Secciones
Servicios
Destacamos
R. G. LASTRA
LOGROÑO.
Martes, 17 de julio 2018, 00:30
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
La explicación está clara, pero no cercana. Para entender la situación meteorológica de La Rioja en lo que llevamos del 2018, con un invierno y una primavera extraordinariamente lluviosos y un inicio del verano de violentas tormentas, hay que viajar hasta el polo norte, donde desde enero pasado se ha creado una zona de altas presiones.
«No es nada del otro mundo, es algo habitual y que sucede cíclicamente, se suele dar cada tres o cuatro años como media, aunque ha habido ocasiones en las que la franja de años ha sido mayor. Es lo que se conoce como calentamiento del vórtice estratosférico polar, que provoca una zona de bloqueo al convertirse en una zona de altas presiones que desvían hacia el sur todos los sistemas que vienen del Atlántico. Como el Anticiclón de las Azores se ha desplazado también hacia el sur, la Península Ibérica se ha convertido en la puerta de entrada de todos los frentes atlánticos que recorren España hacia el Mediterráneo», resume Evelio Álvarez Lamata, delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en La Rioja.
Así ha sido desde enero, con más de 90 días de lluvia en los seis primeros meses y 349,4 litros por metro cuadrado en la estación de la base aérea de Agoncillo cuando la media histórica para el primer semestre es de 214 litros por metro cuadrado, 135,4 menos. Lo mismo ha sucedido en julio, con la mitad de los días tormentosos y casi un centenar de litros por metro cuadrado a mitad de mes cuando lo habitual es una treintena a mes completo. «Además del calor, como tenemos humedad para dar y regalar se forman las tormentas, que es lo habitual en esta época, aunque este año están siendo más intensas por ese bloqueo en el polo norte que desvía todos los frentes y borrascas atlánticos hacia el sur hasta encontrar la gran puerta de entrada por España, lo que explica que hayamos tenidos hasta dos o tres por semana», añade el responsable de la AEMET.
«Como ocurrió este pasado fin de semana. El viernes se formaron dos tormentas altamente organizadas, una en la sierra occidental riojana y otra procedente de Burgos, que se acoplaron una al norte de la otra para recorrer lentamente toda La Rioja de oeste a este con importantes rachas de viento, bajada brusca de las temperaturas, abundante lluvia y granizadas importantes. Fueron muy severas», admite Álvarez Lamata, que resalta que «las del sábado pasaron de refilón por La Rioja y las del domingo, tras entrar también desde Burgos y desde las zonas altas, castigaron sobre todo Logroño y fueron hacia Álava y Navarra».
La situación parece que no va a cambiar a corto plazo. «Esta semana habrá bajada de temperaturas, algo de cierzo y algunas tormentas, aunque no tan severas», anuncia el responsable de la AEMET, quien anima a los riojanos al optimismo: «El verano entrará en La Rioja, como siempre, a primeros de agosto, porque julio suele ser aquí menos veraniego, con calor, sí, pero con frecuentes tormentas».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.