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Asun Casasola, con la foto de su hija Nagore Laffage. :: d.v.
«Lo que le pasó a Nagore no le puede volver a pasar a ninguna mujer»

«Lo que le pasó a Nagore no le puede volver a pasar a ninguna mujer»

Asun Casasola | Madre de Nagore Laffage ·

Casasola interviene hoy en Logroño en un debate sobre violencia machista, posterior a la proyección del documental sobre el asesinato de su hija

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Viernes, 9 de noviembre 2018, 13:58

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Nagore Laffage Casasola se convirtió hace diez años en un símbolo de la reivindicación de las mujeres y de su derecho a la libertad de decir 'no'. A esta joven de Irún (Guipúzcoa) su valentía le costó la vida en los sanfermines del 2008 a manos de Diego Yllanes por negarse a mantener relaciones sexuales con él.

-¿Qué mensaje quiere transmitir el documental 'Nagore'?

-Este documental traslada la mala situación en que nos encontramos en este país. Muestra que el chico que mató a mi hija ahora mismo está trabajando como psiquiatra en una clínica privada de Madrid gracias a un tercer grado, mientras que Nagore está muerta y no tuvo juicio. La sentencia dijo que fue un homicidio en vez de un asesinato, pero en el vídeo se ve claramente que de homicidio no tuvo nada. No entiendo cómo después de hacer lo que hizo, transcurridos nueve años ya pudo salir a la calle. No entiendo cómo un maestro que comete acoso no puede continuar ejerciendo la docencia y éste sí pueda trabajar de psiquiatra. Por eso, hay que salir al mundo y decir que lo que le pasó a Nagore no le puede volver a pasar a ninguna mujer, como tampoco lo que le ocurrió a la víctima de La Manada. Porque la sociedad no va a permitir que las cosas salgan así.

«La Justicia tiene que ser más valiente y decir que es asesinato o violación cuando lo es»

«No se puede permitir que se juzgue a las víctimas, sino al que ha hecho el mal»

-¿Echa en falta una mayor sensibilidad hacia las víctimas de agresiones sexuales o de violencia machista?

-Yo voy por diferentes institutos y enseño a los chavales lo que no puede ser, como por ejemplo recientemente con La Manada. Hay que decirle al mundo que por más que un jurado diga que eso es abuso sexual, eso es una violación. No me pronuncio respecto de los años que tengan que permanecer encarcelados; pero en este país a los malos, a los que se saltan las normas, no puede ser que les den una segunda oportunidad. Porque a los que mataron ¿dónde está su oportunidad?, ¿dónde está su justicia? Tenemos que ser más valientes y la Justicia tiene que ser más valiente y decir que es un asesinato cuando es un asesinato. Y una violación cuando es una violación. No puede ser que salga tan gratuito.

-¿Cree que los magistrados y otros profesionales de la Justicia deberían recibir una formación específica en violencia de género?

-Por supuesto. No puede ser que ocurra como en el juicio a La Manada, en el que un juez alegue que como la víctima no se quejó ni dijo nada, no es una violación. ¡Qué tontería! ¿Pero es que no saben que una mujer ante cinco hombres que la están forzando lo mejor que puede hacer es callarse y dejarse? Así le ocurrió a Nagore que como se enfrentó a él, porque mi hija no fue violada ni tenía una huella de él, fue capaz de matarla.

-Usted se ha mostrado muy crítica con la figura del jurado popular a la hora de enjuiciar este tipo de agresiones a la mujer.

-En el caso de mi hija fue un jurado popular el que no estuvo a la altura, porque, por ejemplo, hubo tres personas que dudaron que la llamada que hizo Nagore alertando de que la iban a matar fuera de ella. Cuando en el piso sólo estaban un hombre y una mujer. Por eso salió homicidio. Pero con La Manada eran tres jueces y uno de ellos dijo esa bobada. Hay jueces también que son muy machistas y consideran que las mujeres somos de segunda categoría. El problema es que el machismo todavía pervive en la sociedad.

-¿Cómo se puede atajar entonces la violencia hacia la mujer?

-Lo primero y más importante es que hay que educar. En muchos colegios están trabajando la figura del compañero que avisa al profesor si observa alguna situación conflictiva. Hay que educar desde la infancia en el colegio; pero también en la familia y desde la sociedad. No puede ser que se ensalce a los malotes. A muchas niñas aún les gustan los malotes y a los malos la sociedad les tiene que dar la espalda. Hay que cambiar las perspectivas. La sociedad siempre debe apoyar a las víctimas, no a los que hacen el mal. Tampoco hay que justificarlos. El jurado popular me preguntó si mi hija era ligona, entonces ¿a quién se le estaba juzgando? ¿A mi hija? Eso es lo que no se puede permitir. Tú tienes que mirar al que ha hecho el mal y mirar lo que ha hecho, no a la víctima.

-¿Qué opina del movimiento 'Me Too' de denuncias públicas de mujeres que confiesan haber sido víctimas de acoso o agresiones sexuales?

-Perfecto, porque resulta muy difícil denunciarlo públicamente. Las mujeres hasta ahora se habían callado porque luego las cuestionaban a ellas. Eso es lo que hay que cambiar. Si las víctimas se vieran protegidas y respaldadas, se atreverían a denunciar y a ser fuertes.

-¿Y del creciente hostigamiento entre jóvenes por redes sociales?

-Me preocupa que el acoso siga existiendo, aunque ha existido siempre. Por eso tenemos que luchar contra él desde la escuela y la familia.

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