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Grabación del programa en los estudios de TVR. FERNANDO DÍAZ

El regreso al campo como realidad, no como quimera

La Rioja que viene ·

Desarrollo rural: un complejo ejercicio de equilibrio Nuria Bazo, Rafael Puyol y Emilio Barco debaten sobre la viabilidad de revertir la despoblación

Diego Marín A.

Logroño

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Lunes, 23 de noviembre 2020, 07:56

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Dijo el naturalista Joaquín Araújo que «la mejor cosecha del bosque es la paz». Eso es lo que buscan quienes acuden de la ciudad al campo cada fin de semana, tranquilidad, un pequeño paraíso cerca de casa. Pero sucede que para mantener vivo ese oasis no solo debemos acordarnos de él los días de asueto, el mundo rural necesita atención permanente, servicios, concienciación, más que una inyección económica puntual y pasajera.

En busca de soluciones sobre el problema ya no solo de la despoblación sino de la desatención de los pueblos riojanos debatieron en la última mesa redonda del programa 'La Rioja que viene', dedicada al 'Desarrollo rural: un complejo ejercicio de equilibrio', la directora general de Desarrollo Rural y Reto Demográfico del Gobierno de La Rioja, Nuria Bazo; el catedrático de Geografía Humana y presidente de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), Rafael Puyol; y el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de La Rioja, Emilio Barco; moderados por el jefe de Opinión de Diario LA RIOJA, José Antonio del Río.

En los últimos meses, a causa de la pandemia de COVID-19, hemos asistido a una temprana revitalización de los pueblos. La vida que recobran en verano los pequeños municipios con el regreso de los descendientes y veraneantes se adelantó a primavera gracias al impulso del teletrabajo y de la seguridad sanitaria que ofrecía la naturaleza frente a la ciudad. Un éxodo, si no forzado, motivado por otras razones que no eran la vida idílica y romántica. «Da un poco de pudor decir que la pandemia puede dar algo bueno, pero creo que ha hecho reconocer el trabajo del sector primario, apreciar más profundamente los valores del medio rural», expuso Nuria Bazo, valorando que «las segundas viviendas se han convertido durante la pandemia en primeras». El pueblo convertido, de pronto, en refugio y salvación ante la crisis sanitaria y la incertidumbre,

Rafael Puyol señaló que «se ha producido un leve incremento de la población rural», calculó que de aproximadamente un 10% en algunas regiones de interior, como puede ser La Rioja, sobre todo en las zonas cercanas a las grandes ciudades («semi rurales o semi urbanas»), pero una de las grandes desventajas y problemas es el envejecimiento, y precisamente la pandemia «se ha cebado, sobre todo, con los mayores».

Emilio Barco parecía tener una visión desencantada (o realista) de la situación, analizada no solo desde el presente, también desde el pasado, por la experiencia vivida, por eso se planteaba «si los que ahora vuelven la mirada al mundo rural son conscientes de lo que es». «Yo no idealizo el campo», declaró Barco, y también deseó que «ojalá se invierta la tendencia de concentración de la población en el entorno urbano que existe desde el siglo XVII, pero soy escéptico, tendría que haber importantes cambios sociales y mentales, así como mejorar las condiciones educativas y sanitarias de los pueblos».

Nadie niega que, para que la situación se invierta y los pueblos más pequeños no desaparezcan, algo debe cambiar y no de forma puntual y pasajera. «El futuro pasa por trabajar desde la transversalidad. Sin conectividad, educación, política de vivienda, servicios, no va a haber medio rural», consideró Nuria Bazo. En este sentido, Barco, autor de libros como 'Donde viven los caracoles. De campesinos, paisajes y pueblos', aseguró confiar más «en las personas que en las instituciones». «Esto debería ser, que no es, un problema de Estado. Yo era un creyente nato en todas estas panoplias que nos venden, pero ya no me creo nada porque no van a resolver nada del problema agrario ni rural», admitió Barco. Y lo argumentó: «Cada uno vive donde quiere, pero partimos de la premisa de que se puede elegir y no siempre se puede. Y a mí, por ejemplo, no me interesa que venga más gente a mi pueblo». Su pueblo, por cierto, es Alcanadre.

Viabilidad

Todo problema tiene una causa, más que una solución. «La despoblación no deja de ser una consecuencia después de muchos años de intervenir sobre el territorio», reflexionó Nuria Bazo, advirtiendo, además, de que «tenemos que trabajar para que el medio rural sea viable». «En este mundo globalizado debemos resituarnos, reflexionar sobre el mundo rural. Me da miedo cuando se intenta planificar sobre el territorio desde fuera», añadió la directora general de Desarrollo Rural y Reto Demográfico.

Parece una paradoja pero el 90% del territorio de La Rioja es rural y el 60%, masa forestal. Rafael Puyol opinó que «no podemos evitar que se vaya gente del mundo rural y no podemos conseguir el retorno, lo que falta son mujeres y niños porque la población está envejecida y masculinizada, tiene baja fecundidad». Pero es posible. El presidente de la UNIR y miembro del Grupo de Población de la Asociación de Geógrafos Españoles puso como ejemplo las Tierras Altas de Escocia, donde se ha procurado «cierta recuperación económica de la zona».

Lo que no se puede es forzar una situación. «Nunca ha tenido éxito planificar las migraciones, es como poner puertas al campo porque la despoblación es una de las grandes variables del mundo rural», apuntó Puyol, convencido, por otra parte, de que «es difícil de resolver y no caben soluciones milagro para conseguir la repoblación rural desde los entornos urbanos, hay que conjugar diferentes ópticas».

Por delante existe, en palabras de la directora general de Desarrollo Rural y Reto Demográfico, «un reto de igualdad territorial». Nuria Bazo recordó que al inicio de la presente legislatura desde el Ejecutivo regional se impulsó la denominada Agenda Rural de La Rioja como plan de acción transversal a favor del medio rural «para priorizar los hitos en cada área frente a la despoblación y ante el reto demográfico, partiendo de la identificación de las necesidades territoriales». Ya entonces ella misma declaró que «abordar la despoblación supone tener una mirada a medio y largo plazo, sin que ello no signifique actuar ya», considerando que el 82% de los municipios en España son rurales.

«Esto no se arregla en dos días ni en veinte años, pero trataremos de marcar por dónde caminar, aunque cambiar ese modelo e inercia va a ser complicado», confesó Bazo. Eso sí, ante los diversos eslóganes y títulos, la directora general reivindicó que «La Rioja Vacía no existe, La Rioja tiene pobladores por muy pequeños que sean los pueblos».

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