«No lo recomendaban mucho, pero quería ser madre y me arriesgué»
María Jesús Barreno fue madre después de que la operaran de cáncer
M. CASADO
LOGROÑO
Jueves, 19 de octubre 2017
Hugo está en clase de inglés, tiene cuatro años pero ya se forma en una de las disciplinas que más va a necesitar, a priori, en su vida. Él no lo sabe, aún, pero forma parte de una minoría: los niños que llegan tras haber superado sus madres un cáncer de mama. María Jesús Barreno (40 años, Logroño) siempre tuvo claro que quería tener familia, pero las cosas se torcieron en 2009. Entonces apareció en su vida un invitado sorpresa, el cáncer de mama.
«Mi caso fue de los llamados cánceres 'no hormonales' que en teoría puedes tener hijos, pero no te lo recomendaban, aunque me arriesgué», explica María Jesús. Sin embargo, las cosas en este sentido han cambiado. «Ahora te lo aconsejan más, varían mucho las directrices de unos años a otros», admite.
Aun así, a pesar de que no era la mejor recomendación, María Jesús y su marido Jesús decidieron tener un hijo. «Terminé el tratamiento en 2010, y como no tuve que tomar hormonas -en tal caso el proceso se alarga cinco años más- esperé los dos años, que más o menos es el plazo mínimo que te indican, y tras ese periodo me quedé embarazada», cuenta.
«Me decían los médicos que sería complicado lograrlo, que tuviera paciencia, pero llegó rápido»
Sin embargo, no las tenía todas consigo: «Me decían los médicos que sería complicado lograrlo, que tuviera paciencia». Pero todo fue más o menos rápido y no tuvo que recurrir a tratamientos. «Tenía claro que iba a luchar por ello, pero solo de forma natural, no quería hacerlo con técnicas de fertilidad. Si no llegaba natural, de ninguna manera», relata. Pero llegó. Al poco tiempo se quedó embarazada y el 16 de julio de 2013 vio la luz el pequeño Hugo.
El parto no fue sencillo, el niño es bastante movido, pero todas esas cuestiones son secundarias para María Jesús, prudente, de frases cortas y concisas, pero que se borda una sonrisa cuando se le pregunta por su chiquillo. ¿Y se planteó un segundo hijo? «No, ya he tenido la suerte de tener la experiencia una vez, para muestra un botón».
Voluntaria en la AECC La Rioja para los múltiples actos que se organizan y también de tipo testimonial -quienes visitan en el hospital a mujeres operadas-, María Jesús reconoce que el haber superado la enfermedad te da otra perspectiva. «Te preocupas menos por tonterías, es mejor vivir el día a día». También lo aplica con su pequeño Hugo, cuyo sexo fue recibido con alegría doble: «En este caso, por la carga genética que portamos, es mejor que sean chicos».