país.
Nuestra vuelta alrededor del mundo finalizó a los pies de la imponente Gran Muralla.
Eso sí, reconoce que el valor del viaje también reside en el conocimiento personal: «Vuelvo con una idea definida del papel que quiero jugar en el mundo, sé cuáles son mis intereses y mis pasiones».
«Hay que atreverse a hacer las cosas con miedo, aunque requiera esfuerzo hay oportunidades para viajar con pocos recursos»
Olivia Centeno
Becada por 'Baret Scholars'
Centeno postuló a esta beca al acabar Bachillerato porque no le convencía ninguna de las carreras en las que fue admitida. Ahora, ante la agobiante pregunta '¿dónde te ves dentro de diez años?', no duda ni un segundo su respuesta: «En el futuro quiero usar la política para luchar por los derechos humanos y, sobre todo, por los derechos del planeta».
El año que viene, por fin sin dudas, va a cursar Legislación Climática y Ciencias Políticas en la Universidad de Duke, una de las diez mejores de Estados Unidos, que tiene un porcentaje de aceptación del 3%. Una oportunidad única que se enmarca en un contexto político convulso. «Claro que tengo miedo, es innegable la censura ideológica que se está ejerciendo sobre muchas universidades. Pero he hecho balanza y confío en que va a merecer la pena aprovechar al máximo todas las ventajas de su sistema educativo», señala Olivia, haciendo referencia al programa de 'Artes liberales' que permite a los estudiantes americanos formarse en disciplinas dispares.
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En realidad, su historia está marcada por las segundas oportunidades. Cuando con doce años leyó en este periódico la historia de un chico riojano que estudió en el Colegio del Mundo Unido (UWC) de Armenia, ya entendió que ella debía seguir el mismo camino.
No fue fácil, el UWC es un movimiento global que celebra la multiculturalidad desde la educación, pero la admisión a uno de sus dieciocho centros es un arduo proceso de ensayos y entrevistas que para Olivia concluyó en un primer 'no'. Gracias a su empeño y la fortaleza de su sueño errante, obtuvo la beca para estudiar en el UWC de Mostar al año siguiente. «Ya fue muy especial la experiencia que viví en Bosnia-Herzegovina. Conviví dos años con personas muy diversas, todas convencidas de que mejorar las cosas es posible. En una ocasión, tuve delante a un israelí y a una palestina dialogando para comprender sus puntos de vista, en otra, lanzamos una campaña para limpiar los ríos de la comunidad», recuerda.
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En una especie de ciclo, Centeno espera servir de inspiración a otros jóvenes inquietos y dispuestos a salir de casa. Su mensaje es claro: «Hay que atreverse a hacer las cosas con miedo, aunque requiera esfuerzo hay muchas oportunidades para viajar, incluso cuando no se tienen los recursos necesarios».
Pensar la educación como el motor del cambio global
Tres años de nuevas experiencias fuera de La Rioja son más que suficientes para echarla en falta y aprender a valorarla, pero también para darse cuenta de lo que le falta, de sus puntos débiles. Olivia Centeno tiene claro que las aulas riojanas pueden convertirse en el motor de progreso de la comunidad. «La filosofía que motiva los programas en los que he participado estos años se basa en que la educación es una fuerza para unir culturas, naciones y personas por la paz y un futuro sostenible. Muchos de los problemas a los que nos enfrentamos en la actualidad radican en la educación», argumenta.
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Centeno propone dos cambios fundamentales. El primero, transmitir a los adolescentes su valor en la sociedad: «Está bien tratar de convencerles o persuadirles para que hagan lo que se espera de ellos, pero la manera que nunca va a fallar es decirle a un chaval 'eres necesario'». El segundo, convertir los institutos en espacios sensibles con la realidad del mundo. «Se trata de hacer ver a la gente joven cómo van a poder utilizar las cosas que aprenden en clase una vez que salgan afuera, y –recalca– lo más importante es crear inquietud por conocer el entorno que nos rodea y preguntarse cómo se puede ejercer un impacto positivo sobre él».
El de Centeno es un viaje con moraleja: «Aprender a dar a las comunidades de las que se forma parte», un lema que espera poder integrar algún día en el sistema educativo.
Un diario de viaje en imágenes
Durante los dos años en Mostar y el año con 'Baret Scholars', Centeno ha creado su propio diario de viaje a través de vídeos y fotografías. En su canal de Youtube (@oliviacenteno) ha ido narrando sus reflexiones y los encuentros con las personas que han marcado su recorrido.
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Sus fotografías pueden verse hasta el 30 de julio en la exposición 'Entre sueños y fronteras' en La Gota de Leche. Esta institución acogió ayer una charla en la que Centeno compartió su historia y explicó a otros jóvenes cómo vivir este tipo de oportunidades.
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