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La población riojana vuelve a crecer y sigue envejeciendo

La media de edad en La Rioja es de 44,3 años, uno más que la fijada para el conjunto del Estado

Luis J. Ruiz

Logroño

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Martes, 19 de febrero 2019, 13:42

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Somos más, pero pocos más. Apenas 266 riojanos más durante el 2018, algo así como el 0,08% más. Ni un punto más. Ni siquiera una décima. Pero suficiente, al menos, como para poner fin a una década de retrocesos en los que la crisis económica vino a forzar la salida de cientos de riojanos para buscar un futuro más alentador lejos de la que entonces era su casa.

También somos más mayores. El tema de los nacimientos en La Rioja roza la excepcionalidad. Tanto que la media de hijos por mujer es de 1,4 (sostenida, principalmente, por madres de nacionalidad extranjera), muy lejos de la cifra necesaria para, simplemente, asegurar el relevo generacional en cuestiones puramente demográficas, dejando al margen su impacto económico.

Todo eso, junto a una mayor esperanza de vida (especialmente en las mujeres, que año a año también incrementan el carácter femenino de La Rioja), hace que la edad media de la población riojana sea de 44,3 años, un año por encima de la del conjunto del Estado. Villamediana y Lardero son los municipios más jóvenes de la región, mientras que Santo Domingo, Alfaro y Rincón de Soto, los más envejecidos.

La coctelera de datos que arroja la publicación 'Principales características demográficas de La Rioja, 2018' elaborada por el Instituto de Estadística de La Rioja tiene una interpretación política. Es la que ha hecho este lunes el consejero el consejero de Administración Pública y Hacienda del Gobierno de La Rioja, Alfonso Domínguez, que sostiene que ese incremento de población implica que «La Rioja sigue siendo una región atractiva» para quienes vienen de fuera ya que «ofrece una gran estabilidad política, económica y social. Ante el actual escenario de incertidumbre económica y política nacional, La Rioja se presenta como una región con grandes posibilidades».

Más allá de eso, si se maceran esos datos con los del reto demográfico, la conclusión de Domínguez es contundente: «Necesitamos recursos para asegurar la supervivencia de nuestra población», aseguraba tras recordar la necesidad de impulsar políticas para fomentar la natalidad, escenario en el que encaja la gratuidad de la educación de 0 a 3 años y las deducciones por hijo, medidas incluidas en la Ley de Medidas Urgentes que verá la luz el próximo día 28 en el Parlamento regional.

En lo puramente demográfico, ese crecimiento de población durante el 2018 se basó en el saldo migratorio: tanto en el interno, el que analiza los movimientos de población entre comunidades, como en el externo (entre países). En total llegaron 762 personas más de las que se marcharon, 35 procedentes de otras comunidades autónomas y 727 desde terceros países. Y es que el saldo vegetativo fue «muy negativo», en palabras de Domínguez: fallecieron 488 personas más de las que nacieron durante el 2018.

A la hora de trazar el perfil de la población riojana, además de ser mayoritariamente femenina y con una media de edad de 44,3 años, la directora del Instituto de Estadística de La Rioja, Natalia Ríos, apuntó que el 10,8% es de origen extranjero; que el 58,9% del total vive en Logroño y en su área de influencia; y que apenas el 1% lo hace en zonas rurales.

Así, el mapa final de La Rioja rural es desalentador: 89 municipios están en situación de desierto demográfico al presentar una densidad de población inferior a los 10 habitantes por kilómetro cuadrado. 89 municipios en los que el silencio es prácticamente absoluto.

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