«No pude evitar escribir mis iniciales con veintinueve átomos»
Arturo Rodríguez ·
En Hamburgo, con los microscopios más potentes del mundoEl joven calceatense Arturo Rodríguez Sota es beneficiario de una beca ITN Marie Curie en el proyecto SPEAR (Spin-orbit materials, Emergent phenomena and related ... technologies training), de la Unión Europea. Estudia un doctorado en Física en Hamburgo, para cuya Universidad trabaja.
– ¿Cuál es su cometido?
– Mi proyecto se basa en buscar skyrmiones en proximidad de superconductores, que son dos cosas muy específicas que no se llevan muy bien entre sí. Si llegara a encontrarlos sería un gran avance para la creación de ordenadores cuánticos y otras tecnologías muy prometedoras relacionadas con estos, además de que abriría las puertas hacia excitantes nuevos objetos físicos, como, quizá, los fermiones de Majorana. De una forma más general se podría decir que me dedico a trabajar con microscopios de efecto túnel (STM) para estudiar la materia en la nanoescala. Son los más potentes del mundo y nos permiten observar átomos individualmente. Obtienen su nombre del principio en el que se basan, un efecto cuántico llamado Efecto Túnel, que permite que los electrones atraviesen barreras de potencial como si fueran fantasmas atravesando paredes. Con la información obtenida de este tipo de experimentos se crea la nanotecnología que usamos todos los días en nuestros teléfonos y ordenadores. Nuestro grupo es especialista en estudiar las propiedades magnéticas de estos sistemas, esto es porque trabajamos con un estilo de microscopio (SP-STM), que además de todo lo anterior, nos permite observar el momento magnético o espín de los átomos.
– ¿Cómo es el trabajo en equipo?
– Mi grupo es muy bueno, tanto científica como personalmente. Trabajo rodeado de gente maravillosa como mi supervisora, la doctora Kirsten von Bergmann, o los que son ya mis amigos a la par que prometedores científicos, Jonas Spethmann y Vishesh Saxena. Con ellos, trabajar es una mezcla entre aprender, disfrutar y mejorar a cada momento. Hacemos ciencia juntos y la ciencia no es sino no saber, para acabar sabiendo. Trabajando con ellos he aprendido que lo más bonito que puede decir alguien es «no sé», para inmediatamente después intentar descubrirlo con todo su corazón. Soy feliz.
– ¿Qué es lo que más le ha sorprendido ver o hacer al otro lado del microscopio?
– Simplemente el hecho de poder ver átomos uno a uno a mí ya me parece una proeza digna de mención. ¡Sólo miden fracciones de nanómetro! Una de las cosas más bonitas que he encontrado fueron unos átomos que se agrupan de forma natural de tres en tres y debido a una asimetría mientras medimos. ¡Parecen pequeños corazoncitos! Yo suelo decir que he descubierto «los corazones más pequeños del mundo». Además de eso, estos microscopios no sólo te permiten ver, también 'tocar' y mover los átomos uno a uno para trabajar con ellos. En cuanto tuve la ocasión no pude evitar escribir mis iniciales con sólo 29 átomos. Es algo que me va a acompañar toda mi vida.
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