Ramón Madorrán llevó la bandera de La Rioja al espacio. L. R.

Ramón subió antes que Bezos y Branson

Primer turista espacial español. El óptico riojano, que en 2013 fue uno de los viajeros más veteranos en pasearse por el espacio, ha revivido con nostalgia los vuelos de los dos multimillonarios

ÁFRICA AZCONA

Sábado, 31 de julio 2021

Antes que Branson y Bezos, lo logró él. Ramón Madorrán se convirtió en el primer turista español en viajar a la estratosfera. El 23 de ... abril de 2013, con 73 años y a bordo de un MIG 29 realizó el viaje más increíble que se pueda imaginar. Despegó de la base rusa de Nizhni Novgorod mientras 120 personas estaban exclusivamente pendientes del óptico riojano. Y su hija Elisa, desde lo alto de un monte, lo perdía de vista sin saber si volvería. Y claro que volvió y sin despeinarse.

Publicidad

Ocho años después revive en esta entrevista esta experiencia única. «Soy consciente de que no me puede pasar nada más emocionante en esta vida que lo que viví en el espacio», afirma exultante desde su retiro marbellí, orgulloso de poder decir que él si ha visto la Tierra, que, por cierto, «no es azul, tiene aspecto rocoso».

Los viajes que los dos multimillonarios han protagonizado en las últimas semanas le han devuelto de golpe los increíbles recuerdos de aquella experiencia que le cambió la vida. Él subió a más de 25 kilómetros de altura y Bezos y Brenson cruzaron la barrera de los 100 kilómetros de altitud. Sin embargo, el vuelo de ambos magnates fue mucho más breve, de apenas 15 minutos, mientras que la experiencia de Ramón duró 45 minutos y, por cortesía de su piloto, dio varias vueltas a la Tierra. Fue casi una hora contemplando el intenso color negro del universo desde el gran ventanal de la nave en la que solo iban los dos. «Me dijo que si se mareaba o le pasaba algo, tocara un botón de emergencia y que automáticamente saldría despedido en paracaídas», relata como si tal cosa. No le ocurrió nada, tampoco a él. «Por lo visto hay mucha gente que se desmaya o vomita, a mí no me ocurrió eso».

Arriba, en una imagen reciente en la playa. Abajo, en su viaje al espacio. L. R.

El momento del despegue no se le va a olvidar en la vida: «Es algo francamente impresionante», dice. Enseguida sintió que el cuerpo ya no era el mismo. «Al principio es como un avión, va más o menos despacio, pero de repente acelera y el estómago se te sale». La impresión se le quedó «grabada hasta la muerte» como el resto de momentos vividos. «Al entrar en la estratosfera el cambio climatológico fue brutal. De repente empezaron a impactar unas bolas de hielo contra la cabina». Fue algo inesperado, pero duró poco, enseguida mejoró la situación y ante sus ojos surgió la Tierra. «La sensación es indescriptible». Ya, más relajado, se puso a disfrutar de las vistas panorámicas. «Empecé a distinguir como reflejos de espejo que, aunque nadie me lo explicó, supuse que eran los océanos, glaciares o las montañas nevadas», rememora el riojano, quien también se detiene al recordar otro de los momentos más impactantes, ya de vuelta. Fue cuando se pararon los motores y comenzó un descenso en picado con varios tirabuzones. De pronto se vio entrando en la atmósfera y cruzando las nubes. «No tengo palabras para expresar lo que sentí, pero miedo no. Nunca he tenido miedo a nada». Ramón estuvo a punto de entrar en el Guinnes por semejante hazaña, pero se le adelantó un americano de 83 años.

Publicidad

«Sus viajes fueron más cortos, yo estuve 45 minutos y me dio tiempo de dar varias vueltas a la Tierra»

«Estos días me han venido todos los recuerdos de golpe, fue una experiencia que me cambió la vida»

Ahora él, con 81, está a otras cosas y, después de haber volado en globo sobre Kenia, tirarse en parapente, ahora cree que ha llegado el momento de parar y hacer lo que los demás, pasear y disfrutar de la familia. «Estos días he seguido las noticias con nostalgia y la verdad es no me importaría volver, pero no pagaría por ir, prefiero gastar el dinero en recorrer los países que me quedan por conocer». Y asegura que no puede evitar criticar el duelo de ego de ambos americanos: «Esto no es una competencia, se trata de un viaje de ocio para quien busca emociones o abrir un camino al espacio».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta especial!

Publicidad