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La profesora riojana y experta en estudios de género, Andrea Gutiérrez García. :: Jonathan Herreros
«La regulación de la prostitución normaliza socialmente la compra del cuerpo femenino»

«La regulación de la prostitución normaliza socialmente la compra del cuerpo femenino»

Andrea Gutiérrez / Profesora y experta en estudios de género ·

La riojana ha obtenido un Premio Extraordinario de Doctorado en Salamanca por su tesis sobre la visión social del comercio sexual

Pilar Hidalgo

Logroño

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Jueves, 22 de febrero 2018, 19:04

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La violencia machista por fin ha salido en la actualidad del ámbito doméstico y la sociedad muestra una mayor sensibilidad hacia esta lacra que continúa en nuestros días. Hace cerca de una década, cuando la logroñesa Andrea Gutiérrez García inició sus estudios de Psicología en la Universidad de Salamanca, el maltrato aún se consideraba un asunto privado.

La riojana ha centrado sus investigaciones y esfuerzos durante este tiempo en el análisis y estudio de la percepción social de éste y otros tipos de sometimiento de la mujer. Su tesis doctoral 'Prostitución: construcción psicosocial de la coacción como consentimiento' ha merecido recientemente el Premio Extraordinario de Doctorado de la Universidad Pontificia de Salamanca, un reconocimiento que sólo obtienen las tres mejores tesis defendidas en este campus y en las que se valora su relevancia internacional.

-Así como la violencia machista ha saltado por fin a la esfera pública, la prostitución no suscita la misma inquietud y se considera una práctica normalizada.

-Efectivamente, su uso está normalizado en nuestra cultura, aparte de su gran visibilidad (puticlubs en las carreteras, presencia de prostitución en polígonos o en calles paradigmáticas como Montera, en Madrid). Lejos de ser una práctica del pasado o circunscrita a la población más mayor, hoy en día resulta habitual finalizar un día de juerga o celebrar una despedida de soltero en un puticlub.

«En España se cree que esta actividad evita abusos sexuales y violaciones a menores y mujeres»

-¿Por qué no se le presta atención?

-Porque se considera erróneamente como un asunto privado (como ocurría con la violencia de género), que sólo incumbe a la mujer prostituida y al prostituidor. Sin embargo afecta a toda la sociedad, puesto que mantiene el falso mito de la necesidad sexual de los hombres y refuerza la imagen de la mujer como objeto comerciable para satisfacer los deseos masculinos, lo que imposibilita la consecución de la igualdad. Desgraciadamente parece que la prostitución sólo despierta preocupación cuando están implicados menores de edad, se destapa cierta vinculación con organizaciones criminales o involucra dinero público, como en el caso reciente de las ONG.

-Para llevar a cabo su tesis vivió en Malmö (Suecia) y en Amsterdam (Países Bajos), con el fin de comprobar cómo funcionaban los distintos sistemas legales. ¿Qué conclusiones extrajo en relación a España?

-Me centré en estos tres países porque son paradigma de cada uno de los modelos legales imperantes en Europa respecto de la gestión de la prostitución. Los Países Bajos son conocidos por sus barrios rojos, especialmente el de Amsterdam, donde la prostitución se encuentra reconocida como oficio. Suecia fue el primer país en declararse abolicionista.

«Resulta necesario ofrecer alternativas reales a las prostitutas más allá de la economía sumergida»

Esto es, considera la prostitución como violencia de género y multa a los prostituidores, a los que considera responsables, y ofrece alternativas de vida a las mujeres. España por aquel entonces no tenía ninguna ley específica, aunque desde el 2015 es de aplicación la Ley de Seguridad Ciudadana que establece multas por la solicitud de servicios sexuales retribuidos en zonas de tránsito público.

Aunque los modelos legalistas y regulacionistas suelen verse como más pragmáticos, su implementación tiene como consecuencia la normalización social de la compra del cuerpo y de la sexualidad de las mujeres, especialmente de las más pobres. En cambio, en Suecia se aborda la prostitución como un asunto público, que limita los derechos humanos de las mujeres y esto tiene efectos en las relaciones entre hombres y mujeres. La población sueca está bastante de acuerdo con esta visión. En España lo que pude comprobar en la investigación es que hay un claro posicionamiento a favor de la regulación de la prostitución. Esto es, se concibe como un mero intercambio en el que una parte dispone del dinero y la otra ofrece sexo a cambio bajo una aparente libre elección. También la valoran positivamente porque ofrece sexo a personas que no podrían obtenerlo de otro modo (viudas, solteras, con diversidad funcional...) y evita violaciones y abusos sexuales a menores y mujeres en general.

-¿Le sorprendió esta visión tan permisiva hacia la prostitución en nuestro país?

-Sí, ya que a pesar de estar en contra de la prostitución, apenas aparecen medidas abolicionistas, llegando a defenderse la regulación por considerarse como un mal menor o como la mejor opción posible.

- ¿Se concibe, por lo tanto, como una solución?

-Sí, pero en mi opinión, regular no es la solución. Este modelo es el que opera en países como Holanda o Alemania y ha puesto de manifiesto que siguen operando mafias y siguen dándose casos de explotación sexual. Regular en España solo contribuiría a crear dos grupos: uno legalizado con mejores condiciones (que, de hecho, ya puede funcionar en lo legal si lo desea) y otro ilegal, más vulnerable y con menor capacidad de negociación frente a las exigencias de los prostituidores. La regulación no debería ser imprescindible para asegurar ciertos derechos, puesto que éstos deberían estar cubiertos por la condición de ciudadanas.

-¿Cómo se puede combatir?

-La crisis ha conllevado recortes económicos en todas las cuestiones que conciernen a la igualdad y, a su vez, ha provocado que las mujeres presenten mayores factores de vulnerabilidad que dificultan la salida de la relación violenta o de la prostitución. Es necesario ofrecer alternativas reales para que las opciones no se reduzcan a empleos mal pagados en la economía sumergida.

-¿Urge en España adoptar alguna medida para proteger a las mujeres que ejercen la prostitución?

-Debe asegurarse que ninguna mujer permanezca en la prostitución porque no tiene otra fuente alternativa de ingresos para sobrevivir. Asimismo, debe evitarse que se les sancione, lo que no hace más que añadir sufrimiento a la parte más vulnerable. Y es que a pesar de que la Ley de Seguridad Ciudadana está focalizada en los demandantes, las mujeres son frecuentemente sancionadas a la luz de algunos artículos.

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