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El parto de Toledo

FINANZAS... DE ANDAR POR CASA ·

MARTÍN TORRES GAVIRIA

Jueves, 1 de enero 1970

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Voy a ser, según el lenguaje progre, políticamente incorrecto. No hay ningún partido político, con representación parlamentaria al menos, que anteponga el bienestar de los ciudadanos a sus intereses partidistas. Lo vemos todos los días en sus declaraciones y postulados: varían según conveniencia. La última, el pasado miércoles 26 de septiembre, que más que un acuerdo fue un parto, el parto de Toledo. En 1995 se constituyó, con la aquiescencia de todos los partidos del Parlamento, el Pacto de Toledo con la finalidad de hacer recomendaciones no vinculantes al gobierno de turno para salvaguardar nuestro Sistema de Pensiones. Pues bien, como he dicho anteriormente, el pasado día 26, con un ojo puesto en las próximas elecciones, acordaron nuestros políticos decir que recomiendan al gobierno actualizar las pensiones al IPC. Piensan que 'muerto el perro se acabó la rabia', pero ni mucho menos. Solo han hecho como Pilatos, lavarse las manos. En la letra pequeña del acuerdo dicen que se actualizarán las pensiones al «IPC real» y todos nos preguntamos, ¿y eso qué es? No se sabe. Lo más probable es que se «inventen» un IPC especial para pensionistas donde no entren subidas de bienes y servicios que «en teoría» no son consumibles por nuestros mayores. Además de esta incógnita han dejado otra en el aire todavía más importante, ¿de dónde va a salir la financiación? No saben, no contestan. Bueno sí, la ministra del ramo, además de confesar que no entiende de economía, dice que todo se soluciona aumentando los ingresos de las cotizaciones y generando más empleo, que es lo mismo que no decir nada porque hay que repreguntarle: ¿y cómo? Para más inri el parto tuvo lugar el mismo día que el Secretario General de la Seguridad Social, Octavio Granado, dijo en una conferencia que el sistema no aguanta más de diez años. Y este señor de esto sabe algo, no en vano ocupó el mismo cargo con Zapatero y ante la falta de recursos no tuvo más remedio que congelar las pensiones en el 2011, alargar la edad de jubilación a los 67 años a partir del 2027 y ampliar a 25 años el cálculo de la base reguladora.

Esta recomendación o parto es un acto de hipocresía política en el que nuestros representantes en vez de afrontar los problemas los eluden y con tal de no tener que decirles a los pensionistas la verdad, porque eso no da votos, son capaces de parapetarse detrás de nuestro refrán 'el que venga atrás que arree' a sabiendas de que cuanto más tarde más grave va a ser el problema, pero con un poco de suerte ellos ya no estarán.

Una prueba más de que la decisión de ese parto es puro engaño es que tan solo cinco días más tarde el Fondo Monetario Internacional mantiene que sería insostenible para la economía española revalorizar las pensiones al IPC y, por si esto no fuera bastante, la Ministra de Economía, Nadia Calviño, ha dicho que «el IPC no puede ser el único factor a tener en cuenta para la revalorización de las pensiones». Lo que tira por tierra la recomendación del Pacto de Toledo. Insiste la Ministra en que hay que valorar otros aspectos como años de cotización, ingresos, demografía, tasa de reposición de las pensiones, etc. Si no recuerdo mal esos factores ya se tenían en cuenta en el Índice de Revalorización de las Pensiones y en el Factor de Sostenibilidad que reglamentó Rajoy con la oposición de Sánchez. Pero lo más grave es que ni el propio Rajoy creyó en ellos y los repudió al negociar con el PNV para mantenerse en la poltrona. Y, ¿de qué le sirvió? Los políticos no serán merecedores de nuestro respeto hasta que no dejen de pensar en las próximas elecciones y piensen en el bienestar de las próximas generaciones.

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